Ganó un título con Cobresal, es ingeniero y trabaja en el puerto: “Quedé decepcionado del fútbol”

Con dos títulos en Primera División (Everton 2008 y Cobresal 2015) y un largo periplo en el fútbol chileno, la carrera profesional de Francisco Sánchez finalizó abruptamente en 2018. Con 34 años, el ex futbolista optó por alejarse de la actividad por una razón muy concreta. “El mercado me fue dejando de lado”, señala en diálogo con As Chile.

“Las Sociedades Anónimas quieren hacer caja y no lo van a hacer con un jugador de 34 o 35 años”, añade el viñamarino.

Hoy, Sánchez se desempeña en otros rubros profesionales tras iniciar un innovador proyecto de ‘Footvolley’, en paralelo a su trabajo en una empresa naviera en Viña del Mar. “Comencé a estudiar Ingeniería Comercial cuando estaba en Everton (2005) y me titulé en 2010, justo antes de partir a Audax Italiano. Lamentablemente, el trabajo de futbolista no te permite estar tanto tiempo en un lado, por eso no pude ejercer la carrera antes”.

- ¿Qué es lo que más extraña del fútbol?

- Los camarines, las tallas con los compañeros y estar dentro de la cancha que era maravilloso. No tanto las concentraciones, porque antes era rico ir a los hoteles y viajar, pero ya en un momento se vuelve todo muy monótono. Cuando había que concentrar, ya no me gustaba, prefería llegar directo porque era una lata estar encerrado.

- En su relato, usted menciona que sigue decepcionado de la actividad que ejerció por 16 años....

- No tenía pensado el retiro. Cuando terminé mi carrera en Unión La Calera, yo tenía 34 años. No terminé jugando mucho esa temporada, donde clasificamos incluso a Copa Sudamericana. Por lo tanto, el mercado me fue dejando un poco de lado. Cuando terminé contrato allá esperé seis meses y nada. Después, aguardé un año más y tampoco tuve ofertas, por lo tanto, ahí recién tomé la decisión y dije “ya basta, estuve 16 años jugando fútbol, ahora me dedico a lo mío”.

- Pese a que no fue el final esperado, usted consiguió en su carrera dos importantes títulos de Primera División. Uno con Everton el 2008 y otro muy recordado, con Cobresal en 2015...

- Se recuerdan con mucho cariño. Fueron dos años espectaculares que tienen en común un grupo humano y deportivo extraordinario. Camarines inquebrantables, donde éramos todos amigos y todos remábamos para el mismo lado. En 2008, le ganamos a Colo Colo en la final después de perder la ida 2-0. Ganarles en nuestra casa a los tetracampeones, y, además, hacerlo con el equipo que te formó, es increíble. Y lo del 2015 con Cobresal fue maravilloso. Es duro vivir en El Salvador, pero íbamos a cualquier cancha y sabíamos que podíamos competir de igual a igual.