ENTREVISTA AS

Jugó un Mundial por Argentina y hoy es figura del Torneo: “Toqué tierra, vi la realidad”

El portero Ignacio Arce jugó un Mundial Sub 17 y ahora llegó para reforzar a La Calera, donde ya sobresale. “No tengo redes, el fútbol es muy dos caras”, señala.

No es novedad que Unión La Calera sorprenda en los mercados de fichajes. El cuadro ‘cementero’ suma varias temporadas reforzándose con nombres interesantes y protagonizando el Torneo Nacional. Una de las incorporaciones que llamó la atención en este 2022 fue Ignacio Arce (29), portero argentino proveniente de San Martín de Tucumán, que tuvo un promisorio inicio en el fútbol, siendo incluso seleccionado de la Albiceleste, con la cual disputó un Sudamericano Sub 17 en Chile y, posteriormente, un Mundial.

El paranaense ha sido uno de los puntos altos en el inicio algo dubitativo del cuadro dirigido por Martín Anselmi. De hecho, los propios hinchas caleranos así lo han reconocido, pero él dice no enterarse mucho de aquello. “No tengo redes (ríe). No sé mucho de la repercusión de las cosas en ese sentido. El ambiente del fútbol es muy… no sé, muy dos caras”, señala, en diálogo con As. En la Región de Valparaíso, Arce vive su primera experiencia laboral fuera de su país de origen y, en esta entrevista, repasa sus orígenes, su pasado en la Selección trasandina, su aclimatación en suelo nacional y más.

- ¿Le ha costado su adaptación a Chile?

- Hay un buen grupo, me adapté rápido, porque los chicos me hicieron sentir bien. En términos futbolísticos, es otro juego, otra forma, sabía que me iba a costar un par de partidos adaptarme. Hoy me siento muchísimo más sólido que al principio, y a la vez sigo adaptándome. Y en La Calera me siento cómodo, es un hermoso lugar, una ciudad muy linda, muy tranquila. En las próximas semanas se vendrán mis hijos, mi familia y ahí también se hará más fácil.

- ¿Por qué decidió tomar la opción de Unión La Calera?

- Más que todo, porque para mí era un buen salto en mi carrera. Tenía muchas ganas de salir de mi país y siempre me hablaban de Chile, mi representante me decía que era una buena vitrina. Sabemos que La Calera viene de 3 o 4 años muy buenos, compitiendo en el Torneo y jugando copas internacionales. Eso es algo que me llamó mucho la atención.

- Ya ha concretado grandes actuaciones. Ante Ñublense en Copa Sudamericana, por ejemplo. ¿Cómo vivió ese duelo?

- Era mi primer partido internacional, así que era muy importante, muy especial, y bueno, casi todo salió redondo. Más allá de la atajada del penal, me hubiese gustado que terminara con triunfo, pero acabé contento con el rendimiento mío y del equipo. Creo que mostramos la cara que pretendemos.

- ¿Por qué cree que el inicio del Torneo no fue tan bueno para La Calera?

- Pienso que, por ahí, hubo partidos donde hicimos muy buenos primeros tiempos, pero no lo mantuvimos. El de la U, por ejemplo, me parece un gran primer tiempo, y nos fuimos con un gol en contra. Hay otros partidos donde fuimos superiores y sufrimos con una racha de no convertir, de que la pelota no entra. De local había una presión también de que no se ganaba hace varios partidos. Y es un proceso nuevo, entonces es una sumatoria de cosas. Pero ahora último creo que sí hemos dado una buena imagen.

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“Me creía más de lo que era. Creo que siempre luché contra eso”

- ¿Cómo son sus primeros recuerdos ligados al fútbol? ¿Son en Paraná?

- Sí, ahí nací yo y bueno, desde muy chico me gustó la pelota, era lo único que me interesaba. Cuando niño no quería ir a clubes, a Patronato por ejemplo, porque yo quería ser siempre titular (ríe). Mi papá me decía “Ignacio, tienes que saber que no eres el único”… consejo de padres. Hasta que un día me llevó a un club de barrio, que hoy en día no existe, y ahí arranqué a los nueve años.

- ¿Y cuándo se hizo parte de las juveniles de algún club?

- A los 13 o 14 años, recuerdo, cuando me fui a Patronato. Ahí me quedé hasta los 15, cuando partí a Unión Santa Fe e hice mi etapa de inferiores AFA.

- ¿Fue difícil para usted la transición de juvenil a futbolista profesional?

- La verdad es que sí, más que todo por mi forma de pensar, de ver las cosas. Por mi cabeza, principalmente. Arranqué muy chico en el plantel profesional de Unión Santa Fe, a los 16, y a los 18 ya había debutado, entonces siempre me creía más de lo que era. Creo que siempre luché contra eso, era algo personal. Después la continuidad de partidos, la experiencia, los momentos buenos y malos te llevan a madurar. Mi problema de cabeza lo relaciono mucho con el ambiente del fútbol. Como te decía, es muy de blanco o negro. Y yo me considero bastante gris.

- Y en esos momentos, ¿qué fue lo que lo hizo aterrizar?

- Tuve una etapa muy difícil, cuando me dan de préstamo desde Unión Santa Fe a Atlético Paraná, en 2014, que en ese momento estaba en Federal A, lo que acá sería como tercera división. Era un club muy humilde. Ahí creo que toqué tierra, porque vi la realidad. Además, yo soy de allá, entonces estaba más cerca de mis amigos, pasaba más tiempo en casa. El club es muy familiar. Yo veía que mis compañeros después de jugar se iban a laburar. Algunos hasta trabajaban vendiendo agua o qué sé yo… ahí me cayó la ficha. Después de seis meses ascendimos a la B Nacional y eso fue un impulso para mí. Esa etapa me marcó mucho. Y el otro club que me hizo madurar fue San Martín de Tucumán. Ahí viví las cosas más lindas del fútbol, en todo aspecto. Como arquero, como persona… había un aprecio muy grande, siempre se me brindó un amor incondicional.

- Volviendo a Unión Santa Fe, usted debutó con Frank Darío Kudelka, un DT reconocido acá por haber entrenado a la U. ¿Cómo era su relación con él?

- Muy buena, la verdad. En ese tiempo éramos cuatro arqueros, y él confió en mí para ser el segundo cuando yo apenas tenía 17 años. El primero era Alejandro Limia. A Frank lo respeto mucho. Además, me quiso llevar a algunos otros clubes, aunque no se dio, pero eso habla de que algo dejé cuando estuve con él en Santa Fe. Él vio cosas buenas en mí y eso se lo agradezco.

- Sobre la Selección, usted vino a Chile en el Sudamericano Sub 17 que se jugó en 2009. ¿Fue su primer acercamiento con nuestro país?

- Sí, o sea, ya había venido para alguna gira corta, de juvenil, pero para amistosos. Ese fue el máximo tiempo que pasé aquí en Chile y tengo lindos recuerdos. Iquique me gustó mucho, por ejemplo, por el mar. En el Torneo perdimos la final contra Brasil, pero fui titular y clasificamos al Mundial.

- Y en ese Mundial (Nigeria 2009) compartió con jugadores como Nicolás Tagliafico o ‘Dibu’ Martínez. Incluso, ahí disputó un partido. ¿Es su recuerdo más importante en el fútbol?

- Yo creo que sí, aunque como te decía, no me daba cuenta de dónde estaba. Mi cabeza no lo asimilaba. En uno o dos años comencé a vivir cosas que jamás imaginé. Pero hoy son lindas anécdotas para contarle a mis hijos. Con ‘Dibu’ siempre he dicho que tenemos una tremenda relación, tengo varias de sus camisetas, guantes. Hablamos siempre y nada de fútbol, sino que de la vida y de nuestras familias. Al final, eso es lo que más me queda de esa etapa en la Selección, que haya quedado un buen recuerdo mío y de lo que hicimos. Es un orgullo.

- ¿Cuáles son sus próximos desafíos?

- Primero, seguir ganando los fines de semana. Vamos un paso a la vez. Después sería muy lindo pasar de fase en Sudamericana, es algo muy importante. Queremos lograr buenas campañas con La Calera. Yo pienso mucho en lo grupal. Obviamente que en lo individual quiero ser el mejor, pero soy alguien que se fija mucho en lo de grupo, y lo principal hoy es que le vaya bien al equipo.

- Lo último. Me surgió una duda: ¿por qué le dicen El Sicario?

- Acá en Chile me pusieron así (risas). Fue el ‘Sacha’ Sáez, por una serie. Cuando llegué me dijo “vos te parecés al Sicario”. Y dicen que soy medio loco, por mi forma de jugar. ¿No quedó mal, eh? Creo que quedó original (risas).