El último recurso en la Roja para salir de la crisis

Chile necesita vencer a Bolivia para remontar en la la tabla de posiciones de las Eliminatorias y mantener las chances de ir al Mundial 2026. El conjunto dirigido ahora por Ricardo Gareca, quien reemplazó a Eduardo Berizzo, ocupa el penúltimo lugar y, matemáticamente, sigue con posibilidades de estar en la Copa del Mundo. Sin embargo, las carencias de funcionamiento resultan evidentes.

Cambio de sistema

En la antesala del duelo de esta tarde en el Estadio Nacional, Gareca probó con un mediocampo inédito con Erick Pulgar, Vicente Pizarro y Carlos Palacios, y conservando su apego irrestricto al sistema de juego 1-4-2-3-1. Sin embargo, en las últimas horas el DT de Chile sorprendió con nuevos nombres y, en lo más llamativo, con un inesperado cambio de esquema posicional.

Todo indica que Gareca presentará una formación con una organización 1-4-3-1-2. En la línea defensiva, la única variante sería el ingreso de Gabriel Suazo, pero desde el mediocampo hacia adelante la innovación sería importante. El DT ensayó con Pulgar de ‘6′, con Darío Osorio y Víctor Dávila como volante mixtos y Palacios por delante del trío en el rol de enlace. En la delantera, probó con Eduardo Vargas y Ben Brereton.

Esquema histórico

Que el técnico de Chile haya modificado el sistema de juego fue una sorpresa, pues en su etapa al mando de Perú siempre se mantuvo fiel al esquema 1-4-2-3-1. Sin embargo, sí llama la atención la fórmula clásica a la que apelará contra Bolivia. El posible 1-4-3-1-2 de esta tarde en el Nacional es una propuesta clásica y con mucha historia en Sudamérica, principalmente en el pasado del fútbol argentino. Pero se encuentra casi en desuso a nivel de selecciones y también en el ámbito internacional de clubes.

Se trata de un orden posicional que le otorga gran importancia al juego asociado por el espacio central de la cancha, debido a la presencia de los cuatro volantes y de la dupla de delanteros. El accionar por las zonas externas queda casi exclusivamente bajo responsabilidad de ambos laterales, quienes también deben responder en la fase defensiva. Enfrentado a sistemas con parejas de ataque y defensa por las bandas, termina superado y así fue quedando en desuso.

Lo que sí se ha conservado del sistema 1-4-3-1-2 en la actualidad es la dupla de ataque, que contra Bolivia estaría integrada por Brereton y Vargas. Hoy, el doble ‘9′ subsiste en los esquemas 1-4-4-2, 1-3-3-2-2 y 1-3-4-1-2 en el fútbol de alta competencia. Si la intención de Gareca consiste en innovar con una dupla de delanteros, pudo haberse inclinado por alguna estas fórmulas, pero parece haber escogido volver a sus fuentes con una propuesta clásica.