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ENTREVISTA AS

“Te cambia la vida”: la emotiva historia de maternidad de una campeona chilena

Camila Caram, capitana de las Diablas, dialogó con AS y se refirió a cómo afrontó la maternidad siendo una deportista de alto rendimiento.

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“Te cambia la vida”: la emotiva historia de maternidad de una campeona chilena

Este domingo, muchas deportistas relevantes en nuestro país festejan el Día de la Madre. Una de ellas es Camila Caram (34), la histórica capitana de las Diablas, la selección femenina de hockey césped. Su hijo, León, nació en agosto de 2021 y, a partir de ahí, la múltiple medallista chilena debió aprender a gestionar esfuerzos: “Tuve que dejar el deporte de manera paulatina. Me mantuve jugando, mientras el equipo no sabía (ríe)”.

“Hasta que a los tres meses les conté a todas: ‘Voy a dejar de jugar hockey’. Después de eso me mantuve entrenando con el equipo, a un costado de la cancha, haciendo cosas individuales, ejercitando mi físico, la mayor parte del tiempo que el embarazo me permitió”, dice, en diálogo con AS.

- ¿Le costó alejarse del deporte de alto rendimiento por ese período?

- Sí, es difícil alejarse por tanto tiempo, porque uno tiene sus rutinas. Pero el cuerpo te va pidiendo descansar. Además, justo cuando quedé embarazada me puse a trabajar en otras cosas, entonces llené ese vacío, porque había harto tiempo libre, en relación a como era mi vida normalmente.

- Y la etapa postparto, ¿cómo fue?

- Tuve suerte, porque el parto fue súper bueno, fue un parto normal, sin ninguna complicación, mi hijo nació súper bien. Y después, en la crianza, fue una guagua bastante fácil, podría decir, como que todo se dio bien. Porque podría haber pasado por una cesárea, o que después mi bebé no durmiera durante las noches, y eso va trastocando los planes, pero se me dio todo bastante bien, siempre asesorada y después para volver a entrenar, seguí todas las indicaciones al pie de la letra.

- ¿Qué cambios provocó su hijo en usted?

- Uno cambia… y bueno, todo. Te cambia la vida. Te tienes que preocupar de una personita que depende cien por ciento de ti, y tus prioridades cambian. En el cuerpo técnico de la Selección eso siempre lo entendieron muy bien y me acompañaron. Tener un hijo te hace ver todo de manera distinta, te ayuda a madurar, es un proceso enriquecedor. Hasta en lo deportivo, cambió mi forma de liderar, de relacionarme con el equipo. Te cambia todo, finalmente.

- Luego de haber nacido León, ¿comenzó a proyectar el final de su carrera?

- Claramente uno no es la misma joven de hace diez años. Uno nunca sabe lo que puede pasar, pero claro, quizás sean mis últimos años en el hockey de alto rendimiento… Uno comienza a pensar en la familia. A los 34 años, como te decía, las prioridades van cambiando. Y bueno, está también el factor de que las nuevas generaciones comienzan a hacer presión y en algún momento te quitarán el puesto (sonríe). Es algo que hay que ir pensando.