ENTREVISTA AS

El DT que pasó por Chile e hizo historia en Uruguay: “Valparaíso me atrapó”

En Colonia de Sacramento, a 180 kilómetros de Montevideo y a 50 de Buenos Aires, Eduardo Espinel dialoga con AS. El técnico revive sus días felices en Chile.

Colonia de Sacramento, Uruguay
Diego Vega

A Eduardo Espinel (49) le preguntan por Chile y su rostro cambia. Lo recuerda con alegría y nostalgia. El entrenador, que actualmente dirige a Plaza Colonia de Uruguay, pasó por Santiago Wanderers entre el 2016 y el 2017. Aunque el resultado no fue como esperaba, él siente que ese proceso fue uno de los más inolvidables de su carrera. Tanto así, que cuando extraña al país, toma un avión y viaja. Le quedan amigos y varios cercanos, con quienes está en permanente comunicación.

Espinel actualmente vive en Colonia de Sacramento, donde se encuentra con AS. Esa es una ciudad de 30.000 habitantes, que está situada al otro lado del Río de la Plata, a 50 kilómetros de Buenos Aires. Su casco histórico, un lugar que parece estancado en el tiempo, es el principal atractivo. “Acá está todo cerca, no hay distancias muy largas. Hay monumentos y mucha historia. Colonia es hermosa y acogedora”, avisa el entrenador, quien se toma una fotografía en la ciudad vieja.

“Nosotros tenemos un estadio propio, que es humilde (Parque Cincuentenario Juan G. Prandi). Ese lo utilizamos con casi todos los equipos, excepto con los grandes, por la cantidad de gente que llevan. Ahí vamos al Municipal”, complementa Espinel, que recibe el cariño de la gente mientras camina. Él es oriundo de Cardona, a 100 kilómetros, pero Colonia es su gran pasión. Allí logró dos títulos de Primera, en 2016 y 2021, y encabezó la primera participación del club en Copa Libertadores.

- Se nota que lo quieren aquí en Colonia...

- Es que yo llegué hace 22 años al club, como jugador. Estuve siete años a nivel profesional y después me dieron la oportunidad de dirigir. Partí en juveniles y después pasé al primer equipo. Logramos ascender y en nuestra primera participación ganamos el Torneo de Clausura y logramos la clasificación a Sudamericana, que fue algo histórico. Era la primera participación internacional.

- En ese momento fue cuando le pusieron el Leicester uruguayo...

- (Sonríe) Sí, había mucha curiosidad y venían periodistas del extranjero a hacer notas porque es un club muy humilde. Hasta ahora seguimos siendo el plantel más económico del medio. Tenemos montón de dificultades mes a mes. En ese entonces era muy novedoso porque había jugadores que trabajaban de noche y entrenaban de día, porque no se podía vivir solamente del fútbol. Algunos iban a entrenar en bicicleta. Para nosotros era normal, pero la gente de afuera estaba sorprendida.

La Calle de los Suspiros, uno de los centros turísticos de Colonia.Diego Vega

- Después fue a Wanderers y luego estuvo en Bolivia. Volvió a Colonia, y ganó otro título. Meritorio, ¿no?

- Cuando volví al club, tenían posibilidades de descender y logramos salvarlo. Al siguiente, en el 2021, fuimos campeón del Apertura y clasificamos a la Libertadores, que fue algo soñado e histórico. Fue una experiencia enriquecedora. Lo negativo, por otro lado, es que se vendió casi todo el plantel del club. Hoy estamos pagando las consecuencias de esa reestructuración.

- ¿Y qué recuerda de Santiago Wanderers?

- Los mejores recuerdos entre los equipos que he dirigido. La experiencia fue muy buena porque es una ciudad linda y un club con tanta repercusión. Fue una experiencia extraordinaria. De hecho, he vuelto otras veces. He ido a pasear y voy a seguir yendo, porque Valparaíso me atrapó. Dejé muchos amigos, hinchas y dirigentes. Cada vez que puedo volver, lo hago. Estoy todas las semanas hablando con gente de allá, veo los partidos siempre y cuando no puedo, los escucho online, y conozco la interna. Me trataron muy bien.

- El proceso no duró mucho. ¿Se fue triste?

- No fuimos en el mejor momento del club. Cuando yo llegué, a los dos días se fueron jugadores titulares por un tema económico. Tuvimos que enfrentar ese campeonato con chiquilines que hoy están en Primera División. Había muchos juveniles porque teníamos un plantel ajustado. No era el momento, porque en Chile debes tener un plantel competitivo. Allá hay equipos fuertes. De todas formas, fue un aprendizaje y creo que el tiempo nos dio la razón.

- ¿Por qué le dio la razón?

- Creo que el trabajo no fue tan malo porque se proyectaron muchos jóvenes y porque al año siguiente se duplicó el presupuesto y el club descendió. Fue meritorio nuestro trabajo con todas esas dificultades. Quedé con un sabor amargo porque quería quedarme un tiempo largo. No se pudo.

- Si ha vuelto es porque de verdad le agarró cariño a la ciudad...

- Tengo mucha gente amiga allá y en Casablanca. Me han tratado espectacular. Es lo que queda... los resultados se dan o no, pero lo importante es dejar una buena imagen como persona. Fue una experiencia tremenda. Siempre recuerdo las jornadas de colaboración que organizaban los hinchas o cuando ayudábamos a los bomberos. La historia de Valparaíso, de los cerros y de cómo vive la gente es increíble. Luchan y laburan permanentemente. Si hoy me preguntaran en qué lugar viviría fuera de Uruguay, sin duda sería Valparaíso.

- ¿Le gustaría tener otra oportunidad en Chile?

- Quiero una revancha. Es difícil porque hemos tenido chances y a veces dicen que fracasamos en Wanderers, pero no evalúan el contexto y las posibilidades. Hoy estamos más preparados, tenemos más experiencia y hemos conseguido cosas importantes en el fútbol uruguayo. No es fácil trabajar acá en Uruguay y en Chile tienen mejores condiciones. Uno está preparado y permanentemente hablando con gente. Si hay una posibilidad, no lo pensaré dos veces.

- ¿Cuándo tuvo esa oportunidad para ir a Chile?

- Hace unos días en un equipo que se había quedado sin entrenador y estuve en la terna. Alcancé a charlar con los dirigentes porque acá tengo una clausula de salida y puedo optar a esa posibilidad. Estaba ilusionado, pero no se dio. Siempre hay muchos currículum sobre la mesa y se tienen que decidir por uno u otro, es normal. De todas formas nos sentimos orgullosos.

- Claro, se acordaron de usted.

- Así es. Y no tengo duda que, tarde o temprano, se va a dar esa revancha de trabajar nuevamente en aquel país tan lindo.

Espinel, en el Parque Cincuentenario Juan G. Prandi.Diego Vega

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