Así fue el plan que evitó otro escándalo en el fútbol chileno
El partido entre Colo Colo y Boca Juniors tuvo más presencia de efectivos policiales en las calles. Una persona intentó ingresar bengalas y fulminantes.
Después de los graves incidentes ante Monagas y a tres días del frustrado Clásico Universitario en el Ester Roa de Concepción, el fútbol chileno tenía otra prueba en seguridad: el duelo entre Colo Colo y Boca Juniors por Copa Libertadores.
La expectación era tan alta que Conmebol envió a su jefe de seguridad, el colombiano Gustavo Morelli, a participar en las últimas reuniones de coordinación con las autoridades de Gobierno. El organismo también designó a dos oficiales de seguridad: Manuel Polanco y Mario Muñoz. “En total fueron tres personas y habitualmente es solo uno”, explicaron fuentes relacionadas al tema.
Una vez instalado en Chile, Morelli le pidió apoyo a la ANFP, representada por Yamal Rajab (Gerente de Ligas Profesionales) y Felipe de Pablo (Gerente de Operaciones y Seguridad). Con ellos se acordó que pese a la baja cantidad de espectadores (23.000), el partido debía tener un tratamiento incluso mayor a un Superclásico.
Hubo 400 guardias privados, 160 validadores y más presencia de efectivos policiales, tanto en las calles como al interior del recinto. Algunos carabineros fiscalizaban los ingresos del público, mientras otros recorrían el estadio con perros.
El ingreso hacia las calles Marathon y Exequiel Fernández fue peatonal y sólo quienes tenían ticket de estacionamiento pudieron ingresar en vehículos, tal como ocurre en los encuentros de mayor importancia. Sin embargo, en esta ocasión, el anillo de seguridad incluyó una revisión de los autos por parte de Carabineros. Las autoridades policiales abrieron maleteros y puertas.
Más tarde, en el interior del Monumental, los guardias privados volvieron a revisar los vehículos. Así, se descubrió a una persona que “estaba ingresando agua, pero debajo de los asientos llevaba bengalas y unos fulminantes para ser utilizados con una pistola de fogueo, que no encontramos”, según contó el Coronel Wildo Matus.
“Esa persona está detenida y mañana pasará a primer control de detención. ¿Cómo se logró? Se revisaron todas las personas que ingresaron al estadio, incluso los guardias de seguridad”, agregó la autoridad policial, quien reveló que en total hubo 23 detenidos. “Otros se detuvieron por desórdenes o duplicidad de identidad”.
Matus quedó conforme con el plan que evitó una nueva polémica en la seguridad de Colo Colo: “No hubo avalanchas y no hubo intentos de reventones. Hubo amenazas (por redes sociales), pero eso no existió. La seguridad pública y la seguridad privada trabajaron en conjunto y el sistema funcionó. La gente se fue tranquila”, cerró.