“En Polonia tuve años muy buenos; había una lista de Bielsa para la Roja y estaba yo, pero...”

Alexis Norambuena formó parte de la legión chilena que representó a la selección de Palestina hace algunos años. Entre los nombres destacados en ese equipo, se encontraban Pablo Tamburini, Jonathan Cantillana o Rodrigo Gattas, quienes por ese entonces supieron destacar en el torneo nacional.

En esta segunda parte de su entrevista con AS, el formado en Unión Española abordó su paso por el combinado árabe, la razón por la que decidió aventurarse en esta exótica experiencia y cómo fue su experiencia en Medio Oriente junto a los futbolistas chilenos.

- ¿Por qué optó por representar a Palestina?

- Yo en Polonia tuve dos años muy buenos. Había una lista de Bielsa con jugadores que estaba mirando y estaba mi nombre. Me ilusioné. Si me llamaban y no me vestía o tenía que ver el partido desde la tribuna, era feliz. Jugar en tu Selección es algo a lo que todo jugador aspira, pero pasó que cambiaron al entrenador y no me llamaron nunca. Estaba llegando a los 30 y quería ver una forma de jugar partidos internacionales.

- Y ahí apareció la opción de jugar en Palestina...

- Mi abuela es de apellido Nassar, así que me comuniqué con Roberto Kettlun y le comenté que tenía ascendencia palestina. Pregunté si había alguna posibilidad, porque estaba muy interesado. Me pidieron los datos y hablé con la embajada de Chile. Tiempo después pude sacar mi pasaporte y comencé a jugar uno de esos campeonatos árabes que hacen por ahí.

- ¿Cómo era competir en Medio Oriente?

- Comenzamos a jugar Eliminatorias, fuimos dos veces a la Copa Asia. Ahí te das cuenta lo importante que es para un futbolista el poder estar en partidos internacionales. Uno cree que por ser selecciones menos conocidas son malas, pero hay jugadores de nivel. Los que jugábamos en ligas de Europa teníamos un poquito más de responsabilidad, porque veníamos de un fútbol más competitivo. Ahora, eso es algo que uno siempre tiene cuando juega y representa a todo un país.

- Es un fútbol un poco desconocido...

- Claro, jugamos contra equipos muy fuertes, porque en Asia hay selecciones pesadas como Japón o Australia. Nadie cree que los campeonatos allá son competitivos, pero son de alto nivel. A veces te encuentras con países de los que jamás habías escuchado, pero que tienen futbolistas muy buenos. Incluso, te diría que hay mucho potencial para explotar en esos torneos.

- Hubo mucha presencia chilena en esa selección, ¿A quiénes recuerda?

- Compartimos selección con varios chilenos como Pablo Tamburini o Jonathan Cantillana. También habían otros que jugaban en Chile como Carlos Salom, que era goleador en Unión. Rodrigo Gattas también estuvo. Matías Jadue igual, entonces éramos varios ahí. Eso igual nos ayudó a sentirnos como en casa. Estábamos haciendo patria, como se le dice. Pero nos recibieron bien, pese a que había cosas que para nosotros eran nuevas.

- ¿Qué tan diferente era la cultura palestina?

- Nosotros cuando concentrábamos en el hotel, había que acostumbrarse a lo que comen ellos. El menú como tal era mucha ensalada y jugo, porque hacia mucho calor. Las duchas eran cerradas, no es como en otros lados que básicamente entran todos juntos. Eso para ellos no es normal.

- ¿Hubo algo en especial que a lo que le costó adaptarse?

- Éramos cinco chilenos y es cábala el poner música, pero allá no podíamos. No les gustaba (risas), porque según ellos no nos concentrábamos en el partido. Poco a poco comenzamos a entender ese tipo de cosas.

- A día de hoy, ¿Cómo valora su experiencia allá?

- Muy bonito, al final estábamos abogando por lo mismo, que era que nos fuera bien como equipo. Muchas veces nos tocó hacer pretemporada en fechas festivas de acá. Navidad, Año Nuevo... pero son decisiones que uno toma. Podría haber dicho perfectamente que no. Por ejemplo, una vez el 31 de diciembre lo pasé en un aeropuerto, pero yo quería jugar. Te queda como experiencia.