Cuando la vida cambió para el DT sensación: “Quedó medio molesto, pero…”

Ñublense es uno de los sólidos líderes del Campeonato Nacional, lo que ha catapultado a Jaime García a la máxima atención en el fútbol chileno. En su debut en Primera División, el técnico nacional recibe múltiples elogios por su gestión con los chillanejos, luego de ascender en 2020 a la categoría mayor.

Sin embargo, en la trayectoria de García existe un hecho clave, que significó un cambio para siempre. Sucedió en 2016, cuando Luis Musrri dejó la banca de La Serena para asumir junto a Víctor Hugo Castañeda en Universidad de Chile. Entonces, el actual estratega chillanejo dejó de ser DT ayudante y quedó al mando del plantel, iniciando una carrera que lo llevó también a Santiago Morning.

“Yo lo tuve de jugador a Jaime en Melipilla. Después lo llevé a la escuela de fútbol en Palestino, me pidió ayuda y, cuando estuve ahí en Palestino, lo metí a la escuela. Y le dije que empezara a estudiar también”, cuenta Musrri en conversación con AS, precisando a continuación que “a Jaime primero lo llevé a Coquimbo. Fue eso primero, después estuvimos en San Antonio y de ahí a La Serena”.

- ¿Cómo ha visto el crecimiento y la evolución que ha ido mostrando el DT de Ñublense?

- Ha sido muy rápido lo de Jaime, es una carrera muy rápida. Él ya lleva tiempo en el fútbol, siempre estuvo cerca del fútbol. Es una persona que basa mucho su metodología en la motivación, en lo psicológico y con muchos jugadores jóvenes. Ese es su gran mérito, creo que ha evolucionado muy bien, su juego ha sido el de siempre, el que siempre nos gustó cuando fue mi ayudante. Por supuesto que esto último tiene un sello especial y es un técnico que va en una evolución importante.

- ¿Cómo fue el momento en que usted se viene a la U y García queda a cargo del plantel de La Serena en Primera B?

- A ver… lo mío, cuando yo me voy a la U, fue muy sorpresivo. Para todos fue una sorpresa. Tengo entendido -no he hablado mucho con Jaime últimamente- que quedó medio molesto porque yo no lo pude llevar a la U. Pero al final resultó mejor (ríe). Mi exigencia, cuando salgo del club, fue que se quedaran Jaime como técnico y mi hermano que era parte del cuerpo técnico también como preparador físico. Que quedaran a cargo del primer equipo de La Serena fue parte de la negociación que hice con el club en ese momento. Por cierto que él ha hecho su carrera después, pero ese fue el empujón que cualquiera necesita en una situación como esa.

- Se presume entonces que lo veía plenamente facultado para asumir la conducción de un grupo de profesionales.

- Sí, por supuesto, por eso lo hice. Yo quiero mucho a Club de Deportes La Serena y sentía que tanto él (García) como mi hermano estaban preparados para asumir ese cargo. Así como les fue también, les fue bastante bien. Tuvieron un comienzo dubitativo, pero después se afirmaron y les fue bastante bien con La Serena.

- ¿En ese momento se percibía que iba a ser un DT con un carisma especial, distinto? Uno de los ejes de su labor es el foco permanente en las relaciones interpersonales.

- Sí, por algo yo lo llevé también a trabajar conmigo, independientemente de que lo conocía como jugador en Melipilla, cuando fuimos campeones. Él tenía esas características, esa es su gran virtud. Las relaciones humanas que tenía con todos eran muy buenas. Para mí, esa es la principal característica de un ayudante. Luego, por supuesto, él ha evolucionado muchísimo como entrenador. Ahora eso es otra cosa y lo ha hecho muy bien.

- ¿Qué proyección le ve a García como entrenador?

- Es que esta carrera de entrenador es tan compleja… Hoy día está donde está y ojalá pueda mantenerse. Nosotros los entrenadores… imagínate yo he hecho buenas campañas y no he encontrado equipo este semestre, es súper difícil. Pero no, él debe seguir trabajando nomás, evolucionando día a día y por supuesto que le va a ir muy bien. Es un técnico que escucha mucho también, así que me alegro mucho por el momento que está viviendo.