Su hija hizo historia en Chile y así lo vivió desde Europa: “Abracé a mi esposa y lloré”

Son las 22.40 en Toledo, España, cuando Vicente Fernández se conecta a su videollamada con AS Chile. “Gracias por el interés. Nunca pensé que me contactarían desde tan lejos”, dice el padre de la nueva estrella del pádel femenino: Claudia Fernández Sánchez. En Santiago de Chile, su hija se convirtió en la jugadora más joven en la historia en ganar un título profesional. Lo hizo en el Santiago Premier Pádel P1 que se jugó en el Movistar Arena.

Una semana después de su logro, AS logró contactar a su padre, para hablar sobre la emoción que significó el primer trofeo de su querida ‘Clau’, a quien acompaña desde muy niña en su sueño. Vicente hacía clases y organizaba torneos junto a su esposa. En ellos, siempre estaba Claudia. “Entre partidos se metía a la pista a jugar y había que echarla”, dice entre risas su papá.

“¿Cómo fue esta semana siguiendo los partidos? Con mucho sueño, mucho trasnoche, porque al día siguiente había que trabajar (ríe). Unos fueron de madrugada, pero había que aguantar. Hablamos con ella por WhatsApp, siempre después de los partidos le mandábamos mensajes, pero recién el día que ganó hablamos por teléfono un ratito y estuvimos despiertos hasta que le dieron los premios”, recuerda Fernández.

Chile no era una tierra desconocida para él. Por su trabajo estuvo un par de días en Punta Arenas hace unos años. “Soy funcionario, no te puedo decir más (ríe). No hizo tanto frío, pero sí mucho viento”, cuenta.

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- ¿Es consciente de que su hija es la campeón más joven de la historia en este momento?

- Sí pero no, porque como esto no para... mañana (hoy) se va a Burdeos. Hemos hecho una celebración con la familia y amigos, pero se disfruta poco porque enseguida se pasa. Ahora ella ya tiene la cabeza en el siguiente torneo.

- ¿Cuál fue su primera reacción cuando su hija ganó el título?

- Pues abrazar a mi mujer, celebrarlo con ella, gritando, saltando y dando gracias a todo el mundo porque lo haya conseguido.

- ¿Se emocionó?

- Mucho.

- ¿Lloró?

- Sí, sí, sí (ríe).

- ¿Es una persona que llora mucho o sólo con ciertas cosas?

- Soy sensiblón, eh. Muy. Y me emociono sobre todo cuando a gente allegada, amigos y tal, le pasan cosas buenas, nos emocionamos. Somos así, muy agradecidos y si son buenos amigos y se lo han merecido, nos emocionamos mucho.

- ¿Y Claudia es distinta?

- Como la ves, muy calladita. Es muy introvertida, pero una vez toma confianza contigo, se da mucho, mucho.

- Tiene un humor diferente también...

- Sí, sí. Es que es muy joven, yo me imagino que se irá soltando poco a poco y en estas instancias lleva tres meses, entonces poco a poco, a la fuerza, se irá soltando la conocerás más cómo es ella en realidad.

- ¿Cuánto ha podido disfrutar el título junto a la familia?

- Hemos tenido un percance esta semana, que no lo ha sabido hasta que volvió. Se nos murió nuestra perrita Cheska y no se lo pudimos decir hasta que llegó. Ayer tuvimos una sorpresa y la llevamos a cenar y ahí empezó a disfrutar más. Ella siempre nos preguntaba, nos pedía que le enviáramos fotos. Llegó, se sentó en el auto, y mi mujer se lo contó. Le he dimos dicho que son cosas que pasan, pero es verdad que no la ha dejado disfrutar como merecía. Nosotros le dijimos que seguramente su perrita la estuvo empujando en la final. Nuestro otro hijo se ha enterado una semana después porque ha estado en exámenes y tampoco podíamos decirle nada.

- ¿Qué mensaje le dejaría a su hija?

- Que siga como es, ya no como jugadora, sino como niña porque es muy especial y que siga luchando por sus sueños, pero siendo como es: humilde, callada... que siga así.

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