La mano pesada de Almirón: así sumó el primer logro en Colo Colo

Colo Colo cumplió con su labor en Colombia y, después de seis años, se clasificó a los cuartos de final de la Copa Libertadores de la mano de Jorge Almirón. Futbolísticamente, los albos sufrieron menos de lo que se esperaba ante Junior de Barranquilla y vencieron por 2-1 con justicia, ante un rival que solo exhibió algo de juego en la fase inicial del segundo tiempo. Merito del DT del Cacique, gracias también a un plan de partido eficiente y sencillo.

Antes de la victoria, el propio Almirón entregó las claves del actuar de Colo Colo en el estadio Metropolitano de Barranquilla. El DT aseguró que “tener el balón y el orden” iban a ser vitales en la presentación. Durante gran parte del encuentro, los albos se ajustaron a ambas directrices de acuerdo, eso sí, al contexto del juego. Así, paulatinamente fueron generando superioridades momentáneas para obtener el triunfo.

Posesión acotada

Cuando habló de “tener el balón”, evidentemente Almirón se refirió a los pasajes del partido en que Colo Colo controlaría la pelota. Abajo por 1-0 en el marcador global, se esperaba que Junior dominara en la posesión (así ocurrió con el 63 por ciento), pero igualmente los albos lograron instantes de tenencia, ocasionando que los colombianos tuvieran que defender y generando situaciones claras de gol.

Durante el primer tiempo, Javier Correa contó con una posibilidad de anotar tras una buena desmarcación del propio ariete argentino y una gran habilitación de Vicente Pizarro, uniendo posesión y profundidad ofensiva. Después, y ya cuando Leonardo Gil había ingresado, el volante habilitó a Erick Wiemberg por el centro y solo la gran intervención del arquero Santiago Mele impidió el gol de Colo Colo. Afortunadamente para los albos, en el tiro de esquina siguiente Maximiliano Falcón convirtió el 2-1 al conectar un rebote en el área de meta local.

Al margen de los hechos de juego puntuales, el Cacique siempre exhibió un interés por el desarrollo del fútbol asociado, lo que condicionó en parte el accionar de Junior, pues enfrente tuvo un oponente que no “rifó” el balón ni resolvió constantemente con acciones de ataque directo. Solo al final del partido y por un interés estratégico razonable, Brayan Cortés realizó salidas largas. Pero antes, Mauricio Isla, Falcón, Emiliano Amor y Wiemberg, la línea defensiva completa, no claudicaron en la misión instruida por Almirón de resolver asociativamente.

Orden y otro sistema

El DT de Colo Colo innovó con el sistema de juego 1-4-4-2, apareciendo Carlos Palacios como segundo delantero para acompañar a Correa en el centro del ataque. La ventaja del esquema es que garantiza orden defensivo y entrega también cercanía de las líneas y cobertura racional de todo el ancho de la cancha. Era la organización posicional que iba a exigir el desarrollo del partido en Colombia y su elección fue un acierto de Almirón.

La línea defensiva perdió el orden solo por momentos y quien aprovechó esa desorganización fue Carlos Bacca. El ‘9′ de Junior estuvo cerca de anotar en el inicio y convirtió el 1-1 al cierre del primer tiempo, cuando Amor abandonó su marca por una acción de presión a otro oponente y al intentar generar un fuera de juego. Sin embargo, la tónica atrás fueron las coordinaciones precisas en los acosos y coberturas, el control en la mayoría de los duelos y las distancias justas en los espacios laterales entre los cuatro defensas.

La distribución del mediocampo también contribuyó a la victoria. Esta vez, Almirón dispuso que Pizarro conformara el doble ‘6′ junto a Esteban Pavez y que Marcos Bolados y Lucas Cepeda actuaran de volantes ofensivos externos. En la etapa de recuperación del balón, los cuatro conformaron un bloque de presión que en la zona media-baja y en el sector defensivo cumplió cabalmente la labor. No se desordenaron, siguiendo por ejemplo el balón, y estuvieron siempre listos y cerca para las coberturas.