ENTREVISTA AS
Ganó la Sudamericana y remece el mercado chileno: “Fui chofer, vendí mangos en un circo...”
“En 2016 me estafaron y tuve que trabajar en cosas extrafutbolísticas. No me avergüenza decirlo, me ayudó a formar carácter”.
Cobresal sorprendió en los últimos días con la contratación del arquero Jorge Pinos (35). El guardameta proviene de Mushuc Runa, cuadro donde se mantuvo las últimas dos temporadas, pero su nivel más alto lo encontró en Independiente del Valle, particularmente en 2019, cuando festejó la Copa Sudamericana con el elenco negriazul y fue escogido el mejor jugador de la final ante Colón de Santa Fe.
Sin embargo, antes el portero ecuatoriano debió atravesar una difícil etapa en su vida: en 2016, fue estafado por un empresario que prometió llevarlo al fútbol de Hungría. Al final, la oferta nunca se concretó y tuvo que retornar a su país natal. “Me tocó ser chofer del circo y vender mangos. No me avergüenzo en decirlo, al contrario, eso formó mi carácter”, adelanta, en diálogo con AS.
Ahora, el nuevo futbolista ‘minero’ vivirá su primera experiencia profesional fuera de Ecuador. “Es una alegría poder representar a mi país en otro lugar. Voy con mucha ilusión de conseguir grandes objetivos y de quedarme muchos años en el exterior. Hasta ahora no he tenido comunicación directa con el profe Huerta, pero sí la he tenido con el preparador de arqueros, y ha sido muy amena. Estoy muy contento”.
- ¿Qué sabe del fútbol chileno?
- He tenido la oportunidad de ver algunos partidos. Es un país competitivo. Tengo muy buenas referencias del fútbol chileno. Amigos que han jugado allá me escribieron para felicitarme. El Salvador es una ciudad unida, me dijeron, donde todos son una familia. Mis ex compañeros también me han felicitado. Es un ambiente muy agradable. Gustavo Guerreño me escribió, por ejemplo... Fuimos compañeros en Mushuc Runa en 2023. También me escribió el papá de Omar Carabalí, Wilson, con quien coincidí en Orense.
- ¿Quién lo incentivó a ser futbolista profesional?
- Mi papá, que también fue arquero, pero dejó el fútbol por decisiones personales. Él me inculcó “tienes que ser el mejor”. Gracias a Dios, pude ser y sigo siendo uno de los mejores arqueros de Ecuador y también de Sudamérica. La verdad, lo que he conseguido hoy en día es por el esfuerzo y el respaldo de mi familia, y lo más importante, la disciplina. Desde los 5 o 6 años, él llegaba de las prácticas, yo me ponía su ropa y me entrenaba. Ser arquero siempre fue lo que quise. Hoy sólo agradezco haber recibido este don.
- Su gran momento lo vivió en la final de la Sudamericana 2019, donde fue crucial, tapándole un penal a Luis Miguel ‘Pulga’ Rodríguez. ¿Cómo recuerda ese día?
- Fue una emoción única. Lo había soñado: jugar una Sudamericana o una Libertadores. Lo conseguí con Independiente. No me esperaba quedar como jugador del partido ni ser uno de los mejores del campeonato. Fue una recompensa al sacrificio que hice para levantarme. Ser campeón de la Sudamericana y haber sido clave para el primer título de Independiente me llenó de orgullo. Fue un honor formar parte de la historia del equipo.
- En 2016 sufrió una estafa, ¿cómo fue ese episodio?
- Sí, ese año quedé sin equipo y apareció un conocido, un empresario, que me endulzó el oído para emigrar a Hungría. Pasé por Brasil para entrenar, porque ahí me tenían que verme, luego sacar la visa y poder viajar. Me observaron, y les gustó mi juego con los pies y mi manera de atajar, pero lastimosamente nunca se dio el viaje a Europa. El tipo me dejó botado en Brasil. Luego, ocurrió el terremoto en mi país y me tocó regresar. Fue lo mejor que me pasó, considerando la situación complicada que estaba atravesando Ecuador. Sin pensarlo, regresé a mi país y pude levantarme.
- ¿Cómo mantuvo su ilusión de triunfar en el fútbol profesional?
- Fue muy duro, muy difícil todo lo que me pasó ese año. Me estafaron, tuve que trabajar en cosas que no eran deportivas, en actividades que nunca había hecho antes. La fuerza y la voluntad de salir adelante, de trabajar y no darme por vencido, me ayudaron a regresar al fútbol y alcanzar los objetivos que siempre tuve presentes.
- ¿Dónde tuvo que trabajar?
- Me tocó ser chofer del circo y vender mangos. No me avergüenzo en decirlo, al contrario, eso formó mi carácter. Me ayudó a levantarme de la nada. Muchas personas me decían: “Ya retírate, no das más”. Pero mi carácter, forjado desde la niñez y trabajando en otras cosas, fue fundamental para salir adelante, siempre con la bendición de Dios, logrando demostrar mi valía. Al final, tapé bocas.
- ¿Cuáles son sus objetivos con Cobresal?
- Como se lo dije a mi representante, mi objetivo es ser campeón. Individualmente, quiero ser el mejor arquero del campeonato chileno, pero lo principal es hacer historia con el club. Ojalá clasificar a una Libertadores, pero sino, mínimo ir a la Sudamericana, tenemos que conseguir esos objetivos.