Entrevistas AS | Parte II
“No me conocen en Chile y puede ser por un tema personal.... He sido medio reacio a que esto se expandiera”
Es uno de los pocos chilenos que dirige en el extranjero. Hoy, vuelve a Bolivia para asumir en un cuadro importante: “Es una liga atractiva”.
Rodrigo Venegas mo es muy conocido en Chile y acaba de concluir un paso de un semestre por Osorno en Segunda División. Ni siquiera ahora que asumió en Aurora de Bolivia, el quinto equipo de su paso por la primera división altiplánica, su labor ha trascendido mayormente. El DT nacional, de 36 años, conversó en exclusiva con AS para abordar la nueva etapa que iniciará, pero también se refirió a los ciclos que ha desarrollado en su labor en la banca, tanto en Chile como Bolivia.
- En el país se conoce muy poco su trayectoria internacional…
- No me conocen en Chile y creo que puede ser por un tema personal. Siempre he sido medio reacio a que esto se expandiera. También siento que la liga boliviana para muchos no es muy llamativa, acá en Chile casi nadie mira fútbol boliviano. Creo que acá no es muy valorada, a pesar de que es una liga muy competitiva. No tendrá los pergaminos de otro fútbol, pero a nivel local e internacional va bien. Vino Bolívar y le ganó Palestino acá. Lo mismo pasó con The Strongest contra Huachipato acá. Allá el fútbol es muy parecido al de acá, con algunas variables, que tienen que ver mucho con el tema geográfico. Es una liga atractiva, hay que conocerla bien, no es fácil.
- ¿Cómo partió en el fútbol?
- Mi primera incursión fue como preparador físico en las categorías más chicas de Unión Española. Entonces, me di cuenta que me llamaba mucho más la atención ser entrenador que PF y me vinculé con el área técnica. Después tuve la posibilidad de llegar al fútbol formativo de la U, pero no como entrenador. Era uno de los coordinadores y era también ayudante en algunas categorías. Más tarde, mi primera experiencia fue en San Luis. Ejercí posteriormente como analista táctico en (Santiago) Wanderers, lo que me ayudó mucho también hasta partir como ayudante técnico en 2019.
- ¿Qué tal esa etapa como segundo DT entre todas las funciones que cumplió?
- Fueron casi tres años completos y todo fue muy enriquecedor. Es súper recomendable para nosotros, los entrenadores jóvenes, ser ayudante técnico. Cuando uno da un paso en el fútbol profesional, uno cree tener las capacidades, pero generalmente hay cosas que uno no ha visualizado. Es importante ser segundo para ver eso. Hay que ir mirando y aprendiendo y tener participación con jugadores de Primera División. Quedé muy agradecido de Miguel Ponce, por la oportunidad que medio y por cómo me capacitó.
- Se inició en Bolivia al mando de Blooming…
- Es un equipo muy grande de Bolivia y fue en una situación muy extrema. Con Miguel Ponce había trabajado en ese equipo antes de la pandemia. El 2021, el club estuvo en puestos de descenso en la parte final de la temporada y, a falta de tres fechas, el técnico renunció. Surgió la posibilidad de ir y poder ayudarlo en la situación compleja que vivía. Jugó a mi favor que los jugadores me conocían, porque había estado con ellos con Miguel Ponce.
- ¿Eso fue clave?
- Sabían de mi trabajo y eso ayudó mucho a que de decidiesen por mí. Yo no tenía ninguna experiencia dirigiendo, lo más que había hecho había sido ser ayudante técnico. Fue sorprendente, alucinante en un momento tener esa oportunidad. Llegar a San Cruz y encontrarte con estadio con 30 mil personas jugando un partido que definía la permanencia, para mí fue un tremendo empuje que me dio la seguridad de que estaba capacitado para dirigir. Ganamos 1-0 el último partido y nos salvamos.
- Se quedó en el club entonces…
- Claro, en la etapa siguiente tuvimos un comienzo muy prometedor. Estuvimos ocho o nueve partidos invictos, pudimos llegar a una semifinal del torneo. Eso nos dio la posibilidad de clasificar a una copa internacional. Fue una pasa muy linda, de muchas emocionalidades, porque había muchas dificultades.
- Posteriormente, en Oriente Petrolero también debió lidiar contra el descenso…
- Si, cuando llegué faltaban siete fechas para el término del torneo. Por la experiencia que había tenido en Blooming, se comunicaron conmigo y acepté. Valoré los jugadores que había y sentía que existía la posibilidad de lograr la permanencia. Sentía que tenía la tranquilidad y la templanza para enfrentar el momento, también las herramientas futbolísticas para lograr el objetivo. Nuevamente, resultó como yo lo esperaba. Al final, y por diversas razone, optó por no continuar en el club.
- En Always Ready después fue distinto, ya no debía evitar el descenso…
- Sí, se ha posicionado como un equipo muy competitivo en Bolivia. Ha participado en las Copas Libertadores, también ha ganado torneos locales. Es uno de los equipos fuertes a nivel boliviano. Pensaba en que íbamos a lograr un buen cometido, pero no me fue bien. Eso me permitió posicionarme más aún y quedar en la retina del fútbol boliviano. Había estado medio desaparecido por cinco o seis meses y a otro equipo grande (Oriente Petrolero) lo tocó enfrentar el tema del descenso. Yo todavía estaba en Bolivia, se contactaron conmigo y optamos por ir. Faltaban cinco fechas para que terminara el campeonato.
- ¿Cómo fue esa experiencia?
- Nuevamente, tuvimos la posibilidad de que nos fuera bien y cumplir así el objetivo. Después, seguimos trabajando, pero a comienzos de temporada hubo un desacuerdo, por lo que llegamos a un acuerdo para poder salir del club. Ahí, me mantuve a la espera, porque también había un tema contractual que me impedía dirigir mientras se finalizar ese tema contractual con Oriente. Tuve que esperar hasta julio más o menos y en agosto surgió la posibilidad de venir a Osorno.