“El sueño de mi hijo era jugar por Chile, pero ya no puede correr riesgos; su vida está en juego”

Kennet Hanner-López es un ex delantero nacional, promisorio en un momento, que hace unos días anunció su retiro del fútbol profesional a los 25 años, luego de haber sufrido múltiples lesiones, entre ellas, tres roturas de ligamento cruzado. El ex futbolista, de madre chilena y padre alemán, nació en Santiago en 1999, pero a los tres años su familia decidió irse a vivir al país germano.

“Él apenas cumplía el año y ya le andaba pegando a la pelota. Después, llegó acá (a Alemania) y a los cuatro se integró a su primer club de fútbol, con pasaporte chileno”, dice Paula López, su madre, en conversación con AS.

El ariete hizo casi todas las divisiones inferiores en el Mainz 05, en la ciudad de Maguncia, donde despuntó a temprana edad. En la temporada 2018-19, por ejemplo, convirtió 18 goles en la Bundesliga Sub 19, finalizando segundo en la tabla de anotadores y siendo promovido a la filial del equipo teutón, que jugaba en la Cuarta División de Alemania. Entonces, ¿por qué se supo tan poco de él en Chile?

En concreto, Hanner-López recibió un par de llamados a la Roja. Por ejemplo, fue invitado al amistoso Sub 21 que jugó la Selección ante Francia en 2017 y luego estuvo en unos amistosos de la Sub 20 de Héctor Robles. Sin embargo, las lesiones impidieron que su carrera evolucione.

“Lo operarán por tercera vez en diciembre. La primera fue sumamente dura, pero la rehabilitación fue pronta. Él tenía la esperanza de lograrlo rápido para reintegrarse. Cuando lo autorizaron para volver a jugar, entró y se le rompió nuevamente el tendón. Ahí se le vinieron todos los sueños abajo, porque enfrentaba una segunda operación en menos de un año”, señala López.

- ¿Él estaba fuerte mentalmente pese a esa segunda lesión?

- Sí, ahí el entendió que debía cuidarse, que no podía quedar cojo por culpa del fútbol, porque su vida se truncaba, y esto sigue. En algún momento será padre y no puede estar ahí, sin jugar con sus hijos, sin pensar en el futuro. Decidió salir de Mainz a Hoffenheim II, para que la recuperación fuera lenta, tenía menos presión profesional. Y ahora, en octubre, le volvió a pasar lo mismo, así que decidió terminar con su carrera porque, lamentablemente, su cuerpo no puede. Es duro, pero ya asumido. Ahora está estudiando, dará su examen de grado y a empezar ese proceso de recuperación de nuevo.

- ¿Qué está estudiando?

- Una carrera bancaria, pero además quiere seguir ligado al fútbol. De todos modos, no me lo ha conversado. Yo estoy de vacaciones ahora, él está en Alemania y pronto nos reuniremos a hablar ese tema. Está pensando en ser entrenador de fútbol, o estudiar para ser gerente de deporte. Aún no lo tiene definido.

- El retiro imagino que lo golpeó fuerte.

- Claro que le duele, pero ya no puede correr más riesgos porque es su vida la que está en juego. Él tenía muchas ilusiones, contratos, maneja cinco idiomas, es alto, rápido, joven... Tenía todo un futuro, pero la vida es así. Él tiene que pensar que la vida continúa de otra forma.

- ¿Su sueño era jugar por la selección chilena adulta?

- Totalmente. Era lo que más deseaba. Claro que su corazón latía por la Selección.

- Cuando anunció su retiro, recibió varios saludos desde Chile, de futbolistas y también hinchas.

- Sí, él se siente muy agradecido por eso. Tiene sangre chilena. La camiseta juvenil de cuando fue nominado me la regaló a mí. Y tiene otra indumentaria de Chile que sigue usando: el buzo, la mochila... Y la camiseta me la obsequió en señal de amor. Hoy él está tranquilo, dedicó 21 años de su vida al fútbol y fue una linda etapa. Lo que le pasó fue lamentable porque él era un atleta, era bueno en todos los deportes, pero ahora debe ponerle cabeza a lo que viene.