Conflicto en el Ascenso: “El DT me humilló y me pisoteó; no soy el único que lo ha vivido”

Álvaro Césped dejó de ser jugador de Deportes Recoleta. A través de Instagram, el volante de 31 años comunicó su partida del club y envió un mensaje de agradecimiento a sus compañeros y a la dirigencia. “Les deseo lo mejor”, escribió.

En la publicación, eso sí, Césped también hizo una acusación: “Una persona me humilló, me pisoteó, me faltó el respeto, y no quería que yo siguiera”. Ahí apuntó al DT Felipe Núñez y el propio futbolista se lo confirmó a AS. Por esa situación, el mediocampista optó por llegar a un acuerdo con el club y marcharse.

En la conversación con este medio, Álvaro Césped se refirió a su salida del elenco metropolitano y abordó su relación con el entrenador. Ahora, con el mercado de fichajes cerrado, el ex Cobreloa deberá mantenerse entrenando y aguardar por el inicio de la próxima temporada para sumarse a otro equipo.

- ¿Cómo se dio su partida de Deportes Recoleta?

- Llegamos a un acuerdo y terminamos el contrato. No quería generar problemas, porque hoy lo más importante es el equipo, que está viviendo un momento difícil. Por lo que me hizo entender el técnico, el problema era yo.

- En el mensaje que publicó en Instagram, usted contó que alguien lo humilló... ¿Es Felipe Núñez?

- Sí, pero la verdad es que tampoco tengo por qué hablar de otra persona para poder defenderme de lo que me pasó. Lo que viví durante este año como jugador fue súper difícil y no quiero hablar mal de alguien... Quiero hablar de mí, de lo que viví, y la verdad es que no lo pasé bien. Estaba súper mal.

- ¿La pasó mal por no ser considerado como usted quería?

- No. Cuando uno está en el fútbol, sabe que jugar o no es parte de. Pero me pasaron cosas que iban más allá de lo deportivo y la verdad es que no estaba bien.

- ¿Puede dar un ejemplo de lo que vivió?

- Sí... A grandes rasgos, (Felipe Núñez) no me saludaba, no me hablaba, no me miraba. Yo era prácticamente un problema y la verdad es que en mi carrera nunca pasé algo así. Llevaba tiempo sufriendo y estando mal.

- ¿Por qué cree que se daba este problema?

- Hasta el día de hoy no lo sé... O sea, no solamente fue conmigo. El tema es que yo fui como la gota que rebalsó el vaso. Otros compañeros también lo han vivido, pero tampoco quiero exponer a alguien más.

- ¿Alguna vez conversó sobre esto con Felipe?

- Sí, desde el principio del año hasta ahora. Conversamos muchas veces y siempre el problema era yo. Siempre lo mismo, las mismas conversaciones, y al final no tenía sentido seguir hablando.

- Como que no se logra entender mucho el trato de él hacia usted...

- Sí. Yo también sigo sin entender cuál el ‘problema’. En los clubes que estuve entrené igual, siempre fui profesional, y nadie tiene algo para decirme. Es primera vez que me pasa y me sorprendo... Siento que no me merecía lo que estaba viviendo.

- Extraño, ¿no?

- Sí, es atípico, pero bueno... Hay gente ligada al fútbol que se maneja así y, lamentablemente, hay que aceptarlo.

- ¿Cree que tienen pendiente una conversación?

- No, ninguna.

- O sea, se rompió esa relación...

- Lo que pasa es que yo entregué todo. Fui la persona que siempre he sido con todos y siento que no hice nada malo para que todo haya terminado así. Lo que sí, rescato a los dirigentes del club. No merecen lo que están viviendo, porque es gente demasiado decente... Son personas que el fútbol no está acostumbrado a tener.

- Cuénteme más sobre cómo la pasaba usted...

- La verdad es que era un sufrimiento. Era ir entrenar por mí, sabiendo que no iba a ser considerado, y eso me ponía mal. Uno trabaja para competir y desde hace mucho tiempo que ya que había dejado de hacerlo (N. de la R: su último partido lo disputó el 14 de julio. Fue en el 1-1 ante Universidad de Concepción).

- ¿Qué viene para usted?

- Me voy a tomar unos días para poder salir y sacarme todo lo que viví y ya la próxima semana o la subsiguiente me pondré a entrenar para estar bien. Quiero seguir jugando, obviamente no depende de mí, pero deseo estar bien para lo que venga. Y si no se da, hay que seguir, porque la vida continúa.