SUPERCLÁSICO
La fallida apuesta de López que sentenció a la U en el Superclásico
El técnico uruguayo decidió alinear desde el inicio a Emmanuel Ojeda y a Bastián Tapia, quienes habían estado fuera por lesión. El plan no resultó.
Las dificultades extremas que iba a tener Diego López en la conformación del once inicial de la U para el Superclásico eran más que evidentes. El DT uruguayo ha visto mermado su plantel continuamente, debido a lesiones y castigos por expulsión. Por lo mismo, no sorprendió cuando el ‘charrúa’ anunció que esperaría hasta último minuto a Emmanuel Ojeda y a Bastián Tapia, los dos en período de recuperación de sus dolencias y quienes no habían participado en las últimas fechas.
Ambos futbolistas se transformaron en puntales en este breve período de López al mando del cuadro laico, pero en el duelo ante Colo Colo se notó en demasía la falta de fútbol, ya que tanto Ojeda como Tapia estuvieron bajísimos. El ex volante de Rosario Central sufrió el pasado sábado 23 de julio una contractura en el isquiotibial del muslo derecho, por lo que no fue al banco de suplentes en la fecha pasada, ante O’Higgins, justamente en búsqueda de recuperar su mejor versión para enfrentar al ‘Cacique’.
Pero eso no estuvo ni cerca de suceder. El ‘5′ se vio lento y perdió en la mayoría de las veces cuando fue presionado por Leonardo Gil o Esteban Pavez. En muchas ocasiones abusó de quedarse con el balón, lo terminó cediendo al rival y dejó expuesto a su equipo a contragolpes comandados por Oroz o Bouzat. En el Fiscal de Talca, el hincha azul había comenzado a perder la paciencia. “Más simple”, se escuchaba en Tribuna Pacífico. Fue reemplazado a los 78′ por Jeisson Vargas.
El caso del otro retornado fue todavía peor: Tapia, que volvía de un desgarro, no solo estuvo impreciso durante todo el partido, sino que fue el principal responsable de la jugada que terminó en el 2-1 de Gil, con un cabezazo débil tras un pelotazo largo de Brayan Cortés que parecía no llevar mucho peligro. En lugar de despejar la terminó enviando hacia su propio campo, el balón lo tomó Lucero y el resto es conocido.
Su deficiente clásico se agravó aún más con una patada innecesaria sobre el propio ‘9′ albo a los 85′, que le significó la expulsión y le entrega otro dolor de cabeza a López, que ahora deberá volver a ingeniárselas para armar la formación de cara al próximo domingo, cuando la U enfrente a Unión Española. La apuesta del estratega, de poner desde el inicio a dos jugadores recién recuperados, resultó fallida. Aunque, en vista de la plantilla de la que dispone, tampoco se le puede criticar la decisión.