Entrevista AS | Parte I

Fue figura de Cobresal y Cobreloa, pero se retiró tras 21 años: “Me faltó jugar fuera de Chile”

Fue un zaguero con presencia constante en las últimas décadas de la liga chilena. Se formó en Cobresal y también estuvo en Cobreloa: “Tuve opciones de ir a los grandes”.

Diego Silva cuenta a AS que, a punto de abandonar el fútbol, “tuve opciones de equipos que me estaban llamando. Eso igual es bueno para uno, que a los 40 años te estén llamando entrenadores y dirigentes para seguir jugando, creo que dice algo. La sensación es que hiciste bien las cosas”.

El zaguero se despidió con un sentido mensaje en sus cuentas de redes sociales. Atrás quedaron más de dos décadas en el profesionalismo y una cifra importante de clubes (Santa Cruz, Cobresal, Santiago Morning, San Felipe, Cobreloa, San Luis, Recoleta y Real San Joaquín).

“Lo tenía pensado hace como dos años más o menos. Mi idea era que yo dejara el fútbol y que no fuera al revés. Tuve la opción de ir a Recoleta (en 2021) y logramos llegar al Campeonato de Ascenso, eso fue muy bueno. Se dio después la posibilidad de llegar a Real San Joaquín, necesitaban gente con experiencia y justo ya estaba pensando en ser técnico. Coincidieron las cosas y llegué al club (en 2022). Fue una etapa de mucho aprendizaje, en un club que nunca había estado en el profesionalismo”, expresa Silva, quien desde La Pintana llegó al fútbol formativo de Cobresal para luego acceder al profesionalismo.

- ¿Cómo va su vida hoy? ¿Echa de menos?

- Mira, lo que más siento es que he subido mucho de peso, he subido como cinco kilos (ríe). Sigo comiendo como jugador activo y ya no quemo las calorías de antes. Era el camino que quería seguir y, además, estoy ahora con los niños en Cobresal, así que estoy viendo. Me gusta ver fútbol, ver también entrenamientos. En estos 21 años que estuve en el deporte profesional, debo estar agradecido de haber jugado tanto tiempo. Por los equipos que pasé, la mayoría de las veces los técnicos me quisieron. Soy un agradecido más que todo.

- ¿Qué momentos o situaciones destaca de estas dos décadas en el fútbol?

- Primero, llegar desde La Pintana a El Salvador fue un contraste muy grande y ser un jugador profesional sin tener un paso importante por cadetes. Yo creo que entre los logros grandes está el primer gol que hice, fue un gol de oro contra Palestino, en La Cisterna. También haber jugado copas internacionales, la Libertadores, la Sudamericana. Jugar en el extranjero con equipo chilenos. Además, haber podido llegar a equipos que siempre me llamaron la atención. Al margen de esto, todos los clubes me dejaron algo. Traté siempre de ir un club donde me quisiera el técnico y así me sintiera cómodo.

Silva se identificó con Cobresal en sus dos décadas de carrera. RAUL ZAMORA/PHOTOSPORT

- ¿Y algunos inevitables sucesos negativos?

-Por el 2005, tuve dos opciones claras de haber llegado a un equipo grande y en su momento no me dejaron salir porque era un jugador de casa en Cobresal. Fueron llamados directos de los entrenadores de turno, del jefe técnico, y al final no se pudo concretar. También cuando estuve en Cobreloa, hubo un llamado de la Selección, porque anduvimos muy bien en 2013. Tuve la posibilidad de haber participado en un microciclo y la final tampoco se dio. Pero al final trato de ver siempre lo más positivo que lo negativo.

- ¿Le hubiera gustado actuar en alguna liga del extranjero y por qué no se concretó esa posibilidad?

- En los años 2007 y 2008, cuando estaba un poco de moda ir a Indonesia, tuve opciones de ir. Pero este tema siempre lo he comentado: en ese momento tenía que ir solo y ya estaba casado y mis hijos estaban chicos. La primera condición que te ponían en esos países era que en los primeros tres o cuatro meses tenías que llegar solo. Y no estaba la posibilidad de irme solo, por más que fuera a probar suerte, por el tema familiar. No quería perder esa vida en familia. Después tuve una opción de ir también a Israel, me llamaron de allá, no recuerdo bien el nombre del equipo. También tuve una chance de partir a Guatemala, pero son decisiones que las tienes que tomar en uno o dos días. Si mis decisiones fueron buenas o malas, el tiempo lo dirá, pero estoy contento por lo que puede hacer en los equipos en que estuve acá en Chile.

- ¿Quedó con la espina clavada de no haber llegado al extranjero?

- Sí, un poco, me quedó esa espinita de haber probado lo que es jugar en otros países.. Sin embargo, ya fue y había otras prioridades en esos momentos.

- ¿Su familia debe ser la más conforme por haberse estabilizado definitivamente en Santiago?

- Sí, yo soy de La Pintana y estoy viviendo ahora en San Bernardo. La familia siempre estuvo al lado en las decisiones que uno tomó. Como te decía, venía evaluando hace tiempo la opción del retiro, le di una vuelta larga al tema. Lo conversamos los cuatro, con mi señoa y mis dos hijos. Están al tanto de que esta decisión, por más que duela, te da esa sensación extraña. Fueron tantos años, tantos camarines, tanta risa, tantas cosas que uno pasa. Era una decisión que ya estaba tomada y ahora a enfocarme en lo que estoy haciendo.

- ¿Cómo le gustaría que lo recordará la gente que trabaja en el fútbol?

- Mira, siempre fui profesional y lo transmití hasta el último entrenamiento. Fue una profesión que la cuidé mucho, porque me costó harto llegar desde chico. A la gente que está en este ámbito siempre le transmití que fui un tipo profesional en todos estos años.

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