Tiene 29 años y ya es una referente en la historia de Chile: “La gente me pide fotos, lo agradezco un montón”

Con 29 años, Paula Cofré Saphier tiene todo para decir que es una referente absoluta del montañismo chileno. Entre sus logros, la deportista nacional subió en solitario el mítico Mont Blanc, la cumbre mas alta de los Alpes con 4.810 metros de altura, el Gran Paradiso (la más alta de Italia), Dufourspitze (la más alta de Suiza), además de otras en Austria y Alemania. Pero hay otros dos muy especiales.

Cofré Saphier llegó a la cima del Aconcagua (6.962mts) e intentó en el Lhotse, la cuarta montaña más alta del planeta. Allí, vivió una situación extrema por las condiciones climáticas.

“Me fracturé unas costillas por la ”tos del Khumbu”“, indica. Aunque parezca extraño, lo contado por ‘Pau’ es cierto. Khumbu es la zona donde esta el Everest y Lhotse, que comparten ruta hasta el campo 3. Llegó a más de siete mil metros de altura, pero debió bajar a 6.500 para que un helicóptero la rescatara. Los dolores eran insoportables.

- ¿Cómo fue esa experiencia?

- Es un ambiente mucho más inhóspito, también a esa altura, sobre los 6.700 metros, también el aire es más frío, se hace más difícil la respiración, además allá llevaba mis cosas, era un desafío mayor.

- ¿Cuánto se tuvo que preparar para escalar montañas como el Aconcagua o el Lhotse?

- Siempre tuve relación con el deporte, subía cerros todos los fines de semana desde 2017, y eso te mejora muchísimo el físico, es increíble. Entonces ese trabajo de tantos años te va preparando, sumado a que siempre hago fuerza en el gimnasio, que es clave. Es un desafío que uno se pone, porque si uno se queda subiendo por los mismos cerros es difícil que progreses. Y esto sirve para la vida también. Es muy mental, porque si bien está lleno de escaladores que van a subir, pero en el fondo tú te das cuenta que estás ahí solo, luchando por sobrevivir.

- ¿Ha estado cerca de la muerte?

- Así como estar cerca no, pero por ejemplo cuando tuve la “tos del Khumbu” me fracturé las costillas. Allí el oxígeno que uno tiene es mucho menos, entonces cuando estás durmiendo, aunque duermas varias horas, el cuerpo ya no se recupera como cuando uno está en Santiago. Al contrario, se va deteriorando y se va cansando mucho más. Y empiezan otros riesgos también, como son los enemas cerebrales y pulmonares.

- ¿Qué sentía?

- Estuve como 5 o 6 días en campo 2, después de haber hecho la primera rotación. Mi tos solamente empeoraba, porque la única manera de que uno se recupere de esto es bajando. Me empecé a sentir más débil cada día, sentía que me estaba apagando cada día. Se me habían fracturado las costillas de tanto toser. Tuve que volver a campo 2 a los 6.500 metros y pedir un helicóptero... Y si tú estás más arriba tienes que bajar solo.

- ¿Está en sus planes volver a intentar esa cima?

- Sí, pero más adelante, hay que organizarlo con más anticipación. Antes pretendo subir el Alpamayo de Perú, Chimborazo y Cotopaxi de Ecuador, el Denali en Alaska... Hay muchos planes.

- ¿Se puede vivir solamente de este deporte en Chile?

- Sinceramente, en Chile, es muy difícil. Si tienes auspicios, ayuda, pero todos son guías de montaña o en mi caso, tengo mi pega también y tengo que presentar proyectos que sean interesantes para que te ayuden. Por ejemplo, un Everest, un Lhotse, montañas así.

- Por todo los conseguido en estos años, ¿se siente una referente del montañismo chileno?

- Yo siento humildemente que sí. Hoy se ha masificado el trekking, pero el montañismo sigue siendo un nicho y sobre todo, en mujeres. Hya una que son secas, pero usan muy poco las redes, entonces no tienen el reconocimiento que se merecen. Siento que la gente me conoce y lo agradezco un montón. Nunca busqué ser una referente, pero esto a mí me apasiona mucho. Es mi vida y lo quiero hacer durante toda mi vida.

- ¿Qué legado le gustaría dejar a lo largo de su carrera?

- Quiero que el montañismo siga creciendo en Chile. La montaña tiene unos valores muy bonitos.