ENTREVISTA AS
“Hace 10 años, me retiré y trabajé en una confitería; ahora voy a jugar una final del fútbol chileno”
“En ese tiempo, Pascual de Gregorio me llamó y tuve mi última chance. Mi principal problema era mi personalidad”, señala Brayan Valdivia, en AS.
Este jueves 31 de octubre, se disputará uno de los partidos más esperados del año en el fútbol chileno: Deportes Concepción y Deportes Melipilla se enfrentan para dirimir quién será el campeón de la Segunda División, luego de una temporada increíble de ambos clubes, que finalizaron igualados en el liderato con 57 puntos.
Brayan Valdivia (30), delantero del ‘León de Collao’, ha sido figura durante este año. De hecho, convirtió un triplete en la última fecha ante San Antonio Unido, lo que le permitió a los ‘Lilas’ asegurarse el duelo de definición. “A Melipilla no le pudimos ganar en la fase regular. Va a ser un partido difícil, pero estamos ilusionados”, dice en diálogo con AS.
Más allá del contexto actual, que pone la atención en el duelo ante los ‘Potros’, la historia de Valdivia es destacable. Hace 10 años, el ariete había decidido retirarse del fútbol, ya que no creía tener las condiciones para dedicarse a la actividad. “Desde chico jugué siempre a la pelota, en el barrio, pero nunca lo vi como un trabajo. Para mí, era una pasión y un juego”, adelanta.
- Tengo entendido que usted no hizo cadetes, por ejemplo.
- Claro, por eso también he tenido que dar la vuelta larga, como dicen. He pasado por varios clubes, la mayoría del Ascenso. Unión San Felipe, Melipilla, Universidad de Concepción, Rangers, Puerto Montt...
- Y se retiró, en rigor...
- Sí, claro. Ahí le agradezco a Pascual de Gregorio, porque por él volví, él me dio una última oportunidad. En 2014, él necesitaba un delantero para Deportes Rengo y me llamó a mí… Eso era Tercera División. Él me llamó y me dijo “mira, esta es la plata que podemos pagarte”, era súper poco, pero lo tomé como mi última oportunidad en el fútbol y aposté todo a eso. Hace 10 años, me había retirado y ya estaba trabajando en una confitería para ese momento.
- ¿Cuál era el problema?
- Mi personalidad fue mi gran problema. Me daba vergüenza ir a entrenar, me costaba, no tenía perso, me costaba adaptarme a los grupos, y como era chico, me daba lata ir a entrenar, no me gustaba… Me daba miedo hasta que me retara el técnico. Pero, en 2014, ya tenía 20, estaba más grande, y de a poquito le fui respondiendo al profe y ahora aquí estamos.
- Usted tiene dos hijos. ¿El nacimiento de ellos también lo ayudó en su carrera como futbolista?
- Bueno, sí. Andy y Agustina, mis hijos, son mi motivación. Ellos, mi señora y también mi mamá. Pero cuando llegan los hijos uno adquiere más responsabilidades y tienes que dar el ejemplo, para que ellos vean que uno pelea y lucha por lo que es importante. Influyeron en mí como jugador de fútbol.
- Este año llegó a Concepción y ha vivido una gran temporada, personal y grupal. ¿Hay algo que haga distinto a su actual club de los demás donde ha estado?
- En especial, creo que el tema de su hinchada, es muy fiel. Yo antes lo veía a través de redes sociales o por noticias y ahora me toca vivirlo. Realmente, uno se enamora de la institución, sobre todo porque este año eso ha ido acompañado de buenos resultados. Se han hecho las cosas bien desde la dirigencia, el equipo, y la buena relación y el cariño con la hinchada también es un reflejo de eso.
- Lo último: Víctor Quintanilla, DT de Melipilla, señaló que era injusto que solo haya un ascenso en Segunda. ¿Opina igual?
- Sí, estoy completamente de acuerdo con el entrenador de Melipilla. Creo que hemos sido dos equipos muy regulares a lo largo del torneo y, ojalá, a futuro puedan ser dos ascensos, para mí sería lo justo. Además, hay más competitividad al haber más cupos. Así, más equipos apostarían por invertir un poco más, sabiendo que hay más chances de subir.