Estudio Geominería y ahora es revelación en el fútbol chileno: “Me gustó mucho”

Con 22 años, Dylan Escobar se ha convertido en pieza clave de Coquimbo Unido. Tras superar una fractura de pilón tibial, recuperó su sitio en el once titular al punto de jugar todos los minutos en los recientes siete partidos. Aquello también cambió su vida diaria, porque la exposición en la ciudad cada vez es mayor.

“Acá la gente es muy hincha. Desde que empiezas a jugar, ya te conocen. Al principio era chocante, pero es lindo que la gente te reconozca. Yo desde que pensaba que iba a llegar a Primera, me fui preparando. Sabía que en los buenos momentos iba a volver gente que se había ido, sabía que llegarían más mensajes en redes sociales, pero realmente trato de mantenerme al margen. De hecho, cuando juego, trato de abstraerme lo máximo posible y me fijo en los mensajes de mi familia y amigos”, reflexiona Escobar en diálogo con AS Chile.

En 2022 se consolidó como jugador de Primera División. ¿Por qué sucedió? “Por la perseverancia que tuve siempre. Jamás me rendí, jamás me miré en menos aún cuando siempre he sabido que todos mis compañeros son muy buenos. Nunca pensé en que no jugaría porque otro tuviera más experiencia que yo. Siempre confié en mí y en estar preparado siempre para cuando llegue tu oportunidad”.

Para tener este presente, dejó su natal Huasco -donde aprendió a jugar gracias a su hermano- para ir a Vallenar, donde comenzó su camino para llegar al fútbol profesional.

“Estuve en los años que tuvo problemas con la ANFP por su ascenso”, cuenta Escobar a AS Chile. Luego de eso, Coquimbo Unido lo llamó para que se sumara a las series menores.

Mientras se preparaba para tener una chance en el primer equipo, el defensor estudió en paralelo una carrera que no tiene nada que ver con el fútbol. “Mi mamá quería que lo hiciera. Me apoyaba en el fútbol, pero también quería que estudiara. Entonces cursé Geominería. Hice los dos años, pero me faltó hacer la práctica, porque justo se me dio que empecé a jugar y ya era imposible”, indica.

- ¿Qué le pedían?

- Para esa carrera tienes que ir a una Mina y, además, tenía que hacer como 400 horas de práctica, entonces era salirme dos meses del fútbol y si dejas pasar la chance, fuiste bueno (ríe). Mi mamá entendió que ya era algo que escapaba de mis manos y además que el fútbol ya era mi trabajo y sabía que podía seguir en esto.

- ¿Y piensa hacer esa práctica más adelante? ¿Le gustó la carrera?

- Me gustó mucho. Yo quería hacer la práctica y de hecho busqué otras opciones que no fueran solamente ir a la Mina. Pregunté en laboratorios, pero sus horarios eran muy estrictos y yo dependía de eso por los entrenamientos, entonces se hacía difícil. Y yo creo que si se me da la opción de hacerla más adelante, lo haría.

- ¿Y qué metas tiene en su actual profesión?

- Voy paso a paso, no soy tanto de mirar el futuro. Me gustaría consolidarme bien en Chile, saltar a un equipo de los llamados grandes acá. También tengo en la mira la Selección, que es donde quiero estar y me gustaría dar el paso al extranjero y hacerme un nombre afuera.