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Universidad de Chile

El plan maestro de Miranda

Los azules suman dos victorias con el nuevo DT y dan señales de recuperación futbolística. El triunfo ante la UC fue otro gran avance.

Futbol, Universidad de Chile vs Universidad Catolica.
Cuartos de final, Copa Chile 2022.
El entrenador de Universidad de Chile Sebastian Miranda es fotografiado durante el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Chile contra Universidad de Chile disputado en el estadio Santa Laura de Santiago, Chile.
ANDRES PINA/PHOTOSPORT

Universidad de Chile dio un gran paso en su recuperación futbolística con miras a dejar las últimas posiciones en el Campeonato Nacional y por qué no acceder a instancias decisivas de la Copa Chile. Los dirigidos por Sebastián Miranda, quien asumió la conducción del plantel antes del triunfo contra Palestino, ahora superaron con claridad a la UC y cuentan con chances genuinas de disputar una de las semifinales del segundo certamen de la temporada.

Nuevo Rumbo

La U muestra un giro en el campo de juego bajo la nueva conducción de Miranda. Tanto, que Cecilia Pérez, integrante del directorio de Azul Azul, confirmó que el DT nacional se quedará en el cargo hasta que concluya el año futbolístico. Ya contra Palestino, luego de la salida de Diego López, los universitarios exhibieron un formato de juego distinto, que decayó en el segundo tiempo, pero al menos les permitió quedarse con la victoria y lograr un respiro en la tabla de posiciones del Campeonato Nacional.

En el inicio de su gestión, inmediatamente Miranda marcó un quiebre respecto de lo que venía realizando el conjunto azul en la etapa del entrenador uruguayo. La variación más relevante tuvo que ver con la configuración del mediocampo. López había empleado una estructura de cuatro hombres en la zona media, pero en ningún momento lo hizo con un volante ofensivo.

Cambio de sistema

Antes, los azules se desempeñaron con una línea de mediocampistas, la que incluía la presencia de un doble ‘6′ y dos volantes externos. Todo esto en el marco del sistema de juego 1-4-4-2, mientras que la otra organización posicional predominante en la era López fue el esquema 1-4-2-1-3. Entonces, el DT restó un volante y la inicial dupla de ataque dio pasó a la presencia de un ariete y dos extremos, respaldados por la labor creativa de un ‘10′. Claro, hubo un mediocampista ofensivo, pero con la asistencia de solo dos hombres en la recuperación del balón.

Lo más favorable para la U, a raíz de la innovación de Miranda, tiene que ver con que ahora el equipo transmite la sensación de que cada jugador actúa finalmente en el puesto más acorde con su actual nivel de desempeño. Sobre todo en el mediocampo, cuya configuración fue tema de debate durante todo el ciclo de López. La gran duda era dónde debían jugar Ludas Assadi y Darío Osorio. Miranda optó por el primero como volante ofensivo y el zurdo de mediocampista mixto izquierdo.

Hecho crucial

La clave en esta variante es que ambos juveniles finalmente actúan en el eje del campo de juego y la distancias de relación entre ambos les permite también entrar en interacción permanente. Contra la UC, Osorio no estuvo presente, a raíz de su convocatoria a la Roja, y su lugar lo ocupó Felipe Gallegos. Sin embargo, el bloque de volantes mantuvo la estructura compacta en la fase defensiva y la fluidez en la circulación del balón.

El otro cambio vital en el funcionamiento de la U radica en la etapa de elaboración de juego. Con más hombres en la zona de volantes, distribuidos ahora en una disposición mayormente vertical por la presencia de dos mediocampista mixtos y un ‘10′, el equipo cuenta evidentemente con más juego. La única opción de ataque no son solo los envíos frontales hacia la dupla ofensiva, con Ronnie Fernández como destino predilecto, ahora también los azules avanzan y llegan a la portería rival luego de correctas secuencias de pases.