Álvarez crea a un nuevo ‘10′ en la U
Durante el segundo tiempo ante Iquique, el DT le asignó un rol inédito al delantero. Cumplió a cabalidad y estuvo entre los mejores del elenco azul.
En un partido electrizante, por la intensidad de juego y las llegadas constantes hacia las porterías, Universidad de Chile resignó dos puntos y sólo pudo empatar 2-2 contra Iquique en Concepción. Los nortinos vencían sorpresivamente, pero el local reaccionó, igualó y estuvo cerca de la tercera cifra. En todo caso, habría ido un castigo excesivo para los dirigidos por Miguel Ramírez.
El cuadro azul elevó el desempeño durante todo el segundo tiempo, lo que le permitió emparejar las cifras. Uno de los más destacados en el conjunto que conduce Gustavo Álvarez fue otra vez Maximiliano Guerrero, quien ya es uno de los fijos en la formación titular del DT. Está debutando en Primera División, tras sus inicios en La Serena por el Campeonato Ascenso, y esto parece una ficción en vista de la adaptación total que exhibe.
Otro rol
En Concepción, la presentación de Guerrero tuvo un importante matiz. En el entretiempo, Álvarez definió el ingreso de Luciano Pons por Renato Cordero y reformuló el bloque ofensivo, con el ariete argentino como único centrodelantero. Cristian Palacios se desplazó a la posición de puntero izquierdo y Leandro Fernández hizo lo propio en el flanco derecho.
La mayor sorpresa, entonces, fue la funcionalidad asignada a Guerrero. Álvarez lo ubicó como volante ofensivo por delante de la dupla de mediocampistas centrales, conformada por Marcelo Díaz y Matías Sepúlveda. Siguiendo la línea de evolución de juego que ha mostrado desde su llegada, el delantero cumplió a cabalidad y contribuyó al acierto de la innovación implementada por el DT.
Evolución clara
De un delantero veloz y con accionar penetrante para habilitar desde la línea de ‘fondo’, Guerrero da pasos hoy para convertirse en un nuevo jugador. Álvarez, en 2024, le asignó el rol de puntero o extremo ‘cerrado’ y con maniobras reiteradas en los espacios de ataque central e intermedio. La adquisición de otros comportamientos de juego resulta evidente.
Ante Iquique, Guerrero volvió a avanzar. Situado detrás de la línea de tres atacantes, entró en contacto permanente con el balón y resolvió con velocidad, precisión y claridad hacia el bloque ofensivo mayor. No abandonó el espacio central de ataque. Con acciones de movilidad lateral y descendente, emergió como un apoyo constante y seguro, sobre todo en las transiciones de los azules hacia lo portería iquiqueña.