El drama de recordado ex futbolista chileno: “Se le cayó el brazo y no hablaba ni movía las piernas”

Mauricio Cataldo (46), recordado ex jugador de Audax Italiano, Universidad de Concepción y Cobreloa, entre otros, pasa un complejo momento de salud: hace unos días, sufrió un accidente cerebrovascular y hoy está internado en el hospital Sótero del Río.

“Mi mamá me dijo que se le cayó el bracito derecho y después no hablaba. Tampoco podía mover las piernas”, contó en LUN Felipe, hermano del ex futbolista.

“Gracias a Dios mi hermano alcanzó a llegar. Lo operaron de urgencia y los doctores dijeron que tuvieron que intervenirle una venita del cerebro. Después lo pude ver y ya podía mover los pies. Ojalá mejore rápido”, añadió.

Finalmente, Felipe Cataldo contó que “se mantiene bien a sus 46 años, jugando casi todos los fines de semana en Linares, que es donde se radicó, y acá en Santiago, cuando lo llaman para jugar por algunas luquitas. ¿A qué se dedica ahora? Se las rebusca y compra y vende perfumes, También ollas. Le gusta andar negociando”.

La difícil vida de Cataldo

Hace unos años, en entrevista con As, Cataldo contó los dramas que vivió debido a su adicción al alcohol y a las drogas y cómo eso le impidió llegar más alto en el fútbol. “Una vez, unos mexicanos vinieron a ver a (Jorge) Valdivia y terminaron interesados en mí“, dijo en esa oportunidad. Era un jugador talentoso como pocos, pero sus fantasmas le ganaron.

“Empecé a tomar a los 12 años y a los 23 ya estaba hecho pedazos... Llegaba mal a entrenar, a veces le pedía al utilero que pusiera el sauna porque llegaba muerto de borracho y dejaba una hediondez terrible, pero como uno tenía la técnica, no le decían nada. La gente gozaba viéndome jugar, pero saliendo de la cancha era una persona llena de pena, con muchos problemas en el hogar y eso me agobiaba e hizo que me perdiera... Terminé en la calle. Nadie me quería. Andaba por todos lados drogándome, me regalaban unas tremendas bolsas de coca, fue terrible. Una vez me quedé dormido en la calle y desperté con mucho frío. Ahí decidí internarme en un centro cristiano. En ese momento cambió mi vida", confesó.

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