El ‘nuevo’ Berizzo de Chile Sub 23 que apareció en Santiago 2023
Asumió el desafío en el peor momento al mando de Chile y la victoria contra México dejó buenas sensaciones. El contraste de los Panamericanos con las Eliminatorias es inmediato.
La Roja Sub 23 inició con un triunfo la participación en los Juegos Panamericanos. La escuadra dirigida por Eduardo Berizzo venció por 1-0 a México y ahora enfrentará a Uruguay en el estadio Elías Figueroa de Valparaíso. La Selección dejó buenas sensaciones, sobre todo en el tramo medio del encuentro, y en vista también de que fue recién el primer duelo del conjunto. El plantel final nominado por el DT argentino no disputó antes ningún partido preparatorio.
Berizzo asumió el riesgo de conducir a la escuadra Sub 23 justo en medio de los mayores cuestionamientos a su labor. La Roja suma cuatro puntos en las Eliminatorias, se ubica en la octava posición y está fuera de los puestos de clasificación por diferencia de gol. El contraste con lo exhibido por la escuadra Sub 23 resultó inevitable y dejó algunas conclusiones, entendiendo las diferencias competitivas entre ambos certámenes.
Ritmo distinto
Particularmente en el primer tiempo, uno los aspectos que llamó la atención en la Roja Sub 23 fue el alto ritmo de juego. Las secuencias de pases rápidas, los movimientos agresivos para recibir el balón y las acciones a dos o tres contactos con la pelota fueron la tónica del conjunto nacional. Chile fue un equipo ágil también en el paso de ataque a defensa, expandiéndose o achicando los espacios de acuerdo a los requerimientos del juego.
El 1-0 surgió así. Fue producto de una acción de construcción de juego, a trazos largos y con mínimas detenciones en cada recepción del balón. El momento crucial fue la asistencia de Damián Pizarro, pues la maniobra general exigía mantener la tensión de desplazamiento del balón. El ariete de Colo Colo devolvió de primera, en la entrada del área penal y la neutralización defensiva de los mexicanos se tornó imposible.
Ataque funcional
Una de las dificultades de la Roja en las Eliminatorias ha sido la falta de continuidad en las acciones de ataque. Chile llega por momentos, logrando algunos buenos pasajes de juego, pero ha resultado insuficiente para una producción ofensiva robusta. Contra los mexicanos, las sensaciones de la Sub 23 fueron distintas, porque el conjunto nacional atacó en forma constante y con eficacia.
En esto, resultó clave la labor de Maximiliano Guerrero y Alexander Aravena por los costados del bloque ofensivo. El primero ganó siempre en profundidad mediante acciones de dribling o desmarcaciones agresivas. El canterano de la UC aportó como un puntero o extremo de juego y no de penetración. Se asoció constantemente, estableciendo el balón en su sector para habilitar con riesgo hacia el eje del ataque.
Otro mediocampo
La sorpresa que dio Berizzo ante México fue la exclusión de César Fuentes en el mediocampo. El volante de Colo Colo es una de las tres excepciones mayores de 23 años y se esperaba su titularidad. Pero el DT confío en Alfred Canales y Vicente Pizarro como dupla de volantes centrales, respaldando la gestión de César Pérez como mediocampista ofensivo.
Otra novedad en el equipo fue también la plasticidad en el mediocampo. Canales, Pizarro y Pérez iniciaban sus intervenciones desde puntos cercanos a su ubicación original en la cancha, pero aparecían por otros sectores en la construcción de juego. Fue llamativo el intercambio posicional de los volantes centrales, sobre todo en las acciones de salida desde la última línea. Variaban de ubicación en altura y transversalmente, de manera coordinada y evitando coincidir en el mismo punto de recepción del balón.