ENTREVISTA AS
“Cuando me dijeron que tenía que irme de la U, lloré un montón; fue mi casa durante 13 años”
“Cuando estaba como tercer arquero me puse a estudiar Ingeniería Comercial. Entrenábamos en la mañana, almorzábamos, hacía gimnasio y después me iba al vespertino”.
“En la U conocía a todas las personas porque estuve desde chico. El club me entregó todo y soy lo que soy ahora por la U. Soy un apasionado”. Ignacio Azúa no duda en recordar con cariño los 13 años que pasó en Universidad de Chile, el cuadro que lo formó. En la segunda parte de su charla con AS, el arquero campeón con Aguará de La Reina en Tercera B habla de sus días en el CDA.
“Tengo hermosos recuerdos. Fue mi segunda casa, pasaba todo el día ahí. Cuando estaba como tercer arquero me puse a estudiar Ingeniería Comercial. Entrenábamos en la mañana, almorzábamos, iba al gimnasio y después me iba al vespertino”, rememora.
- ¿Cómo afrontaba en esos años compartir plantel con jugadores como Johnny Herrera, Gonzalo Jara o Jean Beausejour, por mencionar algunos?
- Yo era más chico, tenía 20 años o por ahí y uno aprende mucho con ellos, pero quizás no lo aprovecha tanto por el tema de que uno no es consciente de dónde está. Ahora estoy más maduro y me doy cuenta que podría haber hecho otras cosas para haber aprendido más. Uno sólo lo vive en ese instante.
- ¿Cómo fue el día que tuvo que salir del club?
- Fue durísimo. Ese día lloré un montón. Cuando tuve la reunión con Ronald Fuentes, me dijo que viera otras opciones porque tenía más arqueros con contrato. Había como seis en ese tiempo y fue muy doloroso. Tenía la esperanza de que me dieran un contrato y, por último, salir a préstamo por todo lo que había entregado. Es penoso, porque pasé mi vida en el club.
- ¿En quién se apoyó para superar esa decepción?
- Me apoyé en mi familia y en mí, confiando en que podría tener mi chance en otro club. Hay muchos casos de jugadores que se van y después vuelven. Ahora está el caso de Julián Alfaro, por ejemplo.
- Anteriormente decía que es muy apasionado por el club. ¿Cómo vivió los últimos años del club?
- Lo sufrí como un hincha más y obvio que uno no quiere ver al club así, peleando en la zona de descenso. Recuerdo ese partido con La Calera y lo viví como nunca, desesperado (ríe). Tenía algún compañero jugando y era fome verlos así. Ahora es lindo que el club esté peleando títulos. Uno estuvo ahí y sabe lo que significa la institución para las personas que están dentro.
- Se formó en un club grande, con instalaciones fuera de la media del fútbol chileno. ¿Cómo fue mentalmente el tener que adaptarse a otras realidades en el ascenso?
- Fue complicado, porque en Lautaro era como en Aguará: había una cancha, un par de balones, conos y listo. Pasar de tener tantos implementos a no tener nada es duro. Uno se tiene que adaptar y ser agradecido más que nada.
Los días de Azúa con una leyenda chilena
Luego de su salida de la U, Azúa pasó por Lautaro de Buin, Deportes Santa Cruz, Independiente de Cauquenes y San Marcos de Arica. En Santa Cruz, compartió equipo con Humberto Suazo, a quien elogia.
- En Santa Cruz coincidió con Humberto Suazo. ¿Cómo fue esa experiencia?
- De compañero me sorprendió su humildad, su buena onda. ‘Chupete’ era muy cercano. Yo vivía en una casa-jugador y él siempre iba a almorzar con nosotros. Era muy buena gente, siempre estaba atento a nosotros.
- ¿Era desafiante en los entrenamientos?
- Era jodido (ríe), pero igual le mostré mis armas, le tapé varios tiros. Era muy difícil. Ese sombrerito que le hizo a Brasil en Copa América, siempre lo hacía, era impresionante.