El chileno que dirige en la MLS: “Lo disfruto, me gusta lo que hago, estoy contento”

Rodrigo Ríos se abre paso en su carrera como entrenador en el fútbol de Estados Unidos. El ex mediocampista surgido en Universidad Católica, y con pasos también por Palestino y Unión Española, es el primer técnico asistente en el staff de Josh Wolff al mando del Austin FC, en la MLS. El chileno lleva cerca de dos décadas radicado en Norteamérica, tras culminar su carrera de jugador en el Atlanta Silverbacks, en 2008. Desde la capital del estado de Texas, Ríos conversó con AS, revelando detalles de su vida profesional en una de las ligas que llama la atención en el planeta.

- Austin FC cumple recién su segundo año existencia, ¿cuáles han sido las principales dificultades de partir de cero en un club nuevo?

- Para mí siempre lo más complejo son las relaciones personales. Tener a gente que viene desde todas partes del mundo, no solamente jugadores, también entrenadores, ejecutivos, y no es solo lograr una idea de juego, una identidad de club, los valores. Es un proceso que debiera ser más largo, a los otros clubes de la liga les ha costado cuatro, cinco años, en tener una identidad.

- No es un proceso fácil…

- En el caso de Atlanta se dio muy rápido, en dos años salimos campeones, y en el caso de Austin se ha dado también un poco más rápido. Vamos bien encaminados pero, para mí, lo más difícil son las relaciones personales, cómo nos vamos conociendo, cómo nos vamos adaptando los unos a los otros y cómo podemos transmitir una idea de juego a jugadores profesionales, que nunca han jugado juntos. Se trata de plasmar una idea en la cancha, pero que además la puedan disfrutar, en los entrenamientos que sea algo entretenido para ellos y que se ilusionen con el trabajo. Esa es la manera cómo podemos llegar a los triunfos, es mucho trabajo, pero va dando resultados.

- ¿Qué expectativas tiene a futuro ahora que está en el fútbol profesional? ¿Le gustaría ser entrenador en jefe?

- La verdad es que, mientras esté vinculado al fútbol y también utilizando todas mis capacidades, lo que venga nunca me ha preocupado, tampoco como jugador. Uno cuando chico tiene esos sueños de ir a jugar a Europa y todas esas cosas, pero como jugador profesional me guie más por estar donde me quisieran. Pasó así en Católica, también en Palestino y Unión Española. Ahí me sentí muy querido y respetado. Cuando uno está en eso, no piensa en lo que vendrá.

- Parece no ser una mala estrategia.

- Mira, como entrenador, empecé en las divisiones menores. Por ahí, a lo mejor la gente se dio cuenta de que tenía ciertos atributos para trabajar en el ámbito profesional. En el fondo, ese es el premio que he ido teniendo. Lo disfruto ahora, me gusta lo que hago, estoy contento, y después si se van presentando otras oportunidades tendré que evaluarlas en ese momento. No hago nada, como les digo acá, con un plan maestro de dónde voy a llegar. La idea es estar donde la gente me quiere y entregar lo mejor de mí.

- ¿Existe la posibilidad de volver a Chile y dirigir acá?

- Me han llamado algunas veces, pero no han sido alternativas mejores que las que tengo hoy acá. Son esas cosas que hay que ir analizando, yo siempre he estado abierto a conversar, a escuchar cualquier opción. De hecho, siempre ha sido directamente conmigo, no tengo representante. Siempre he sido yo el que ha podido conversar y evaluar esas alternativas, y después ver si es lo mejor para mi familia primero y después si es lo mejor para mi carrera. Si me permite seguir creciendo o no.

- ¿Está en conexión con el fútbol chileno? ¿Ve los partidos, sabe qué pasa?

- Sigo el fútbol, más que todo en los resultados, en algunas noticias, en las nóminas de las selecciones. La verdad es que tiempo no nos queda mucho, porque es mucho trabajo y la liga acá tiene 28 equipos. Tenemos que ver a los rivales, analizarlos. Obviamente que sigo a la Selección, también cuando los equipos chilenos participan en las copas, la Sudamericana y la Libertadores. Si los partidos son en la tarde-noche, me puedo dar el lujo de verlos y ver cómo están jugando.

- ¿La sensación allá es que la MLS se está jerarquizando? Llegaron Insigne, Bernardeschi y Chiellini desde la Serie A de Italia. También está Gareth Bale.

- Sí, claro. La mentalidad americana es esa, de ir creciendo. Por ahí, uno no se da cuenta, no hace mucho ruido, pero va avanzando. No solamente con ese tipo de jugadores, sino que también los mismos jugadores se están formando en academias y tienen mejores entrenadores también. Uno los ve que van a la selección y pueden competir a nivel internacional. Hay muchos que han sido transferidos al fútbol internacional. Crecen en el tema de infraestructura, en los contratos de publicidad. Los contratos de televisión son una locura por lo que paga la televisión por transmitir los partidos. Con la mentalidad que tienen acá, no va dejar de crecer. Van a seguir habiendo oportunidades para jugadores con más experiencia y también van a haber chances para jugadores jóvenes. De hecho, el paraguayo Miguel Almirón fue transferido al Newcastle, en Inglaterra, en un monto muy alto. No veo cómo esto pueda parar de crecer.

- ¿Podríamos ver a un chileno jugando prontamente en el Austin FC?

- Sería ideal… Ha habido por ahí un par de nombres, que han dado vueltas. No es fácil y además hay muchas reglas, no solamente por el cupo de extranjeros, sino que también por los topes salariales o cuántos jugadores designados se pueden tener. Después de los resultados que obtuvo la Selección en las Copas Américas, sobre en la que se jugó acá en Estados Unidos, hay mucho respeto y admiración. El fútbol chileno tiene un buen nombre acá. Felipe Mora y Diego Rubio han representado bien al fútbol chileno, porque rinden y aportan a sus equipos. Creo que sería bonito ver a más chilenos acá. Hoy es una liga competitiva, la Champions League de la Concacaf la ganó Seattle, de la MLS, y los equipos mexicanos que dominaban antes ya no lo hacen tanto. La sensación es que esto no va a parar de crecer y mejorar.

- ¿Cómo fue vivir la Copa América Centenario en Estados Unidos? Usted fue jugador y ya trabajaba en el fútbol allá.

- Fue muy bonito, porque la gente que reconoce que eres chileno, va viendo que la Selección va ganando y te asocian con eso. En el fondo, te entregan el triunfo como si fuera de uno. Tuve la suerte de ir a la final y de celebrarla como si hubiese estado jugando. Son experiencias muy lindas y esto le dio un nombre al fútbol chileno que, a lo mejor, acá no lo tenía. Eso, sumado a Alexis (Sánchez), Arturo Vidal, Charles Aránguiz, va ayudando a que la reputación del fútbol chileno, sobre todo en este país, vaya creciendo.