Álvarez no tiene miedo en Brasil: insistirá con esto que hizo sólo una vez en la Copa
Se esperaba una variante con un perfil de mayor seguridad defensiva, pero el DT mantendrá una dupla que tendrá una exigencia crucial contra Botafogo.
Universidad de Chile define su destino en la Copa Libertadores ante Botafogo, en Río de Janeiro. Un empate o un triunfo dejarán a los azules en los octavos de final del certamen, pero una caída solo les permitiría disputar los playoffs de la Sudamericana. Muy poco premio para la buena campaña de la U en el torneo, que tiene al cuadro chileno con 10 puntos encabezando el Grupo A. La definición también incluye el duelo de Estudiantes contra Carabobo, en La Plata, Argentina.
Gustavo Álvarez definió la oncena antes de medirse contra los brasileños y ya estaba clara incluso antes de viajar desde Santiago. Entre los titulares, una sociedad de ataque y defensa llamó mucho la atención, debido a la trascendencia del partido. También por la jerarquía individual y colectiva de Botafogo, que se potencia más actuando de local en el estadio Nilton Santos.
Dupla clave
El DT ratificó a Fabián Hormazábal y Maximiliano Guerrero como central y carrilero derechos en el contexto del sistema de juego 1-3-5-2 de los azules. A raíz de la suspensión de Matías Zaldivia por acumulación de tarjetas amarillas, se esperaba el ingreso de otro zaguero en el trío de centrales, pero los titulares serán Hormazábal, Franco Calderón y Nicolás Ramírez.
Álvarez ya utilizó la fórmula en la goleada por 4-0 ante Carabobo, en el Estadio Nacional, y dio muy buenos dividendos en vista del resultado y también por el desarrollo del juego que mostró la U. Sin embargo, en Río de Janeiro el trámite será completamente distinto. Botafogo necesita una victoria para obtener la clasificación a octavos de final y no despedirse del torneo, como campeón vigente, en la fase de grupos.
Las presencias de Hormazábal y Guerrero, lateral y puntero o extremo en sus orígenes, fortalece el funcionamiento ofensivo y de construcción de juego de la U. Ambos poseen dinámica y mucho recorrido, aportando gran volumen de juego. Conforman una sociedad de ataque y generación de fútbol coordinada, que se conoce cabalmente y son complementarios en los movimientos y habilitaciones.
Dudas evidentes
Las incógnitas giran en torno a qué sucederá en la función defensiva. En el 1-0 en Santiago, Botafogo presionó en campo rival con varios éxitos y, por momentos, restringió el accionar de la U y mantuvo al local muy cerca de la portería defendida por Gabriel Castellón. Seguramente, lo mismo acontecerá en Río de Janeiro y, del trío de zagueros, los azules pasarán directamente a una línea de cinco defensas, con Hormazábal como central neto y Guerrero bajo las exigencias máximas de un lateral.
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Por su pasado como marcador de punta neto en O’Higgins, el rancagüino posee un repertorio de respuestas defensivas que le permitirían adaptarse a las exigencias como central derecho. Es rápido, fuerte, ágil en los desplazamientos cortos y posee un buen mano a mano para recuperar el balón o interrumpir el juego. La principal dificultad la podría enfrentar en las acciones aéreas: sí, se eleva bien y es coordinado, pero la exigencia en la Libertadores es superior.
La gran duda es que pasará con Guerrero en el rol de lateral neto. Botafogo tendrá el balón, atacará regularmente y el ex La Serena, junto a Hormazábal, deberá controlar al lateral izquierdo (Alex Telles) y las apariciones del volante ofensivo del sector (Savarino) del 1-4-4-2 local. Defendiendo, Guerreo es funcional en las presiones en campo contrario, con acciones de acoso y de interrupción de pases. Sin embargo, cerca del área penal propia, anticipar, bloquear, seguir la pared, barrerse y ganar en el juego aéreo es crucial. Estos recursos no constituyen parte esencial de su juego.