“David Henríquez quería que le pagara empanadas a todos”
El 2006 de Colo Colo fue histórico. Aquel año, Claudio Borghi hizo debutar a temprana edad a Nicolás Millán, quien recuerda junto a AS esa época.
Con 14 años y 298 días, Nicolás Millán se convirtió en el futbolista más joven en debutar en la Primera División del fútbol chileno, luego de que Claudio Borghi ordenara su ingreso en un Santiago Wanderers vs Colo Colo, un 10 de septiembre del 2006.
Millán sigue en actividad, juega en el Ferro Carril Oeste de General Pico de Argentina, y se tomó un momento para recordar junto a AS Chile sus inicios en los albos, cómo fue ese debut a tan temprana edad y la segunda oportunidad que tuvo en el Cacique con Diego Cagna como técnico.
- ¿Qué significó debutar a esa edad?
- Cuando más grande le tomé el peso a lo que había pasado, porque uno al principio juega por jugar, porque le gusta, pero uno nunca supo la magnitud de lo que iba a pasar.
- ¿Cómo era ese camarín de Colo Colo?
- Me recibieron de buena manera. La mayoría era joven en ese tiempo. Estaba Alexis Sánchez, que había llegado recién de Cobreloa, Jorge Valdivia, Matías Fernández, toda esa camada que ya sabemos lo que logró. Me recibieron muy bien. El que era más mano dura era David Henríquez, capitán del equipo.
- ¿Alguna historia o anécdota que recuerde de aquella época?
- Una vez, iba llegando atrasado a entrenar y David Henríquez quería que le pagara empanadas a todos. Ahí saltó el ‘Bichi’ Borghi y les dijo que no, que no tenía ni contrato, nada, así que no me podían hacer eso (risas).
- ¿Pero fue en serio o parte de una broma?
- Sí, totalmente en serio. Henríquez, que era el capitán, era el más serio. También estaban “Kalule” Meléndez y Arturo Sanhueza, pero ellos no se metían tanto en el tema.
- ¿Y algún consejo de los más grandes que te haya marcado?
- Con Matías Fernández hablaba siempre. Él me acercó al grupo, me ‘apapachó’, digamos. Me regalaba zapatos y todas esas cosas. Me decía que lo tomara con tranquilidad, que siguiera haciendo lo que hacía en juveniles, porque ahí yo estaba marcando la diferencia. Era más que todo eso.
- En esa época usted estaba en primero medio. ¿Cómo afectó esto su día a día?
- En un momento fue difícil, porque, por ejemplo, me seguían los periodistas al colegio, me esperaban antes o después de entrar. Se me acercó mucha gente. También tuve problemas en el colegio con algunos compañeros. Típico que a uno le empieza a ir bien y le toman mala. ¡Y uno no tiene la culpa!
- ¿Algo positivo que haya sacado de esa exposición pública a tan temprana edad?
- Creo que madurar. También en el sentido de cómo manejarme con los periodistas y en esas situaciones. Siempre fui de estar más callado y me expuse. Hablé más y fui más cercano con las personas.
- ¿Se volvió a cruzar con Claudio Borghi?
- Sí, cuando estuve en Argentina. Yo estaba en Tigre y él en Argentinos Juniors, el año que salió campeón. Yo jugaba el Campeonato de Reservas y ahí nos topamos un par de veces. Él me fue a ver jugar y todo. En ese tiempo seguíamos en contacto, siempre hubo buena onda cuando nos veíamos.
- Volvió a Colo Colo con Diego Cagna. ¿Cómo fue esa segunda etapa en los albos?
- Él terminó en Tigre y se dio que llegó a Colo Colo y yo llegué con él. En esa segunda parte las oportunidades ya no eran las mismas, ya estaba más grande. Quizás ya no era un negocio para el club, como en un principio. Después me mandaron a mi primer préstamo, a Naval de Talcahuano, y ahí empecé con lesiones. Además, apareció la camada de Diego Rubio y Bryan Rabello. Empecé a quedar un poquito atrás.