Universidad de Chile

La ‘camisa de fuerza’ de la U

Los azules cayeron en el Superclásico y, más allá de las falencias, el cuadro de Diego López sigue dejando una sensación de rigidez e inmovilismo que complica todo.

JONNATHAN OYARZUN/PHOTOSPORT

Poco tiempo ha transcurrido desde su llegada y Diego López ya enfrenta el primer asomo de crisis en Universidad de Chile. Los azules suman tres derrotas consecutivas y lo peor fue que, en el Superclásico, cayeron sin apelación, dejando una mala imagen durante el segundo tiempo. Además, el Campeonato Nacional avanza y el conjunto estudiantil se va quedando atrás peligrosamente en la tabla de posiciones, cada vez más cerca de los lugares de descenso.

Sin flexibilidad

Aparte de las deficiencias en el funcionamiento colectivo ante Colo Colo, en el Fiscal de Talca la U dejó la impronta también de un cuadro posicionalmente rígido, sin la flexibilidad que demanda el desarrollo del juego. López optó finalmente por el sistema táctico 1-4-4-2 y, aunque ha mostrado algunas variantes (contra O’Higgins empleó el esquema 1-4-2-1-3), hasta ahora el DT parece no convencerse de dar un giro en la distribución espacial en el terreno de juego.

En el Superclásico los emblemas de todo esto fueron Darío Osorio y Lucas Assadi. El estratega uruguayo los alineó como volantes externos y se vieron sin libertad para incursionar en otras zonas del campo, constreñidos en ambos costados de la zona media y bajo el acoso constante de los lateras albos y la presencia cercana de la línea de banda.

Para peor, Colo Colo controló el balón, durante gran parte del encuentro, y sus intervenciones se concentraron más en la persecución de Óscar Opazo y Gabriel Suazo, que en lograr un rol preponderante en la construcción de juego. Esta tarea defensiva es una responsabilidad ineludible en el fútbol actual, pero el equipo debe ser capaz de extender los momentos de posesión de balón para que el 1 vs 1 sea ofensivo y no mayoritariamente orientado hacia la protección de la portería.

Otra imagen llamativa fue también la falta de libertad de Osorio y Assadi para centralizarse y, desde el eje de la cancha, vincularse para generar superioridades posicionales, con las consiguientes asociaciones, en busca de avances hacia el arco de Brayan Cortés. Faltó esa elasticidad táctica para que ambos juveniles hubieran ido a la disputa con el doble ‘6′ del Cacique, que en Talca conformaron Esteban Pavez y Vicente Pizarro.

Otra forma de ataque

La faceta de elaboración ofensiva también se avizoró excesivamente rígida en la U. Quedó claro que la fórmula para llegar a la portería rival fue el Ataque Directo, mediante envíos constantes de balonazos frontales y diagonales para asistir al doble ‘9′, integrado por Ronnie Fernández y Cristian Palacios.

Los azules abusaron de los inicios de juego largos, sin margen para otra posibilidad. Claro, Fernández se impuso en un número importante de duelos aéreos, con desviaciones o pivoteos, pero no hubo continuidad de las acciones y tanto los zagueros como los mediocampistas centrales de Colo Colo desbarataron todo sin inconvenientes. Faltaron variantes, tal vez, para cuotas de juego asociado, uniendo las tres líneas del equipo, y así sorprender a la estructura defensiva rival.

Exceso posicional

La ausencia de matices, asimismo, se constató en la labor de la dupla de mediocampista centrales, a cargo de Israel Poblete y Emmanuel Ojeda. Demasiado estáticos y poco intervinientes en el juego, los volantes estuvieron inconexos con la línea ofensiva y la productividad en ataque lo sintió. Fue la cara negativa de la excesiva posicionalidad por delante de la línea defensiva azul.

De hecho, Poblete, un hombre con buen manejo de balón y perfil asociativo, participó escasamente en la circulación del balón. Tampoco fue un apoyo constante y fiable, rasgo que el propio DT de Colo Colo, Gustavo Quinteros, destacó tras el duelo como uno de los elementos a neutralizar en la estrategia de los albos para adjudicarse el triunfo en el Fiscal de Talca.

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