Fue figura en Chile y hoy juega en el Amazonas: “El calor es una locura”

Diego Torres (32) jugó entre 2016 y 2018 en Deportes Iquique. Allí, el argentino se transformó en figura del club en campañas que fueron históricas, como la del 2016, cuando pelearon el título del Torneo Nacional hasta las últimas fechas con Universidad Católica. ¿Sus números? 88 partidos oficiales, aportando 17 goles y 11 asistencias.

Sus buenos momentos en los “Dragones Celestes” le permitieron partir en 2019 a Chapecoense, equipo que por ese entonces estaba en la Serie A de Brasil. De ahí en adelante, Torres ha jugado siempre en ese país. Actualmente, el “Oveja” defiende al Amazonas (Serie C), equipo de Manaos, una de las ciudades más calurosas del continente, donde la temperatura supera habitualmente los 40°

En diálogo con AS Chile, Torres recordó su etapa en Iquique y habló de su nueva en Brasil. “Todavía me siento identificado con ese club. Lo sigo siempre. Mi hija es iquiqueña, así es que el cariño es bien grande. Mi paso allá fue muy lindo, crecí mucho futbolísticamente y también como persona”, cuenta el mediocampista trasandino.

- Ese Iquique peleó un título y jugó Copa Libertadores y Sudamericana...

- Sí, peleamos el título, pero salimos segundos, no lo pudimos conseguir. Después jugamos las copas internacionales y por eso le debo mucho a ese club. Yo quiero mucho a Iquique.

- Este domingo el club juega una especie de final para volver a Primera. ¿Está al tanto?

- Sí, juega contra Wanderers. Ojalá gane y Cobreloa empate para que suba directamente a Primera.

- Con sus buenas campañas en Iquique, ¿no tuvo chances de llegar a uno de los tres grandes?

- La verdad es que sí. No fueron propuestas concretas, pero sí me llamaron de los tres. Lo que pasa es que a mí en esa época justo me llamaron para venir a Chapecoense y me incliné por Brasil. En lo económico, además, fue uno de los mejores contratos de mi carrera. Opté por eso y por la familia.

- ¿Qué cosas extraña de Iquique y de Chile?

- Extraño la playa Cavancha y también a la gente, porque es diferente a otros lados. Hablamos el mismo idioma, yo hice muchos amigos allá. Varios me han venido a visitar. Yo tengo un cariño muy grande por la ciudad. Si Dios quiere, ojalá vuelva a vestir esa camiseta en algún momento. Sería lindo regresar, sobre todo por mi hija.

Diego Torres, entre Chapecoense y el Amazonas

- Cuando se fue a Chapecoense, el accidente del avión del plantel había sido hace muy poco tiempo. ¿Cómo fue llegar a un club que venía con ese problema detrás?

- Sí, fue un poco chocante cuando llegué. El accidente había sido como un año y medio antes y en el club siempre había gente llorando. Fue una experiencia que te da escalofríos. Y ya en sí en el equipo, tuve una experiencia muy linda. Jugué el Brasileirao y el fútbol es bastante exigente.

- Hoy vive en Manaos, una de las ciudades más calurosas de Brasil y del continente. ¿Cómo es el día a día?

- La verdad es que hay que vivirlo, es una locura. Acá es un horno (risas). Realmente es muy caluroso, pero la ciudad es linda y tranquila, a mi familia le gusta mucho. Antes, en otro equipo, estuve en Salvador de Bahía, que es lindo, pero peligroso. Lo mejor de acá es poder salir a pasear con la familia tranquilamente. Ya estamos adaptados a Brasil. Y con el equipo vamos bien, ya estamos jugando las finales.

- Debe ser complicado jugar ahí...

- Para jugar es complicado. Los rivales lo pasan mal, tienen calambres antes del entretiempo. Si no te hidratas bien, lo pasas mal.