“Católica era un gran salto en mi carrera, pero una semana antes de firmar me diagnosticaron cáncer”

Una de las historias de superación más conmovedoras en el fútbol es la de Diego Cofre. El joven delantero de 17 años hizo su debut en el profesionalismo en el triunfo de Deportes Melipilla sobre General Velázquez. Sin embargo, su camino no ha sido fácil, pues, vivió una dura enfermedad en el pasado.

Cuando tenía 14 años, el atacante de los Potros fue diagnosticado con cáncer de ganglios y AS se contactó con él para conocer su historia. "Fue difícil para mi y para mi familia, porque fue un stop al sueño de ser futbolista profesional“, cuenta.

También, repasó el día inolvidable de su debut. “Fue algo bonito. De pequeño soñaba con ese día. Estoy orgulloso, feliz y contento de haber cumplido mi sueño”, añade Cofré.

- Le tocó debutar con un triunfo...

- Fue un triunfo muy bueno para el equipo. Estamos arriba en la tabla. Me tocó entrar cuando estábamos 2-0 y justo después General Velázquez hizo el 2-1, el partido estaba más apretado e intenso. Fui a correr todas las pelotas nomás.

- ¿El DT le había dicho en la semana que podía sumar minutos?

- En la semana, no sabía que iba a ir citado. Entrené con el plantel, anduve bien. Pensaba que podía tener la oportunidad, pero nunca pensé que sería tan luego. Recién me confirmaron un día antes que iba a estar convocado. El profe me dijo que iba a estar en la nómina, que me lo tomara con calma y felicidad, que disfrutara el partido.

“Una semana antes de que me inscribieran en la UC, me diagnosticaron cáncer...”

- Le diagnosticaron cáncer cuando era joven, ¿cómo fue lidiar con esa noticia?

- Fue difícil. Con 14 años, desde Melipilla fui a probarme a Universidad Católica. Era un salto grande para mi carrera. Me fue bien en las pruebas masivas y quedé, pero una semana antes de que me inscribieran me diagnosticaron cáncer de ganglios.

- ¿Cuánto tiempo estuvo luchando con la enfermedad?

- Estuve seis meses. Gracias a Dios no fue tan avanzado, fue algo cortito, pero sí tuve harto el catéter en el pecho, lo tuve un año. Pero el tratamiento en sí fue de tres meses.

- ¿Cada cuánto tenía que asistir a su tratamiento?

- Tenía que ir un día por semana. Así, iba dos semanas seguidas y después tenía dos de descanso.

- ¿Cómo logró salir adelante?

- Mi familia siempre ha sido aguerrida, somos una familia fuerte. Gracias a Dios, me contagié de eso. Nunca fue algo tan grave en mi mente. Siempre he asumido bien las cosas. Nunca dejé de entrenar. Hacía las quimioterapias en la mañana y en la tarde entrenaba con mi serie. Eso fue lo que más me ayudó a despejar mi mente.

- Llama la atención su fortaleza mental, ¿alguna vez trabajó con psicólogo?

- Nunca he tenido un psicólogo. Me crie jugando en el barrio, todo el día en los pasajes, en Santiago y en Melipilla. El barrio te enseña muchas cosas que son buenas para tener la madurez y ser más autónomo.

- Me imagino que su familia fue importante...

- En mi casa están todos felices y contentos. Es un orgullo porque soy el primer futbolista profesional de la familia. Somos cinco hermanos y el más chico recién está empezando a jugar, tiene diez años. Va bien encaminado.