Entrevista As
“A los 6 meses me quería ir de Copiapó, el club era amateur; ahora quiero hacer historia”
Juan Jaime se alzó como figura destacada del equipo recién ascendido. Recordó sus duros inicios en el norte y su paso por las inferiores de Lanús.
Copiapó hizo historia tras su ascenso a la Primera División. Dieron vuelta un 3-0 en el inicio de la liguilla ante Puerto Montt y sellaron la hazaña con un expresivo 5-0 a Cobreloa en Calama. En toda la campaña, Juan Jaime fue uno de los baluartes, jugó 34 partidos y anotó un gol, y en diálogo con AS repasó sus seis años en el norte.
“La sensación es de mucha alegría después de tantos años de buscar el ascenso. En la interna el balance es que en el 2021 fuimos el mejor equipo, ganamos la liguilla y después hubo muchos manoseos que nos impidieron concretar el llegar a Primera. Este año volvimos a marcar diferencia, tuvimos la convicción siempre a tope e hicimos historia. La alegría que tengo hoy en inmensa”.
- Ya lleva varios años en la institución, ¿qué recuerdos tiene de cuando llegó al club?
- Se me viene a la mente cuando firmé el 2017. El club no tenía estadio, entrenábamos en Caldera y todo era precario, con falencias y muy amateur. A los seis meses pensé en irme por lo mismo, yo venía con ambiciones, quería crecer y el club no me daba eso. Después, cambió la dirigencia con la llegada de Luis Galdames (presidente) y Erwin Durán (DT), y a partir de ahí cambió la forma de pensar. Al año siguiente entregaron el estadio, la gente nos acompañó y se encantó.
- ¿Cómo definiría el estilo del entrenador Héctor Almandoz?
- Es enérgico, transmite mucha euforia, y es una extraordinaria persona. Nosotros supimos entender su idea de juego y la llevamos al campo, fuimos de menos a más y el equipo se fue ensamblando. Nuestro carácter no lo tiene ningún equipo de la B y es lo que él nos dio. Con Puerto Montt, cuando remontamos el 3-0, dejamos claro eso.
- ¿Y qué opina del rol de Jorge Luna?
- Lo enfrenté años atrás y en el 2021, ya como compañeros, me sorprendió. Su calidad como persona y como jugador es impresionante y creo que lo aprovechamos al máximo.
- ¿Cuáles son sus planes para el 2023?
- Tengo contrato vigente y mi idea es seguir. Es un honor y un orgullo estar en Primera, era mi sueño cuando llegué. Quiero demostrar que tengo la capacidad para estar en la máxima categoría. ¿Cómo veo al club para estar en Primera? Será un lindo desafío, un sueño hecho realidad para todos los copiapinos. Tenemos que prepararnos bien si queremos competir al alto nivel, porque en mi mente está seguir haciendo historia en esta institución.
- ¿Está en sus objetivos llegar a un grande de Chile?
- El deportista siempre busca el crecimiento constante y ojalá el día de mañana pueda jugar en un grande, es un sueño desde que llegue a Chile. Sin embargo, hoy me debo a Deportes Copiapó, ellos fueron los que creyeron en mí desde un principio y estoy muy agradecido a la ciudad y al hincha que me demuestran un cariño enorme desde que llegué.
“Con 14 años ya vivía solo en una pensión, lejos de mis padres y hermanos”
- ¿Cómo fueron sus primeros años en el fútbol?
- A los 14 me probé en Lanús, me quedé en la pensión e inicié mi carrera. A los 19 debuté en Primera, estuve hasta los 22 y después me fui a préstamo a Douglas Haig. Los primeros seis meses jugué, después no tuve continuidad, volví a Lanús y salí cedido a Talleres de Escalada. Después de eso, un representante me contactó para ver si quería venir a Copiapó.
- ¿Fue muy duro dejar a la familia a tan corta edad?
- Sí, claro. Si bien era chico, solo tenía el sueño de ser futbolista profesional y no sabía bien todas las cosas que tienes que pasar llegar ser profesional. Con 14 años ya vivía solo en una pensión lejos de mis padres y hermanos. Solo tenía un tío que vivía a dos horas y cuando me sentía triste y llamaba a mi mamá llorando que me quería volver a mi casa, él iba a buscarme y me trataba de contener. Después, con el correr del tiempo, vas entendiendo un poco mejor el camino y lo que tienes que dejar de lado para poder tener éxito en el fútbol.
- Y esos préstamos en Argentina, ¿fueron muy duros?
- El primer préstamo fue a Douglas Haig, equipo que estaba en segunda división. El cambio fue notorio, porque uno cuando tiene todo a veces no se preocupa por seguir mejorando, piensas que con lo que haces te alcanza y no es así. Yo tenía todas las comodidades en Lanús, era un club modelo, pero llegó un DT nuevo que me dijo que no encajaba en su idea de juego y me tuve que ir. La B es demasiado física, son pocos los equipos que intentan jugar un futbol vistoso, aparte de que te la pasas viajando en bus. Recuerdo que una vez fuimos a Misiones, que quedaba a 1.200 kilómetros, y jugamos y volvimos de inmediato porque tres días después teníamos otro partido.
- ¿En algún momento tuvo que buscar otro trabajo o siempre pudo dedicarse solo al fútbol?
- Gracias a Dios siempre pude dedicarme ciento por ciento al fútbol, pero en un momento de mi carrera estuve seis meses libre y eso me llevo a replantearme muchas cosas que hacía mal. Tuve la fortuna de que me pude reinsertar rápidamente en el fútbol de nuevo.