ENTREVISTA AS
“Cuando falleció mi hermano, lloraba en los entrenamientos; Jaime García iba y me abrazaba”
El entrenador nacional no dirige desde su salida de Ñublense en 2023. “Me llamaba a su oficina y después me daba esa confianza en la cancha”.
Jaime García continúa en su búsqueda de poder volver a encontrar algún club. El entrenador chileno no ha vuelto a dirigir desde su sorpresiva salida de Ñublense en septiembre de 2023, aunque esa situación estaría cada vez más cerca de terminar. Cobreloa y Santiago Wanderers han mostrado interés en el DT de 46 años debido al delicado momento que atraviesan ambos equipos.
Uno de los futbolistas que mejor conoce a García es Mathías Pinto (25). El delantero debutó en la U, actualmente juega en Deportes Santa Cruz (ya lleva 4 goles en la Primera B) y fue dirigido por el estratega en Ñublense, donde alcanzó el mejor momento de su carrera. “La manera en la que se comportó como entrenador conmigo, nunca la voy a olvidar. Además, era muy sencillo a la hora de dar indicaciones y eso siento que para el futbolista es muy bueno. Mucha información a veces no sirve”, confiesa en conversación con As.
- ¿Qué recuerdos tiene de su etapa con Jaime García en Ñublense?
- Estuvimos tres años juntos y solo tengo palabras de agradecimiento hacía él. La confianza que le da a los jugadores fue primordial en mi juego, era algo que trataba de demostrar partido a partido. Con él salí goleador de la B. La forma de dirigir que tiene es muy buena, porque actualmente hay muchos técnicos que te dan mucha información, pero el era muy simple en las instrucciones. Nos decía siempre que ya todos teníamos nueve o más años de formación como jugadores, que hiciéramos lo que sabíamos hacer.
- Le ha costado encontrar club desde su salida el año pasado...
- Sí, la verdad es que me parece raro y no entiendo por qué pasa eso. Con lo que hizo en Ñublense, donde salimos campeones, después al primer año en Primera División nos metimos en Copa Sudamericana y después al otro en Copa Libertadores, son muy buenos resultados. Son los misterios de la vida y del fútbol. Uno a veces se pregunta por qué, pero nadie te lo va a decir, solamente hay que seguir. Ojalá se le de ahora en alguno de los equipos en que está sonando, que son clubes grandes y a los que perfectamente les puede sacar un buen rendimiento.
- ¿Qué cosas lo hacen un entrenador capacitado para el fútbol chileno?
- Es que conmigo siempre fue una relación especial y con otros compañeros como Nico Vargas, también tenía esa confianza. En mi caso tuve el fallecimiento de mi hermano cuando estaba en Coquimbo y me devolví a Ñublense a mitad de año, donde hubo veces que no me sentía bien y no quería ir a entrenar por lo traumático que es perder a un familiar. Jaime me llamaba a la oficina, hablábamos y después me daba esa confianza en la cancha. Ese tiempo que se daba para estar conmigo era valioso, porque antes de ser jugadores somos personas y tenemos problemas. Muchas veces tus compañeros no saben por lo que puedes estar pasando, hay algunos que te van a entender y hay otros a los que no les interesa, pero es parte de la vida.
- ¿Tiene algún recuerdo en particular junto a él?
- Después de lo de mi hermano había días en que llegaba al entrenamiento con mi café, me quedaba al borde de la cancha y me ponía a llorar. Ahí llegaba Jaime con Diego Santelices, que es el ayudante técnico, y me abrazaban. Esos son los detalles que a mí me marcaron de él como persona. Creo que con Nico (Vargas) también fue un tema muy parecido al mío, yo lo conozco hace años y también tenía esa relación de confianza con el profe. Esas cosas generaban un clic en decir ‘mira cómo te contiene, no queda otra que dar todo en la cancha para devolverle esa confianza’.