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Fue campeón con Unión, jugó en Europa y hoy trabaja en ventas: “Es lindo estar afuera, pero...”

“Gracias a Dios han resultado todas mis cosas. Ahora hay más tiempo para la familia, algo que a veces dejas de lado”, contó Alexis Norambuena.

Fue campeón con Unión, jugó en Europa y hoy trabaja en ventas: “Es lindo estar afuera, pero...”
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Alexis Norambuena finalizó su carrera profesional a principios de 2020, luego de un extenso recorrido en el fútbol chileno y europeo. El lateral formado en Unión Española, equipo con el que conquistó el título en 2005 junto a Fernando Díaz, tuvo un destacado paso en la liga de Polonia, donde conquistó tres campeonatos con el Jagiellonia.

Ha sido complejo, cuesta acostumbrarse. Uno extraña llegar en la mañana, hablar con los compañeros. Pero ya cuando pasa el tiempo, te das cuenta que se acabó nomás. Somos todos jóvenes cuando nos retiramos, porque para el fútbol somos viejos, pero en la vida cotidiana, no”, comentó el ex jugador en conversación con AS.

- ¿A qué se ha dedicado tras el retiro?

- Ahora estoy trabajando en un negocio de ventas, gracias a Dios han resultado todas mis cosas. Estoy viviendo en Chile, es bonito estar afuera, pero aquí está todo, los amigos, la familia. Te puedes centrar en ellos, algo que a veces dejas de lado cuando te dedicas al fútbol. El poder estar con ellos en las fiestas más importantes es otra forma de vivir. Es más íntimo. En el extranjero lo vives de diferente manera.

- ¿Por qué decidió regresar a Chile?

- Eso pasó justo en un momento donde se me vencía el contrato y no sabía si me quedaba. Yo ahí tenía 32 o 33 años más o menos, estaba recién operado, entonces algunos dudaron si había quedado bien. Estuve averiguando y volví. Estuve seis meses sin jugar, porque llegue en septiembre y pude jugar en enero, pero acá están mis amigos y mi familia.

- ¿Qué tan distinta era la vida en Polonia?

- Bueno, en realidad tiene de distinto el clima, estábamos acostumbrados a estar con frío. Claro que allá tiene que haber una tormenta demasiado fuerte para que se cancelen las clases. La gente está acostumbrada a ese clima, en vez de salir con un coche para los niños, salían con trineos. En cuanto a otras cosas, las comidas son un poco igual que acá, tratábamos de hacer las cosas parecido a cómo se hacen en Chile. Probamos algunas comidas típicas de allá, pero al final siempre te quedas con lo propio. Las cosas de tu país no las cambias.

- En una mirada al pasado, ¿Cómo podría evaluar su carrera?

- Hay un sacrificio grande detrás, no solo tuyo, también de los papás. Ser campeón con el equipo que te ayudó a llegar al profesionalismo, para mí tiene algo especial. En Polonia también pude ser campeón tres veces, pero con ellos (Unión) fue muy especial, no lo cambio por nada.

- ¿Quedó con alguna deuda pendiente en su carrera?

- Yo creo que a todos le queda pendiente algo, quizás jugar en un equipo grande, o en la selección chilena. Es fácil decir ahora que me equivoqué en esto o aquello. Hay cosas que hoy día aprendí viviendo, pero eso no quiere decir que seas mejor o peor. Por ejemplo, cuando me tocó debutar, era porque al entrenador le gustaba. No estaba esa regla del Sub 20 y tampoco había redes sociales, entonces tenías que ganarte una oportunidad con tus herramientas.

- ¿Siente que hoy en día los jóvenes se conforman con el minutaje Sub 20

- Un jugador duro de cabeza va a entender de qué se trata jugar, pero hay otros que se conforman con estar ahí. Yo no estoy en contra de que se apoye a los jóvenes, al contrario. Tengo un reparo con el tema de los juveniles que tiene que haber en cancha, por lo que me tocó vivir a mí en lo último de mi carrera. Antes de retirarme, había que citar a tres juveniles por obligación. En el equipo todos nos sacrificábamos al máximo, sabías que estaban los titulares y los que quedaban afuera tenían que matarse por un cupo. Entonces, los jóvenes se relajaban un poco porque sabían que tendrían la oportunidad.

- ¿Falta cierta ambición?

- Sí, hoy en día siento que falta. Los jóvenes hablan de irse a las mejores ligas como Brasil y Argentina, pero hay más fútbol, más países. Que sean menos conocidas no significa que sean malos torneos. Es un desafío bonito, una experiencia súper enriquecedora como futbolista y persona, porque conoces otras culturas, gente, formas de hacer las cosas. Eso me lleva a sentirme orgulloso de lo que hice, jugar afuera y el mismo hecho de estar en la selección de Palestina, que no están nombrada, pero jugamos dos Copa Asía, Eliminatorias. Con todo eso aprendes, ganas experiencia, es algo que puedes transmitir.

“El título del 2005 con Unión fue muy especial”

- ¿Cómo recuerda el campeonato que consiguió con Unión?

- Fue un título que lo recuerdo mucho porque lo ganamos con mucha gente de casa. Tuvimos una temporada un poco irregular. Nos tocó contra la U y la eliminamos por penales. Luego con Católica, y ganamos de la misma forma. La final fue con Coquimbo que tenía un equipazo. Jugamos el primer partido acá en una cancha que estaba muy blanda, mala. Ese campeonato para mí fue muy especial, lo sufrimos mucho, pero teníamos un grupo bueno. Aun que suene cliché, los equipos lo hacen los grupos, y el nuestro lo era. Estaba el “Coto”, Jerez, Ribera...

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- ¿Y cómo era su relación con Fernando Díaz?

- Con Fernando siempre hubo una buena relación, cómo se dice, me bancó harto. Lo que si lo dejé un poco botado cuando me fui (risas). Partí a Ñublense después de Unión, lo hice en febrero cuando el campeonato llevaba como seis fechas. Yo era tozudo en que me quería ir, lo tenía conversado todo con ellos. Fernando se anduvo enojando un poco, pero después lo conversamos y quedó todo bien.

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