ENTREVISTA AS PARTE II

Fue comparado con Alexis, estuvo retirado y un DT lo salvó: “Es un profesor del fútbol”

A sus 26 años, el futbolista Mario Briceño vive un renacer en San Felipe tras varios pasos en falso marcados por la indisciplina. “Seguí jugando en el barrio”.

Alvaro Iostroza A

El ex jugador de Universidad de Chile, Mario Briceño, ha vivido una agitada carrera profesional. Con sólo 20 años, el atacante deslumbró en Deportes La Serena, lo que le permitió ser traspasado en 2016 a Universidad de Chile bajo el cartel de una gran promesa.

“En algún momento se me comparó con Alexis Sánchez”, cuenta. En diálogo con AS, el atacante repasó las complejas decisiones en su vida, algo que incluso lo llevó a pausar su carrera en el año 2020. Hoy, tres años después, es una de las grandes estrellas del Torneo de Ascenso y suma nueve goles en 11 partidos.

- Debió ser complicado dejar el fútbol...

- No lo veo como algo malo, pero me afectó en lo futbolístico. Cuando sales del fútbol, pasas a ser a ser una persona totalmente diferente. Es lo que la gran parte de Chile vive día a día. Había que salir a trabajar, ganarse la vida y todo eso uno lo hace por las personas que tiene detrás. Por la familia, por los hijos... Nunca perdí mi norte, seguía jugando por el barrio y entrenaba solo. Me preparé para cuando llegara otra oportunidad.

- ¿Cómo fue para usted aquella etapa donde estuvo sin jugar?

- Me tomé una pausa, luego de un paso en falso cuando fui a Lautaro de Buin. Por temas de secretaría no podíamos competir y ahí decidí tomarme ese receso en mi carrera. Yo venía de una buena etapa con Ñublense, donde fui parte importante de la campaña de ascenso a Primera División. Marqué muchos goles e hice varias asistencias.

- En ese Ñublense que ascendió, ¿qué recuerda de su experiencia con Jaime García?

- Con él sigo manteniendo una relación muy cariñosa, de mucha piel. Fue uno de los primeros, junto al profe (Luis) Musrri, en darme la oportunidad y confiar en mi trabajo. En mi paso por Ñublense me dio mucha confianza como persona y también en la cancha.

- Fue importante en su renacer futbolístico...

- Totalmente. Es una persona muy buena de corazón, trata de ayudar y corregir con sus historias personales para que no cometamos los mismos errores que él. Me aconsejaba de manera muy cercana y yo lo veo como un padre. Me invitaba a tomar un café, me preguntaba cómo estaba, cómo me sentía. Para mí, es un profesor en el fútbol.

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