ENTREVISTA AS

Superó una arritmia, le gusta la arqueología y llegó a Chile como figura mundial: “No dejo de...”

A Santiago arribó como la número 14 del mundo, producto de sus buenas actuaciones junto a Marta Ortega. Eso sí, el deporte que realiza no es su única pasión.

Ni bien saltó a la cancha central del Movistar Arena, Verónica Virseda (31) recibió el cariño de la gente que llegó a ver la primera ronda del Premier Pádel P1 Santiago. La toledana superó el estreno junto a Marta Ortega y se metió en octavos de final, para seguir con la ilusión de pelear por su primer título juntas. “Ojalá que el viernes cuando juguemos segunda ronda de este P1 de Chile se llene y nos apoyen”, cuenta ilusionada a AS.

Pero además del pádel, Virseda tiene otros intereses muy distintos. ‘Vero’ tiene una atracción por la astrofísica y el misterio de los dinosaurios, por lo que cada vez que puede, sigue sumando conocimientos sobre esos temas. “Son pasiones que nacen desde muy pequeña”.

- ¿Por qué?

- Me gusta mucho la arqueología también, son cosas que me interesan, sigo informándome. Me gusta ampliar los conocimientos, ahora estoy con una serie documental de Netflix sobre esto y es algo que siempre me ha causado curiosidad y que no dejo de informarme”, dice a nuestro medio.

‘Martita’. su compañera en la cancha, sonríe cuando la escucha hablar. Ella explica el por qué. “La conozco desde súper pequeñas y viendo cómo ha ido cambiando de dirección, tomando un camino muy pacífico me sorprende porque cuando éramos pequeñas, era de otra manera, por eso sonrío”, dice.

La arritmia que pudo cambiar su vida

Pero para llegar a este buen presente (es 14 del mundo y está a 1.200 del Top 10), Virseda vivió algunos momentos de incertidumbre. A los ocho años, tras un electrocardiograma, le dijeron que tenía el síndrome de Wolff Parkinson White. Alguna vez dijo que producto de una taquicardia en reposo, fue imprescindible estudiarla para terminar con ella.

A los 19, esa arritmia se repitió y ya con 22 le volvió a pasar con un ataque muy fuerte. En ese instante, los médicos le dijeron que no podría hacer más deporte. Para su suerte, buscaron otras opiniones médicas y tras consultar a más de tres cardiólogos, llegaron a la conclusión de que a través de una operación, todo quedaría atrás.

- ¿Cómo fue ese momento?

- Fue una operación muy simple que después de ella tuve periódicamente chequearme cada mes y al año y cuando se hizo el del año, ya se terminó. El tema que yo tenía era una arritmia cardíaca benigna que no supieron diagnosticar hasta que no estaban en la operación y se podía reproducir. Con el chequeo descartaron que eso se vuelva a reproducir. Hoy estoy bien.