“Mi papá es mi persona favorita y no conozco a nadie con la bondad de mi mamá... Mi familia ha dado todo por mí”

En la primera parte de su conversación con AS, la española Sofía Saiz (22) habló sobre sus días en Santiago y el cumpleaños que acaba de festejar en Chile. Ahora, la joven de Mallorca permite a este medio conocer su lado familiar más íntimo. No tiene problemas en mostrar sus emociones cuando se trata de sus padres, abuelos e incluso, el pádel. Pese a que cayó en octavos de final junto a Marina Lobo, la joven dejó su huella en Chile.

- Si bien ganó en primera ronda, no salió del todo feliz...

- Salí emocionada, triste... bueno, un montón de emociones (sonríe). Al final, lo que pasa dentro de la pista se queda ahí (N. de la R: hubo una jugada polémica en el duelo contra Marta Marrero y Virgina Riera, que generó una tensa discusión). Contenta por la victoria, pero triste por cómo acabó el partido. Era un cúmulo de emociones que había que sacar por un lado y canalizar. Yo lo hice llorando (ríe), pero se puede hacer de varias formas.

- ¿Es de llorar en general en la vida?

- Sí, soy muy llorona (ríe). De hecho, hoy he llorado varias veces (ríe), pero no de tristeza. A ver, un poco de añoranza, de estar contenta de estar aquí, con todos ustedes.

- ¿Qué es lo mejor y peor de ser usted fuera del pádel?

- Lo mejor es el carácter (ríe). La implicación, la dedicación, el sacrificio que le pongo a la mayoría de cosas porque soy intensa para todo. Si me empeño en una cosa, es eso y lo hago. Eso me gusta. Y lo peor... También eso (ríe), pero no hacia mí, sino que hacia los demás. Entiendo que la gente no es así y lo peor de estar cerca mío es que sacrifico muchos planes por lo que hago. Por ejemplo, hace unas semanas fue el cumpleaños de mi abuela y yo no me planteo no venir a un torneo por estar ahí. O si hubiera estado en Madrid entrenando, tampoco hubiera ido a Mallorca. Creo que no soy capaz de gestionarlo de buena manera.

- Antes de la entrevista pidió un momento para enviarle un mensaje a su madre. ¿Qué tan importante ha sido ella y su padre para que hoy usted esté aquí?

- Mi papá es mi ejemplo a seguir. Lo quiero con todo lo que tengo, es mi persona favorita. Y yo no conozco a nadie con la bondad de mi mamá. Mi mami es colombiana, de por aquí cerca (ríe). Me encantaría que pueda venir a algún viaje porque ha sido un apoyo fundamental y le agradezco todos los que hizo por mí cuando era pequeñita. Mi papi es muy mallorquín, es más rudo, tiene más carácter, me parezco más a él. Él ha sido mi pilar desde pequeñita. Si él pudiese, dejaría todo lo que tiene y volaría conmigo a cualquier parte del mundo, pero evidentemente cada uno tiene su vida y hay que crecer lejos de la familia. Ellos son lo mejor que tengo.

- Habla de ellos y se le ponen los ojos brillosos...

- (Rie) Sí, es que los hecho muchísimo de menos. Me encantaría que pudieran estar aquí, no tengo palabras para describir lo que son mis padres para mí. No me quiero olvidar a mis abuelos que han sido muy importantes. Mi familia ha dado todo por mí. No sé cómo explicarlo.

- Tenía cuatro años cuando tomó por primera vez una pala de pádel. ¿Qué le diría hoy, que cumple 22 años, a esa niña que empezaba a jugar?

- Que lo disfrutase más, mucho más. Que dejase de ser tan disciplinada y competitiva y que se lo tomase más como una pasión y un juego y no tanto como un deporte competitivo. En ningún momento pensé que iba a estar aquí, pero cuando entreno no quiero fallar una bola. Entonces mi consejo es que se divirtiera más de lo que lo ha hecho.