Cometió un error y su equipo descendió: “Si me quedara pegado, viviría desilusionado”

Cuando se habla de Óscar del Solar (65), muchos futboleros recuerdan un episodio que ocurrió en 2009. En noviembre de ese año, en un partido entre Cobreloa y Rangers en Calama, el entonces entrenador del conjunto talquino utilizó seis futbolistas extranjeros y aquello terminó provocando que su club descienda a la Primera B. Fue una situación que generó mucha tristeza en la Región del Maule.

A 14 años de ese momento, Del Solar sostuvo una charla con AS y recordó lo vivido junto a Rangers. “Fue un momento difícil, pero ahí me contuvo la familia, los amigos. Uno tiene muchos conocidos, pero amigos de verdad, pocos. Entonces, esos incondicionales siempre están preocupados”, cuenta el actual técnico de las Selecciones de fútbol de la Universidad de Concepción.

“Casos así hubo muchísimos antes y después, pero el excesivo amor que la gente del club tenía por mí, que se reflejaba en todo lo que pasaba en el día a día, hizo que el dolor y la decepción fuera más grandes para ellos”, lamenta Del Solar.

- ¿Siente que después de ese error el cariño de la gente de Talca hacia su persona fue disminuyendo?

- Todo el mundo prefiere ser querido. Ahora bien, uno no puede vivir del pensamiento de los demás. Estoy claro de lo que pasó y hay que aprender de los errores, pero hay mucha gente que me quiere. Hay muchos que me escriben por redes sociales, que me llaman cuando los resultados de Rangers no son positivos... Pero claro, como es típico de nosotros, el error multiplica opiniones.

- ¿Hay ‘chaqueteo’?

- No, pero como que adherimos mucho al error. En Chile todavía se recuerda un penal perdido por Caszely, un ídolo de todos nosotros. Era un penal que no definía nada, pero hoy es como el gran recuerdo. Esas cosas son extrañas en nuestra mentalidad, pero eso no me complica. Los años van pasando y yo miro hacia adelante. Lo que va pasando es materia de análisis, pero no me quedo pegado... Si te quedas ligado a los errores, a lo negativo, tu vida siempre tendrá una mirada baja y sin ilusiones.

- ¿Está conforme con lo que ha hecho en su carrera?

- O sea, todavía no ha terminado. Fui jugador amateur, de varias series formativas, de reserva, y cuando iba a dar el paso al fútbol profesional, tuve una lesión de tendón de Aquiles muy importante. Después, como entrenador, ascendí a dos o tres equipos, dirigí al equipo más importante de El Salvador, en la liga argentina... Allí enfrenté a River, a Boca, a Independiente, y también estuve en el fútbol uruguayo. Pisé el Centenario, y no estando en las tribunas, sino que en los camarines y en la cancha.

- Está orgulloso de lo que ha logrado, entonces...

- Fueron muchos momentos de éxito. Y después también destaco el reconocimiento de los jugadores que tuve. Entonces, encuentro que ha sido una carrera positiva de alguien que no buscó exponerse, que siempre fue reacio a la entrevista. Nunca conté con un representante que me ayudara a llegar a algún lado. A mí siempre me llamaron los directivos de los clubes por recomendaciones de jugadores... Ha sido un sueño estar en el fútbol y construir mi vida a partir de eso. Hoy estoy orgullosísimo de lo que se ha hecho, pero creo que todavía hay mucho por hacer.