ENTREVISTA AS
La ex promesa argentina que jugó por la Roja y hoy quiere renacer en Segunda: “Estoy luchando”
Rodrigo Linares, formado en Argentinos Juniors, fue llamado a una pre nómina de la Roja Sub 20 en 2014 por Hugo Tocalli: “Fue un orgullo... lloré”.
“¿Mi sueño? Creo que todos tenemos el sueño de jugar en Primera. Estoy luchando, trabajando para que en algún momento se me dé”, dice Rodrigo Linares (27), atacante argentino-chileno. El ariete se formó en Argentinos Juniors, club donde exhibió un desempeño notable que le valió ser nominado a la Roja Sub 20 en 2014 por Hugo Tocalli. El futuro parecía más que prometedor para él, pero las idas y venidas del fútbol lo hicieron radicarse en nuestro país; su último club juega Deportes Valdivia en la Segunda División.
El nacido en Rawson nunca alcanzó a debutar en la categoría de honor trasandina con el cuadro que también formó a Diego Maradona y a Claudio Borghi. En su lugar, pasó por equipos como Club Atlético Germinal y Huracán Comodoro de Rivadavia. Entremedio, tuvo un breve paso por Caupolicán de Cauquenes, hasta que en 2020 fue fichado por Deportes Puerto Montt y decidió asentarse definitivamente en Chile. “A mí y a mi familia nos gustó el país y su cultura. Es distinto allá en Argentina. Acá hay más respeto”, confiesa, en diálogo con As.
Linares, quien fue el segundo goleador de Valdivia en la temporada pasada con seis anotaciones, recuerda con especial cariño su breve etapa en la Selección juvenil. Allí compartió con jugadores como Brayan Cortés, Sebastián Vegas, Pablo Galdames y Marcos Bolados. “Cuando llegué disputamos un cuadrangular amistoso, creo que ante Colombia, México y Uruguay. Estuve en los tres partidos y pude hacerle un gol a Uruguay. El día de ese gol me emocioné un montón”, rememora.
- Fue su buen desempeño en Argentinos lo que le significó esa convocatoria. ¿Cómo recuerda su paso por ahí?
- Sí, yo estuve desde los 13 a los 16 años en Comisión de Actividades Infantiles (CAI), y luego me fui a probar a Argentinos Juniors, donde estaba como coordinador Hugo Tocalli. Él me vio en la prueba y me dijo que me quedara ahí. Yo llegué en lo que llamábamos quinta división. Argentinos tenía un equipazo, venían de ser campeones el año anterior. Hice la pretemporada, y dos semanas antes que comenzara el torneo, su delantero titular se lesionó la rodilla y jugué yo. El primer partido fue contra Nueva Chicago, creo que ganamos 5-1 o 6-1, e hice dos goles. Desde ahí no salí más. Sabía que era mi chance y la pude aprovechar. Luego de quinta me pasaron a la reserva, y también hice varios goles. Recuerdo mi paso por Argentinos con mucho cariño.
- Luego fue el propio Hugo Tocalli quien lo llamó a la Roja Sub 20, para la pre nómina del Sudamericano de Uruguay.
- Sí, justamente él salió de Argentinos Juniors porque se vino a la Selección. Recuerdo que me llamó inesperadamente y me preguntó si yo tenía algún familiar chileno (sonríe). Le dije que sí, que mi abuela era chilena, y ahí empezamos los trámites para la doble nacionalidad. Venir para acá, llamado por Tocalli, para mí era algo único, un orgullo, porque todos sabemos la clase de técnico que es él y los jugadores que sacó en Argentina. Cuando llegué disputamos un cuadrangular amistoso, creo que ante Colombia, México y Uruguay. Jugamos en Quilín y en las canchas de la U. Estuve en los tres partidos y pude hacerle un gol a Uruguay. El día de ese gol me emocioné un montón, se me vinieron muchas cosas a la cabeza, porque para mí estar ahí era algo que solo había soñado, pero que no sabía si se iba a dar, y que estuviese pasándome en ese momento, no lo creía. Cuando terminó el partido me fui llorando al vestuario y mis compañeros me abrazaron, el mismo Hugo me abrazó y me felicitó. Si bien, no pude ir al Sudamericano, porque quedé fuera de la nómina en el último corte, fue inolvidable.
- ¿Y en ese minuto usted se sentía chileno?
- La verdad, no, no me sentía chileno (ríe). Yo nunca había venido a Chile, más que para jugar un par de amistosos con Argentinos Juniors. Era eso y nada más. Y, si bien mi abuela es chilena, ella se fue a los 12 años a Argentina, entonces tampoco recordaba mucho. Pero no me sentí raro, como te digo, era un orgullo estar en la Selección.
- Finalmente, usted quedó fuera de la lista definitiva de convocados que asistieron a ese Sudamericano de 2015 en Uruguay. ¿Cómo recibió esa noticia?
- Me dolió muchísimo. Tenía 19 años y fue una decepción enorme. Fue un momento duro, complicado. Pensaba “no quiero jugar más, no sirvo para esto” (sonríe). Son locuras que te agarran en ese momento de tristeza. Uno es humano. El Sudamericano era un torneo importante, significaba estar con la Selección, tener opción de mostrarme. No se dio, pero ya la experiencia de haber estado fue muy bonita.
“Jugar en Primera sería un premio para mí y mi familia”
- Firmó a mediados de 2021 en Deportes Valdivia, ¿cómo ha sido su experiencia hasta ahora?
- Me he sentido bien, el año pasado terminé el torneo jugando, haciendo goles, siendo uno de los goleadores del equipo. Ahora, este año, llegué más tarde, sin pretemporada y me costó agarrar el ritmo de vuelta, hasta que me puse bien físicamente y ahora estoy encontrando nuevamente ese ritmo que me faltaba.
- Ha sido un comienzo de año algo irregular para ustedes. Están sextos, con cinco ganados, cinco perdidos y un empate.
- La primera rueda sí, fue irregular y rara. El año pasado nos acostumbramos a ganar la mayoría de partidos de local y de visita nos costaba. Ahora fue al revés, de visita ganamos casi todos y de local nos está costando. En ese sentido, seguimos trabajando.
- ¿Y cuál es su principal objetivo individual?
- El objetivo individual es seguir escalando, crecer como jugador y como persona. Seguir anotando. Todo delantero quiere verse ahí en la tabla de goleadores. Y creo que todos tenemos el sueño de jugar en Primera. Ojalá en algún momento se me dé. Estoy luchando. Tengo un par de años todavía para poder hacerlo. Sería un premio para mí y para mi familia, que es la que me banca en todas, sobre todo mi señora y mis hijos, que me siguen a morir en todas, son los que sufren conmigo cuando las cosas van mal y los que gozan cuando me va bien.