El olvidado ‘héroe’ de la U en un clásico: “El recuerdo es lindo, pero me fui con un sabor amargo”
En 2013, Universidad de Chile y Universidad Católica definieron al campeón de la Copa Chile en Temuco, con Sergio Velazquez como protagonista.
La penúltima Copa Chile que consiguió Universidad de Chile tuvo como protagonista a Juan Ignacio Duma, pues en la misma semana le anotó a Colo Colo por el torneo y, días después, en la final a Universidad Católica.
En aquel encuentro, un actor secundario fue Sergio Velazquez, el lateral argentino que llegó tras la partida de Matías Rodríguez y que en la definición con la UC dio el pase gol para el definitivo 2-1 que le permitió coronarse campeón al equipo dirigido por Darío Franco.
Velazquez, actualmente retirado, atendió el llamado de AS Chile y desde Argentina recordó tanto aquella final de copa jugada en Temuco como el siguiente Clásico Universitario, donde no le fue muy bien y -según él- marcó su despedida del conjunto azul.
- ¿Cómo recuerda ese título de la Copa Chile?
- Antes del 2-1 tuvimos tres o cuatro chances. Yo pegué una en el palo y tuvimos más situaciones. Fuimos claros ganadores. Fue lindo, en cancha neutral, el marco estaba espectacular y justo yo estaba en el banco. La fecha del campeonato no la había jugado, había tenido una diferencia con Franco. Sinceramente, pensé que iba a jugar un ratito.
- Ingresó a los 40 minutos del primer tiempo...
- Pensaba que en el segundo tiempo iba a jugar un ratito. Me estaba mentalizando y pasó lo que pasó, el cambio se hizo muy prematuro. Sentí que me adapté rápido al partido y por suerte pudimos coronar la victoria. Siempre es importante ganar las finales y aún más en un clásico. Y cuando uno es protagonista pasa a ser un recuerdo muy lindo.
- ¿Cuál fue esa diferencia con Franco?
- No sé si había una diferencia en sí. Tenía 22 años, me fui desde la B Nacional y llegué a un club grande, donde solo hay que priorizar jugar. Lleva una adaptación. Sentía que me estaba adaptando rápido, pero para él no cumplía las expectativas, a pesar de que jugué casi 18 partidos. Llegué, me bajé del avión y a los tres días estaba jugando un partido de Libertadores. La espina que me quedó fue que me faltó tiempo.
- Luego van a San Carlos de Apoquindo y caen 0-3. ¿Lo recuerda?
- Sí, creo que fue dos semanas después de la final. Una semana antes me fisuré un dedo del pie derecho y ese partido lo tuve que jugar infiltrado. Dos minutos antes de entrar a la cancha me pusieron una inyección entre el dedo gordo del pie y el segundo. Asumí la responsabilidad de jugar igual, aunque no estaba en condiciones, porque uno nunca quiere perderse ese tipo de partidos.
- ¿Tuvo alguna consecuencia?
- A los 45 minutos se me pasó la anestesia, no podía pisar y tuve que salir de la cancha. De hecho, hoy por hoy sigo con secuelas de haber jugado algún que otro partido así. Quedó un sabor amargo, no jugamos bien. No sé si ellos plantearon el partido muy bien, pero no tuvimos una buena tarde ese día.
- ¿Cómo era ese camarín? Había hartos ganadores de la Copa Sudamericana 2011.
- 10 puntos. Desde el día que llegué ya tenía compatriotas argentinos y el resto del plantel me recibió como uno más. Eso ayudó a que la adaptación sea más rápida. Uno iba viendo el día a día, notando situaciones y aprendiendo de los muchachos más grandes, experimentados y de selección. Muchos siguen en actividad y otros culminando carreras impresionantes.
- ¿Qué jugadores le llamaron la atención en aquella U?
- Charles Aránguiz, siempre lo digo. Me sorprendió verlo en el día a día, muy completo. Y Eugenio Mena, que tiene un resto físico impresionante. Paulo Magalhaes también, a pesar de que competíamos puesto. Fue de los que mejor me llevé.
- Aquel año lo llevan a la U para reemplazar a Matías Rodríguez. ¿Sintió presión?
- No, lo tomé más como una responsabilidad. No suelo sentir presión de que me paraliza o perjudica. La expectativa era alta, él anotaba goles, había ganado títulos y había sido convocado a la selección. La vara estaba alta. Personalmente no sentí presión, sí un desafío lindo. Es muy poco seis meses para alcanzar un nivel que cubra esas expectativas.
- ¿En definitiva por qué se va de la U?
- Me fui a préstamo con opción de compra y hasta una fecha antes de perder con la UC de visita estaba todo encaminado como para seguir y se ve que ese partido fue un desencadenante. En la copa habíamos quedado afuera del grupo por diferencia de goles con limpia subcampeón y Newell’s semifinalista, en el torneo estábamos segundos y ganamos la Copa Chile. Iba creyendo, no sé si confiándome, de que íbamos a seguir.
- Terminó volviendo a Argentina...
- Mi representante me dijo que volviéramos a Huracán con el ‘Turco’ Mohamed, a un proyecto para ascender, y no tuve muchas más opciones. Ese fue el sabor amargo que me quedó. Al menos me llevé un trofeo con un pase que sirvió para un campeonato. No es poco. Me quedé con ganas de quedarme un poco más.