1x1 de Chile: Pizarro y Osorio merecían otra suerte; Gareca sólo quiere su finiquito

Brayan Cortés: En la primera media hora, sus intervenciones tenían que ver con salir jugando, aunque su exceso de confianza asustó a muchos cuando dejó un pase comprometido a un compañero que, por suerte, fue bajado con falta. Después descolgó un gran cabezazo de Piero Hincapié.

Felipe Loyola: No es el mismo de Independiente, porque no juega en el puesto que deslumbra al fútbol argentino. Su entrega e ímpetu son infaltables. Llegó al fondo para sacar algunos centros que no pudieron llegar a otro compañero. Quiso ir para adelante porque es su personalidad, pero arrebatos individuales, en este equipo, no bastan.

Guillermo Maripán: Sólido en los duelos físicos, pero a veces asustaba cuando intentaba salir por abajo con el balón. Sin embargo, dos cruces impresionantes salvaron a Chile en el segundo tiempo. Demostró por qué es tan valorando en Torino.

Paulo Díaz: Tenía un partido complicado por la idea de juego directo de Ecuador, pero cumplió de gran forma, sobre todo en los anticipos. Valiente para ir al roce y firme en los pases, volvió a jugar bien en la Roja. En el único duelo que había perdido con Enner Valencia, lo salvó un milimétrico offside.

Gabriel Suazo: Con el paso de los minutos, su aporte fue creciendo. Empezó a ganar con más facilidad el duelo contra Alan Franco. Asistió a Vicente Pizarro cuando el ‘Vicho’ fue trabado en el segundo intento suyo por marcar. Después, se cansó como el resto del plantel.

Arturo Vidal: Gracias a su presión, en conjunto con Osorio, crearon la chance más clara de la Roja en el primer tiempo. Su fuerza y garra estuvieron, pero con eso no solo alcanza.

Rodrigo Echeverría: Sus anticipos fueron muy valiosos para que Chile empezara a inclinar la cancha a su favor. Pero desapareció por el cansancio.

Vicente Pizarro: Él no merecía el empate. A los 23′, quitó y luego se atrevió con un remate que se fue muy cerca del arco de Hernán Galíndez. Con el paso de los minutos fue creciendo en el partido.

Darío Osorio: Muchas veces cuestionado, pero quiso tomar el rol de Lucas Cepeda, sin suerte. En el minuto 24, contó la ocasión más clara de la Roja. Recuperó, combinó con Vidal y tras un pase de Vargas, su remate de zurda se fue al lado del arco. Lo mismo le pasó cuando aguantó la marca y quiso buscar el ángulo, pero elevó por poco. Esa irreverencia en la que se le pide en la Selección. En el segundo tiempo alternó buenas y malas, pero pareció estar solo o otra velocidad de un equipo visiblemente cansado, solo que Ricardo Gareca no lo vio.

Eduardo Vargas: Su toque para Osorio en la jugada más clara de Chile demostró que estaba en sintonía con el partido. Eso sí, cuando debía pelear los balones aéreos, perdía por el poderío físico de los ecuatorianos.

Diego Valdés: Si bien se notaba incómodo en la banda izquierda, generó el primer tiro importante de la Selección. Luego, tuvo más libertad y empezó a jugar por el centro, donde podía girar a la espalda de los volantes ecuatorianos, pero no lograba conectar el pase final a Vargas. A los 45+2′, el jugador de América de México metió un gran cabezazo que sacó Galíndez, quien el rebote le volvió a negar el 1-0. Parece desaparecer, pero al final se las arregla para tener chances. No fue ni bueno ni un espanto su partido.

Cambios:

Luciano Cabral: Fue el primer cambio de la noche para Chile. Intentó cambiar la historia, pero Ecuador no le daba espacios para crear. Buscó con la pelota detenida otra suerte para Chile.

Charles Aránguiz: Reemplazó a Echeverría en los últimos 20 minutos. Quiso llevar al equipo más arriba, pero no tuvo tanta injerencia en el juego.

Esteban Pavez: Ingresó por Vicente Pizarro para refrescar el mediocampo. O eso pensó Gareca.

Fernando Zampedri: Entró por Vargas para buscar el milagro. No fue abastecido, por lo que no tuvo mucho que hacer.

El DT:

Ricardo Gareca: Está claro que no quiere estar acá, pero al parecer no va a renunciar, lo que deja en evidencia lo expuesto en el título de este artículo.