ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Entrevista AS

Formó al Ballet Azul, ganó un título con Colo Colo y cumplió 100 años: “Recibí homenajes”

Hernán Carrasco nació en 1923 y hoy vive en El Salvador, donde es considerado un maestro. “Todo lo hice pensando en dejar bien puesta la bandera de Chile”, revela a AS.

Actualizado a
Formó al Ballet Azul, ganó un título con Colo Colo y cumplió 100 años: “Recibí homenajes”

Son 100 años de vida y de fútbol. Hernán Carrasco Vivanco vive hace décadas en El Salvador, país que considera su segunda patria, pero nunca se olvida de Chile. Su centenario lo encuentra en excelente estado de salud y muy lúcido, con una memoria privilegiada.

El ‘Maestro’, como le llaman en Centroamérica, nació el 29 de marzo de 1923 en Arauco, Chile. “He recibido muchos homenajes por mis 100 años. De dirigentes, jugadores que formé. También es un orgullo muy importante para mi país, ya que me han agradecido mucho lo que hice por el fútbol acá en El Salvador. Todo lo hice por dejar bien puesta la bandera chilena”, cuenta muy contento en diálogo con AS, con un acento muy chileno que no se le ha quitado pese al paso del tiempo.

Carrasco siempre fue deportista. En Concepción y después en Chillán practicó atletismo, salto con garrocha, básquetbol y también fútbol. Ya en Santiago, una enfermedad le impidió seguir en Universidad de Chile, donde llegó hasta la cuarta especial, que era la última categoría antes del primer equipo. Jugaba de delantero.

- Usted fue uno los pilares en el equipo técnico que formó el Ballet Azul de la U.

- Hice todos los estudios en Chile. Hice escuela primera en Arauco que era extraordinaria. Soy profesor normalista, estudié cuatro años en Chillán, donde desarrollé todos los deportes. Me titulé, me vine a Santiago y me ofrecieron una beca para entrar al Instituto de Educación Física. Estuve en la Universidad de Chile, me enfermé y ahí me dejaron como entrenador de las divisiones inferiores.

- ¿De qué se enfermó, Don Hernán?

- Me dio una gripe muy fuerte, una bronquitis tremenda que tuve que guardar cama y me impidió seguir jugando, pasó el tiempo y me quedé como técnico de las divisiones inferiores. La natación la hacíamos en una piscina temperada y ahí me pescó el resfrío. Eso cambió mi vida. Cuando Lucho Álamos pasó al primer equipo, yo me quedé a cargo de las inferiores. Ahí me llamó don Víctor Sierra, un dirigente extraordinario. Un futurista, un hombre que quería hacer un equipo con puros futbolistas nacidos y criados en la U.

- Y esa es la semilla del Ballet...

- Exacto. El doctor Sierra nos dijo que nos quería por seis años y que si nosotros nos íbamos teníamos que indemnizarlo. Fue cuerpo técnico extraordinario. La U estaba a punto de descender, llegó Álamos y se armó este proceso maravilloso. Lo más lindo fue haber aportado nueve jugadores a la selección chilena que fue tercera del mundo en 1962. (Luis) Eyzaguirre, Navarrito (Sergio Navarro), que era muy bueno y terminó siendo el capitán. Era juvenil en hockey patín, lo fui buscar muchas veces y una vez que terminó un torneo en Temuco, me prometió que volvería al fútbol. Y así fue.

- El paso a la Roja de Fernando Riera fue natural entonces...

- Claro, estaba Lucho Álamos, que era su ayudante y también (Washington) Urrutia. Trabajamos muy bien con Fernando (Riera) y salimos terceros en el mundo en 1962. Con Hugo Tassara, otro gran entrenador, estábamos a cargo de observar a los equipos que estaban en Viña: Checoslovaquia, España, Brasil y México. Nosotros observábamos todo lo que había en cada equipo para después comunicárselo a Fernando.

- ¿Algún jugador que lo sorprendiera de ese equipo?

- Carlos Contreras. Fue alumno mío. Era grandote, pero no tenía nada. Le vi que tenía buen chute, pero era tronco. Como el jugador se hace, él hizo todo, se preparó, iba a todas, surgió y después fue titular en la selección chilena que salió tercera en el mundo. Un muchachito que no tenía nada de juego, pero se hizo futbolista.

De la U a Colo Colo y con un histórico del Maracanazo

En 1958, Hernán Carrasco dejó su cargo en las divisiones inferiores de la U y pasó al mismo puesto, pero en Colo Colo. “Yo ganaba 40 mil pesos en la U y Colo Colo me ofreció 160.000. Yo ya no trabajaba como profesor y sólo me quedaba ese sueldo”.

- En Colo Colo reemplazó a Flavio Costa, el DT brasileño que perdió ante Uruguay en el Maracanazo de 1950.

- Sí, nos hicimos muy amigos con Flavio Costa. En un momento me dice “mira Hernán, me quiero ir porque tengo problemas de fútbol, no anda bien el equipo, además tengo unas visitas en Brasil y las quiero atender. Yo he pensado que tu seas el entrenador, mientras encuentran a otro”.

- ¿Y qué le dijo?

- Le dije cómo no, si era el primer equipo de Colo Colo. Y se fue. Me quedé mientras se conseguía a un entrenador de categoría y renombre. Resulta que fue pasando el tiempo, el equipo se enderezó, empezamos a ganar, a ganar, a ganar y no perdíamos nunca. Los jugadores se portaron muy bien conmigo. Era un equipazo con Caupolicán Peña, ‘Cua Cuá’ Hormazábal, Gastón Guevara, Mario Moreno, el Niño Gol Juan Soto. Terminamos siendo campeones en 1960.

Ampliar

Una leyenda en el fútbol salvadoreño

Hernán Carrasco es una institución en el fútbol de El Salvador. Con motivo de sus 100 años, el técnico chileno ha recibido varios homenajes y ha sido portada en los principales medios salvadoreños. Dejó un legado para varias generaciones y lo ganó todo en un fútbol históricamente más débil, pero que con su trabajo pudo competir con las grandes potencias en la década de los sesenta.

- ¿Cómo llegó a El Salvador?

Por una casualidad. Necesitaban a un entrenador para un campeonato en Guatemala y acepté las condiciones. El 21 de diciembre de 1964 llegué a El Salvador y me quedé diez años. Incluso renuncié a la Selección por varios problemas que no me gustaron, no me apoyaron en nada. No había cancha para entrenar, no teníamos uniformes nuevos, el hotel estaba lleno de ratones. En eso me hice cargo de Alianza, con un extraordinario dirigente, Ernesto Sol, que era millonario y el mejor presidente que he tenido. Le pedí canchas para entrenar, sueldos al día y cumplió.

- Y ahí comenzó su historia de títulos.

- Ganamos dos títulos seguidos y en 1967 salimos campeones de la Copa de Campeones Concacaf al ganar de buena forma al América de México en la final. Hicimos grandes campañas, con varios futbolistas chilenos. Imagínese, era un gigante del continente y nosotros los derrotamos. Me traje a Ricardo Sepúlveda, a Miguel Hermosilla que estaba botado y a Luis Hernán Álvarez, que me pidió venir por un problema familiar. Hicimos campañas extraordinarias. Le ganamos al Santos de Pelé, empatamos con Peñarol, campeón del mundo. También derrotamos a Emelec, campeón de Ecuador, y a Universidad Católica.

Carrasco revela que luego le dijeron que era muy caro y que no podía seguir entrenando al equipo. “Les di las gracias y les dije ‘no creo que vayan a tener más éxitos con otro entrenador que conmigo’. Y no fue de petulante, era la verdad, de hecho, después me fui al Atlético Marte y fui campeón dos veces”, señala.

En 1975 regresó a Chile, donde dirigió a Deportes Antofagasta, Deportes Aviación y Universidad de Chile. En la U estuvo nuevamente en cadetes y también tuvo un corto paso por el primer equipo, donde dirigió ocho partidos en 1984. En 1986 se quedó definitivamente en El Salvador y ganó un título más con el Águila y luego en el reencuentro con la camiseta blanca del Alianza. Su última experiencia como técnico fue en 2001, a cargo del Municipal Limeño.

Ampliar
Ampliar