Chile da el primer paso para salir del infierno

En los últimos tiempos, no es fácil encontrar un triunfo de la Roja y menos, de la forma en que lo hizo ante Rusia. Chile aprovechó las dos grandes chances que tuvo y derrotó 2-0 al conjunto ruso, que llevaba 23 partidos invictos. Gonzalo Tapia marcó por primera vez en la selección adulta y Ben Brereton Díaz volvió a marcar.

Chile regresó al país donde estuvo a un partido de ganar la Copa Confederaciones 2017. Sí, ocho años después y con un equipo completamente nuevo y una realidad que no tiene nada que ver con los tiempos más gloriosos de la Selección. Pero aún así, obtuvo una victoria que quizás hoy no se valore mucho, pero quien sabe si marque el inicio de una etapa positiva en una era donde la vara está bajísima.

La primera situación clara de gol fue de Rusia. Tyukavin exigió una tremenda reacción de Lawrence Vigouroux, que salvó dos veces a la Roja en la misma jugada.

Luego, Alexander Golovin, la gran figura del equipo, buscó con una definición colocada el 1-0, pero su intento rozó en el travesaño. Vigouroux solo hizo vista, porque no llegaba.

A Chile le costaba tener el balón, porque Rusia lo movía con mucha calma, aprovechando la calidad de Golovin, figura del Mónaco. Gonzalo Tapia estaba muy solo y lo único que podía hacer era conseguir faltas... a 50 o 60 metros del arco rival.

Recién a los 21′, la Roja pisó el área rusa. Darío Osorio encaró y sacó un zurdazo que fue trabado por un defensor rival, lo que le dio el primer córner a Chile. Esa jugada fue lo mejor que pudo hacer el jugador de Midtjylland, que debió colaborar mucho con Fabián Hormazábal.

Rusia dominaba, tenía la pelota, pero se equivocó en una salida y, como casi nunca, Chile aprovechó la primera clara que tuvo. Vicente Pizarro recuperó el balón tras un mal pase de Igor Diveev, y le quedó a Javier Altamirano, que controló y luego puso a correr a Gonzalo Tapia, que demostró cuánto ha evolucionado en Sao Paulo. Aguantó la marca en el área y sacó un zurdazo cruzado para el 1-0 (36′).

En el complemento, los primeros minutos de Chile fueron los mejores desde que Córdova dirige a la Roja. Encontró por la izquierda una buena sociedad entre Suazo y Altamirano. A eso, se sumaba la velocidad de Gonzalo Tapia que, tras un tremendo saque largo de Vigouroux, recibió una grotesca falta que el impresentable árbitro uzbeko Firdavs Norsafarov ignoró.

Esa jugada fue el inicio del show del juez, que ignoró varias patadas y agresiones del equipo local que se desesperó. Y en cualquier ‘faltita’ chilena, cortaba el partido para darle una chance a los rusos.

El punto cúlmine del espectáculo de Norsafarov fue un penalazo de Nail Umyarov, que bloqueó con la mano un buen remate de Pizarro que iba al arco. Todos vieron la falta, pero el árbitro no cobró nada. ¿De yapa? Amonestó a Suazo por los reclamos.

Pero Chile no se desenfocó ante el evidente mal arbitraje y volvió a celebrar. A los 76′, Ben Brereton Díaz liquidó la historia. El ‘22′ tomó un rebote en Suazo tras una fallida salida rusa y, de primera, superó a Stanislav Agkatsev.

Córdova le dio minutos a Agustín Arce y Francisco Salinas, el lateral campeón con Coquimbo. También entró Cepeda, que manejó el ritmo de los ataques. Chile volvió a celebrar en el extranjero en un partido donde supo sufrir, y pegó como pocas veces lo hizo en los últimos años.