Universidad Católica
La ‘nueva’ UC parte con Orellana
Bajo la conducción de Rodrigo Valenzuela, los cruzados elevaron su nivel de juego ante Colo Colo. El ex Valladolid tuvo un rol muy destacado.
Universidad Católica estuvo cerca de una importante victoria en el Campeonato Nacional frente a Colo Colo. Sin duda, el triunfo habría ayudado a los cruzados a iniciar la ansiada recuperación futbolística, pero el Cacique consiguió el 1-1 agónicamente en San Carlos de Apoquindo.
De todos modos, el cuadro local exhibió un aspecto distinto, bajo la conducción interina del DT Rodrigo Valenzuela, y el reaparecido Fabián Orellana cumplió también un papel preponderante. Una nueva UC pareció emerger en el Clásico, lo que se constató en evidentes hechos futbolísticos.
Postergado y figura
La gran novedad ante Colo Colo fue el debut de Orellana como titular en el torneo. Lo hizo en la posición de volante ofensivo y su desempeño en los 70 minutos de acción fue determinante para el buen funcionamiento de los cruzados. La ubicación del ex Valladolid como mediapunta, en todo caso, no fue novedad el hombre de la UC. En España ya había abandonado los costados del ataque para incursionar también situándose detrás del centrodelantero como habilitador.
Dos elementos resultaron clave en la buena presentación de Orellana: manejo posicional y sentido vertical de cada una de sus habilitaciones. Jamás entrego referencias de su ubicación en la cancha y jugó permanentemente a las espaldas de Esteban Pavez y César Fuentes, por lo que los mecanismos de control defensivo sobre el volante se activaron siempre tarde.
Lo otro tuvo que ver con la orientación en profundidad del cruzado. Cada recepción la realizó perfilado hacia a la portería de Brayan Cortés y esto le permitió quedar siempre de frente para la ejecución del pase final. Así habilitó con peligro en dos ocasiones a Fernando Zampedri y el argentino quedó con tiempo y espacio para la finalización (una acción fue invalidada finalmente por fuera de juego).
Doble 6
La principal innovación que presentó la UC con Valenzuela al mando fue la alineación de una dupla de volantes centrales en el marco del sistema de juego 1-4-3-3. Con Cristian Paulucci también aconteció en un momento, pero ocurrió con tres centrales en la defensa y la presencia de laterales-volantes por ambos costados del terreno de juego (esquema 1-3-5-2).
La labor estuvo a cargo de Juan Leiva y Felipe Gutiérrez. Cumplieron a cabalidad con sus tareas y funciones, no dejando intervenir a Leonardo Gil, en su momento presionando también a la dupla de mediocampistas centrales rival conformada por Fuentes y Pavez y agilizando el juego con un manejo fluido y preciso en la circulación del balón. Sin embargo, lo de Leiva fue sobresaliente: a lo anterior le adicionó un recorrido más extenso, por lo que su incidencia se tornó mucho más palpable.
Juego vertical
En la fase ofensiva, la UC exhibió un marcado rasgo de profundidad ofensiva. En contraposición a lo realizado previamente, no precisó de una cantidad mayor de pases para instalar a un hombre con balón dominado en la zona de finalización. Indiscutiblemente, hubo un quiebre hacia un juego con mayor Progresión y no tanta Conservación en la zona de la mitad de la cancha.
En esto fueron clave las proyecciones de los laterales (Raimundo Rebolledo y Cristian Cuevas), esporádicas pero con alta profundidad. También contribuyó el ADN ofensivo de Orellana: el ‘10′ de la UC exhibió movilidad constante, intención de convertirse circunstancialmente en segundo ‘9′ y pases continuos en dirección a la portería rival.
Presión efectiva
Una de las dificultades que ha evidenciado el tetracampéon tiene que ver con su rendimiento defensivo. Es uno de los equipo con más goles en contra, a pesar de que en varios partidos el arquero Sebastián Pérez ha sido uno de los mejores de la cancha. Sin embargo, en el Clásico el elenco local mostró seguridad en la protección de su portería, la que solo se resquebrajó en los minutos finales.
Un aspecto central en este plano lo constituyó la Presión en la zona media de los cruzados. A diferencia de las fechas anteriores, esta vez la UC se agrupó en el sector de los volantes y allí con coordinadas y agresivas acciones de acoso no dejó jugar a Colo Colo. Sobre todo durante la primera fracción, obligando en ocasiones a la visita a intentar aproximaciones a través de pelotazos frontales que también no tuvieron éxito.
Leiva y Gutiérrez estuvieron siempre bien posicionados por delante de la línea de cuatro, encabezando el bloque defensivo. Los extremos (Tapia y José Pedro Fuenzalida) dejaron venir a los laterales albos hasta cerca de la línea de la mitad de la cancha y entonces bloquearon su paso. Más arriba, Orellana y Zampedri se turnaron, con maniobras disuasivas, para incomodar al doble ‘6′ de Colo Colo.