LA ROJA
Es leyenda en México, pero le cerraron las puertas de la Roja: “Hubo faltas de respeto y críticas destructivas”
A una década de su retiro, el futbolista sigue siendo una figura histórica en Santos Laguna y la Liga MX. “Hemos sido más reconocidos acá”.
“Hemos sido más reconocidos acá que en nuestro propio país. Yo hice una carrera muy corta en Chile y por ahí esa lejanía pudo ser factor para el desconocimiento de mi carrera. Eran otros tiempos, y no había la tecnología de ahora para tener más información”, afirma Rodrigo ‘Pony’ Ruiz en Viejos Cracks, el programa que conduce Claudio Bustamante cada semana y que puedes ver en las redes oficiales de AS Chile.
El retirado futbolista hoy se encuentra viviendo en Los Cabos y no tiene intención de retornar al país. En México encontró su lugar en el mundo y dejó una huella que lo transformó en una de las leyendas históricas de la Liga MX. Comenzó su carrera en Unión Española y en 1994 emigró a Puebla, comenzando una etapa que se extendió en seis equipos hasta el 2013, año de su retiro.
Mientras se convirtió en una estrella en Santos Laguna, siendo parte de un ataque temible con Jared Borgetti y Matías Vuoso, se fue alejando de Chile. Tuvo un puñado de opciones en la Roja, pero nunca pudo afianzarse y su rol fue secundario para el técnico Nelson Acosta en la ruta al Mundial de 1998. Las críticas del medio por jugar en una liga -considerada- menor en ese entonces le fueron cerrando la puerta.
- ¿Te sorprendieron esas críticas?
- Se demeritó mucho mi trabajo. Hubo quejas de cuando me llamaban a la selección, hubo falta de respeto, y sin informarse de lo que uno está haciendo acá y que confirara en mí. De ahí jugué muy poco. Fue una crítica desconstructiva.
- ¿Te sentiste vapuleado?
- Se dudaba más de lo que yo podía a portar al análisis de mi juego. A mí tampoco me afectaba o mucho menos, seguí jugando acá. Siempre tuve claro que tenía que rendir para mi equipo, para mí, y si se daba un llamado a la selección, espectacular. En mi caso me dio más fuerza y me dio ilusión de seguir trabajando.
- Te topaste con una generación donde habían dos monstruos del fútbol chileno: Salas y Zamorano
-Estaba además Claudio Nuñez, que la rompía también acá. Tuve muy claro que me tocó una época muy difícil. Con 12 no se puede jugar, con 13 menos. Estuve lo que tenía que estar. Y las oportunidades que me dieron, no sé si las aproveché o fue del entrenador. Pero no me queda una bala pasada. Jugué durante 23 años, gané una final, otras las perdí, no jugué un Mundial, pero eso no me hace un mal jugador. Hay futbolistas que jugaron un Mundial, y son muy malitos, pero que bueno que les tocó esa experiencia, que la hayan aprovechado y vivido, genial. Nunca fui, ni seré envidioso.