Entrevista AS
El DT chileno que lidera el proyecto de una de las mejores canteras de América
Claudio Aguilera llegó a México en 2010 como docente de una universidad. Luego, fue PF y DT de las series juveniles de Pachuca. Hoy es el Director de Fuerzas Básicas del club.
Quizás el nombre de Claudio Aguilera no sea tan reconocido en el fútbol chileno. Sin embargo, si se habla de México, el panorama cambia drásticamente. Hablar de este entrenador chileno de 41 años es referirse a uno de los hombres más importantes del fútbol formativo azteca. Sin ir más lejos, Aguilera lidera el proyecto de Pachuca, la cantera más exitosa de dicho país. A partir de julio pasado, es el Director de las Fuerzas Básicas de los ‘Tuzos’. ¿Qué quiere decir? Está a cargo de 11 categorías y aproximadamente 290 jugadores.
A México llegó en 2010, luego de haber estudiado Ciencias del Deporte en La Habana. Su arribo a Pachuca se dio meses después de haber rechazado una maestría en Leipzig, Alemania. “Iba a ganar mucho, pero también a perder mucho. Y me iba a ser muy difícil reinsertarme en el campo laboral chileno, por más que mi intención no era volver. Renuncié a esa opción y a los meses me invitaron a México. Vine por un año y ya llevo 13″, dice vía telefónica en una amena charla con AS Chile.
Su primera labor en México fue como docente de la Universidad del Fútbol. “Impartí asignaturas que tuvieran que ver con Ciencias del Deporte y a la par estaba en el Departamento de Investigación de Ciencias Deportivas. En ese tiempo hicimos un proyecto bien importante que hoy es la Clínica CEMA (Centro de Entrenamiento Médico en Altura), que está avalada por FIFA”, comenta. Aguilera fue ayudante de ese proyecto inicial que ahora pasó a ser una clínica deportiva con múltiples especialidades.
“Sabía que la Universidad pertenecía al Club Pachuca y me la jugué sabiendo que podía tener una nueva oportunidad de trabajo en el fútbol, de tener un crecimiento en un país que está mucho más desarrollado que el nuestro institucional y futbolísticamente”, afirma.
- ¿Cuál fue su primer cargo en el club?
- Yo empecé con la categoría ‘97 como preparador físico. En ese tiempo, ellos tenían 15 años. Fuimos bicampeones y me acuerdo que le pasábamos por arriba físicamente a la mayor parte de equipos. En ese tiempo empezaron a preguntar quién era el preparador físico y quedó ahí, en preguntas de la gente de la Selección. A los seis meses, me preguntan si quería ser entrenador. Ese era mi real sueño, mi mayor desafío. Dije que sí y terminé la carrera de entrenador que había empezado en Chile en la INAF en 2002. La había congelado porque me fui a Cuba a estudiar Ciencias del Deporte. No lo había retomado hasta que me ofrecieron dirigir a los más niños, que era la Sub 12.
- Cuando le llega esa propuesta de dirigir a la Sub 12, ¿usted ya se sentía preparado más allá de ese entusiasmo por empezar a cumplir su sueño de ser DT?
- Absolutamente, porque recuerdo que toda la metodología que utilizaba para la preparación física era muy integral y muy global, dirigida hacia aspectos técnico-tácticos. Tuve la fortuna de tener un técnico de esa categoría que me permitió trabajar de esa manera y ahí es donde se empieza a ver que el trabajo no es solamente físico, sino que tenía una orientación a la situación de cada partido.
- Después de la Sub 12 pasó por otras categorías. ¿Cómo fue esa experiencia?
- Sí. Pasé por la Sub 13, Sub 14, Sub 15 y pegué el salto a la Sub 20. Estuve tres años en la Sub 20 y en aquella época la verdad es que se me dio la oportunidad de trabajar con muchos jugadores que hoy son profesionales. Muchos ya no están en la institución y otros son parte importante del primer equipo de Pachuca. Hoy Miguel Tapias, de 25 años, es central titular de nuestro primer equipo.
- Consiguió varias distinciones individuales gracias a su trabajo en la Sub 20...
- Sí, sí. Hicimos un gran trabajo con el cuerpo técnico, potenciamos mucho a la Sub 20 que venía de una etapa que le había costado. Potenciamos jugadores que en ese momento no estaban en el primer foco de interés y hoy son titulares en diversos equipos del fútbol mexicano. Nos faltó la guinda de la torta, porque perdimos una final con Monterrey. Estuvimos a 10 minutos de ganarla en su estadio con 20 mil personas en contra. Hay un dato importante: entre cinco a siete jugadores del once titular de Pachuca son formados en casa y la banca casi en su totalidad es de las juveniles del club. Y somos el club que aporta más jugadores a las selecciones de México y a la Liga MX y Liga Expansión, que viene a ser el Ascenso.
- En base a esos datos, usted trabaja en una de las mejores canteras de México...
- No lo digo yo, lo dicen todos. Es de manera transversal: somos la mejor cantera del fútbol mexicano y una de las más importantes del mundo.
- ¿Qué diferencia a Pachuca del resto de clubes para haber llegado a esa posición?
- Tratamos de tener en cuenta cada detalle, incluso desde que el jugador aún no llega al club. Hay un seguimiento importante a nivel de scouting, hay una red de contactos en todo el país y Estados Unidos, por el caso de los jugadores mexicoamericanos y ahí es donde se inicia esta máquina de producción de jugadores. Después de la selección de jugadores, empieza un trabajo minucioso en la formación del talento que buscamos. No tenemos un perfil que solo se dirige a lo físico, lo primero que valoramos es el talento. Hay una sinergia como club que se potencia en todas las áreas: técnico-táctica, física, nutricional, psicológica y la tutoría de jugadores que están en nuestra Ciudad Deportiva. Ahí es donde hacemos la diferencia.
El nuevo rol que cambió la vida de Aguilera
- Hace unas semanas fue designado como el Director de Fuerzas Básicas de Pachuca. ¿Qué se siente tener el cargo más importante a nivel formativo de la mejor cantera de México? ¿Qué valor le da?
- Estoy muy contento y sumamente agradecido por la confianza que me han dado los dueños y mis compañeros directores. Ser la cabeza del proyecto del club más importante a nivel formativo en México es un motivo de orgullo. Me tomó muy maduro, estable, en un momento familiar y espiritual en el que tengo mucha paz y seguridad.
- ¿Cuánto cambió el trabajo?
- Cambió mi rutina totalmente. Pasé de entrenar y gestar un grupo de 24 jugadores a estar preocupado de 11 categorías y aproximadamente 290 jugadores que están a mi cargo más todos los cuerpos técnicos. Duermo poco (ríe), me acuesto con sueño y cuando pego la cabeza a la almohada no puedo dormir. Puse una lámpara en mi velador. No quería hacerlo, pero volví a mi época de tesis universitaria. Tengo un cuaderno y se me van ocurriendo ideas y las escribo porque de lo contrario se me olvidan. A veces despierto a las cuatro de la mañana con la cabeza a full y hago el mismo ejercicio de apuntar y ver las maneras de llevarlo a cabo. Duermo cinco horas como mucho por día y estoy con un nivel de adrenalina altísimo que me permite estar a full.
- ¿Y su familia cómo lleva este cambio de vida?
- Mi hija mayor que tiene nueve años lo ha sentido. Había momentos en que la acompañaba a las actividades recreativas y ahora se complica muchísimo. Mi esposa también lo ha sentido. Gracias a Dios viene de una familia futbolera, entonces lo ha entendido, pero no deja de ser difícil. Se ha incrementado ese poco tiempo en casa porque me ha tocado salir muchísimo de viaje. Hay días en que llego a casa, dejo una maleta y tomo otra y así. Eso ha restado a nuestro vínculo y cohesión familiar, pero sabemos que el empezar es voraz y va a durar un cierto tiempo hasta que se normalice.
- ¿Se imaginó que era tanto trabajo? ¿Está contento con este nuevo rol?
- Sabía y veía que era mucho trabajo, pero es distinto vivirlo. Estoy feliz, muy agradecido de Dios. Le doy la gloria a Dios por esta tremenda oportunidad y estoy muy emocionado de cumplir cada reto que tengo en este momento.
- ¿Se visualiza volviendo a su rol como entrenador más adelante, ya sea en Chile, México u otro lugar?
- En el momento que me senté con el presidente y el vicepresidente, ambos me dijeron ‘no sabemos qué pase en el tiempo. No sabemos si nos vamos a sentar en un tiempo más para decirte que serás el DT del primer equipo de Pachuca, o buscar que dirijas otro equipo en México u otro país para que te potencies y puedas volver o definitivamente se abra este camino hacia la gestión deportiva y sigas creciendo dentro del club y puedas tomar roles más importantes del que ya tienes’. Entonces, no sabría qué decirte respecto a si seré DT más adelante o seguiré en la gestión deportiva. Lo que sí sé es que este nuevo desafío me amplía los conocimientos y me permite ver todo desde otra óptica. Si el día de mañana me toca ser entrenador, siempre estaré agradecido de la confianza de los dueños del club.