El duro camino de la gran amenaza de la U: “Pensé en volver a mi casa; uno sufre harto”

Curicó ha sorprendido en el 2022. La escuadra del Maule es uno de los elencos de mejor juego, exhibe un lugar expectante en la tabla de posiciones y anotó una cifra de goles que llama la atención. Mucho tiene que ver en esto último el aporte de Bayron Oyarzo, habilidoso y veloz puntero derecho de los albirrojos. A los 26 años, el puertomontino vive su mejor momento en Primera División y, en la antesala del duelo de este jueves contra Universidad de Chile, conversó con AS, abordando su actualidad y recordando también la larga ruta que lo llevó al sitio donde hoy se encuentra.

“Estoy conforme con el inicio de año, se ha venido trabajando muy bien con el cuerpo técnico. Contento con el desempeño que se está dando, todavía queda mucho aún, así que tenemos que seguir por el mismo camino”, señala Oyarzó, quien se inició en el fútbol en Barnechea, en la antigua Primera B.

- ¿Qué cree que ha sido importante en este buen comienzo individual de temporada?

- Creo que tenemos un muy buen grupo, súper unido. Personalmente, he trabajado súper bien, siento que he madurado bastante en este último año. Eso últimamente me ha llevado a subir el nivel.

- ¿Es una satisfacción para usted ser ahora protagonista en Primera División? Su historia previa está radicada en el Ascenso principalmente.

- Sí, claro, es un contexto distinto. Es un logro para mi carrera y para mi familia también. Se sienten todos muy contentos por lo que logrado. Este es el camino y a seguir firme por este mismo camino.

- ¿La meta es realizar una campaña sorpresiva, estar peleando arriba en la tabla? El año pasado debieron lidiar por no descender.

- Desde el principio del año que nos propusimos estar peleando los primeros lugares. Obviamente que, si es posible, clasificar a Copa Libertadores o a la Sudamericana. Ese es nuestro objetivo.

En busca de una oportunidad

- ¿Cómo llegó desde el fútbol joven de Puerto Montt a debutar en el Ascenso por Barnechea?

- Pasó que vine a probarme a Barnechea, porque en Puerto Montt no tomaban mucho en cuenta a los chicos de casa. Salí de ahí y quise venir a Santiago, y llegué directamente a Barnechea. Llegué por un amigo que tenía, que ya estaba jugando ahí. Me dijo “ven para acá porque está buena la oportunidad”. Así que tomé mis cosas y me vine, con el apoyo de mis papás, de mi familia. Tomé mis maletas y a los 17 años me fui a la juvenil de Barnechea.

- ¿Se instaló solo en Santiago o tenía familiares acá?

- Tenía un amigo de allá (de Puerto Montt), que estaba con su familia y me quedé en su casa. Después, en la juvenil me junté con más amigos a arrendar juntos y así empezó esa etapa en Santiago. Estaba con la ilusión de llegar al primer equipo, pero fue difícil.

- Claro es entendible…

- No tenía ningún sueldo y tenía que mantenerme. Mi papá y mi familia me ayudaban. Estuve de repente buscando trabajando para poder mantenerme, pero más que todo me mantuve con el apoyo de mi familia. Finalmente, me subieron al primer equipo con el ‘profe’ Francisco Bozán.

- ¿Qué le pareció la vida en Santiago en un comienzo?

- Cuando llegué no conocía nada de Santiago, era primera vez que estaba en la ciudad. Fue algo nuevo para mí, también conociendo un poco a la gente de acá, cómo es. Igual con un poco de miedo, porque las personas en el sur es como, no sé… un poco más tranquila. La gente anda más relajada en las calles, en Santiago es todo loco, rápido, todos estresados. De a poco me fui acostumbrado, yo siempre he sido bien valiente para mis cosas y me fui acostumbrado rápidamente y salí adelante.

- ¿Tuvo que trabajar?

- No, no alcancé a hacer nada… tiré un par de curriculums, me acuerdo, pero no pasó nada. No me llamaron. Fue para esos trabajos de atender a la gente en los cines y al final no fui nunca.

- ¿Después en el primer equipo de Barnechea ya pudo contar con un apoyo económico?

- Subí al primer equipo y les planteé que no podía seguir estando así manteniéndome solo, que iba a tener que devolverme al sur. Entonces, me hicieron contrato y me empecé a mantener solo. Empecé a jugar y comenzaron a subirme las condiciones.

- ¿Cuando la situación fue adversa pensó realmente en volver a su casa en Puerto Montt?

- Sí. Uno sufre harto, estando lejos de la familia, sin poder mantenerse. Gracias a Dios tenía al grupo de amigos con el que vivía y me apoyaban, me tiraban para arriba. También estaba mi polola en ese momento (ahora estoy casado) y pude seguir adelante.

Jugador de Primera

- ¿Cómo surge la posibilidad de llegar a Primera División en Curicó?

- Venía de unas buenas campañas en Barnechea y hubo un año en que terminé contrato en el club. Surgió entonces la posibilidad de venir. En ese tiempo estaba de técnico Nicolás Larcamón. Tomé al tiro la opción porque mi sueño era jugar en Primera División. Me sentía preparado y acepté.

- ¿Sintió el cambio de pasar de un camarín del Ascenso al de un cuadro de Primera?

- Sí, se siente. Encuentro que hay más compromiso, más profesionalismo. El ritmo de juego cambia también, es otra realidad de juego.

- ¿Tiene pendiente la posibilidad de jugar por Puerto Montt?

- O sea si en algún momento se presenta la ocasión, claro. Es mi ciudad, es mi club, yo feliz de jugar en algún momento ahí. Siempre está abierta esa posibilidad.

- ¿A qué apunta en esta temporada en Primera División?

- Mis expectativas, antes que todo, son hacer una excelente campaña con Curicó. Ser un jugador regular y marcar diferencias, sobre todo en mi posición. Cumplir también con los objetivos que nos planteamos como equipo, clasificar a copas internacionales. Luego, también buscar otras opciones más adelante. Poder dar un salto más arriba, ojalá llegar a un equipo importante o quizás, uno no sabe, pero salir al exterior. Sería un sueño para mí y mi familia.

- ¿Le alcanzará a Curicó para prolongar este buen desempeño inicial?

- Sí, claramente. Tenemos toda la convicción de que, a pesar de que queda mucho campeonato aún, tenemos un buen plantel, con calidad futbolística y personal. Tengo toda la fe y la confianza de que este año nos va a ir excelente. Vamos a poder cumplir nuestros objetivos.