“El profe es muy drástico y si a los jugadores no los tratan bien, él da un paso a costado”

“Sería un gusto hablar del mejor entrenador que tuve en mi vida”. Con esa frase, Jeremy Rostaing (28) acepta conversar con AS sobre Gustavo Álvarez, el técnico que le ha vuelto a dar estabilidad a la U. A pesar de no ganar en las últimas dos fechas del Campeonato Nacional, los azules siguen siendo punteros.

Rostaing fue dirigido por Álvarez en Sport Boys y Atlético Grau, entre 2021 y 2022, y hoy dice estar contento con el presente que vive su ex jefe, a quien conoce a la perfección. En esta entrevista, el lateral derecho entrega detalles de los años más desconocidos del estratega argentino.

- Partamos hablando de sus días con Gustavo Álvarez en el fútbol peruano...

- Compartimos en Boys y en Grau. En Boys, eso sí, no pude tenerlo mucho tiempo, por el tema de los pagos. El profe es muy drástico en eso y si a los jugadores no los tratan bien, él da un paso a costado y es lo que hizo. Sacó la cara hasta donde pudo.

- ¿Qué pasó en concreto?

- El club no estaba tan bien económicamente y hubo un par de meses en que no recibimos pagos. Entonces, el profe sacó la cara por nosotros y habló con la administración. Ellos le dijeron ‘estamos 12, el 16 les pagamos a tus jugadores’. Y él dijo ‘si el 16 los pagos no están acá, el 17 me voy’. Y él cumplió con su palabra, porque no nos pagaron el 16. Lo hicieron hasta el 19. Nosotros estábamos tristes, porque habíamos agarrado su idea, pero él cumplió su palabra. Valoro mucho su gesto.

- Después, usted se fue a Atlético Grau. ¿Fue por petición de él?

- En ese momento, yo iba a ir Carlos Mannucci. Solamente me faltaba un detalle para firmar. Y bueno, faltando cinco días para eso, el profe me llamó y me dijo que yo iba a ser prioridad para Grau, así que conversé con el presidente y todo salió muy rápido. Como yo conocía al profe, me incliné por Grau, a pesar de que la propuesta era mucho menor. Sabía que nos iba a ir mejor con un entrenador como Gustavo.

- ¿Siente que creció mucho junto a Gustavo?

- Aprendí demasiado con el profe. Como profesional, me cuesta decir estas cosas, pero al jugador peruano le cuesta ser profesional. No te hablo de todos, pero sí de una gran cantidad. Te hablo del trabajo invisible, de la alimentación, del descanso... El profe Gustavo sacó lo mejor de mí y siento que el 2022 fue uno de mis mejores años. Me pudo convencer de que con mi talento y un buen cuidado, yo sí podía hacer las cosas bien. Así llegué a estar en el radar de la Selección.

- ¿Y qué le aportó a su persona?

- Crecí muchísimo como persona. Él trataba de que el plantel siempre estuviese feliz, haciendo que todos trabajaran de la misma manera. Cada vez que a alguien le tocaba jugar, estaba preparado y nadie ponía malas caras. En 2022, a mí me tocó ser titular, pero yo siempre me fijaba mucho en la gente que jugaba poco o que no jugaba y les preguntaba ‘¿por qué siempre estás con una sonrisa? Si no estás jugando...

- ¿Y qué le decían?

- Me respondían ‘yo siento que, a veces, el profe le da más protagonismo al que no juega, que al que juega’. El profe siempre decía que el más importante es el que no juega, porque a veces entra y resuelve los partidos.

- ¿Ha seguido lo que Álvarez ha hecho ahora en Chile?

- Sí, con el profe Gustavo hablo en fechas importantes, pero con el que hablo más es con su preparador físico (Marcelo Figueroa), que también me marcó. Es uno de los ángeles que se me cruzó en el camino... Se compenetran muy bien. El profe Gustavo tiene la sapiencia, la estrategia, sabe absolutamente todo los detalles, y el profe Marcelo es el masterclass del tema físico, en cuanto a cargas, kilómetros. Por eso están teniendo éxito en Chile. Tengo buena amistad con los dos, pero el profe Gustavo es más solo, vive en su burbuja, y pasa el tiempo viendo estrategias y a los rivales.

- Aquí, las cámaras enfocan a Gustavo y se ve que es un tipo muy tranquilo. De repente no hace grandes gritos, ni festeja los goles...

- Siempre ha sido así. Antes de los partidos, además, no da mucha charla, porque él trabaja durante la semana. Sabe que el equipo ha trabajado muy bien, entonces no necesita decir mucho. De repente veo los goles de la U y él casi nunca los celebra. O se abraza con su cuerpo técnico o simplemente se queda parado. Pero hay un detalle...

- ¿Cuál?

- Cuando se queda parado pensando, es porque algo no le está gustando. A pesar que su equipo haya hecho un gol... Él se queda mirando a ver qué tiene que mejorar.