La nueva vida de un campeón con Colo Colo y semifinalista de Copa Libertadores: “Me fui a Italia porque el club entró en crisis”

Tiempo después de ganar la Copa Libertadores de 1991, Colo Colo vivió grandes momentos a nivel internacional en la segunda parte de la década del noventa, llegando a una semifinal de Copa Libertadores y a dos semis de la Supercopa Sudamericana.

Emerson Pereira, hoy de 52 años, integró esos planteles, fue protagonista y en conversación con AS recordó algunos episodios de su paso por Macul.

- En 1997 pierden en la semifinal de la Libertadores con Cruzeiro. ¿El que pasaba esa semi era campeón?

- Sí, porque del otro lado estaba Sporting Cristal. Nosotros sabíamos que era un partido muy importante, tuvimos un buen partido en Brasil contra Cruzeiro, perdimos 1-0, y después en la vuelta empezamos bien el partido, ganando y jugando bien. Teníamos un equipazo. El árbitro me sacó una amarilla en el primer tiempo por una jugada simple donde no había nada y yo pienso que la intención del árbitro no era buena. Era Ubaldo Aquino, el paraguayo.

- Se va expulsado en ese partido...

- Y en el segundo tiempo hay un tiro libre, yo agarro la pelota, la pongo al lado, me pone la segunda amarilla y la roja. Me voy, en ese tiro libre Cruzeiro hace el gol, nos vamos a penales, Dida tapó dos o tres penales y quedamos fuera de la Copa.

- Jugaron varias veces con Cruzeiro. La noche de la pelea, ¿participó?

- Recuerdo aquel partido. La pelea fue en el túnel, pero no participé. Yo tenía a Victor y algún otro compañero con el que había jugado en São Paulo y no quería problemas.

- ¿Cómo recuerda los clásicos con la U y Católica?

- Uno especial es uno contra la U, en el Nacional, donde ganamos 1-0. Fue un partidazo, nosotros jugábamos muy bien. Y otro clásico con Católica, en cancha de ellos, ganamos 3-1 jugando de forma espectacular. Creo que Héctor Tapia y el ‘Coto’ anotaron. Habíamos jugado por la Libertadores en esa semana y llegábamos con muchos partidos encima, un poco cansados, pero jugamos un partidazo. Y un tercero, el día que le hice el gol a la U, empatamos a 1, jugué apenas el primer tiempo porque me pegaron una patada en la cara y no pude seguir.

- ¿Fue fractura?

- No. Fui al doctor, me movió todo. Se dislocó mi mandíbula. Tuve que ir al dentista, esas semanas tuve mucho dolor y no podía jugar. La U tenía un muy buen equipo, con el Leo Rodríguez o el ‘Superman’ Vargas.

- ¿Le llamaba la atención que en Chile jugaran futbolistas como Rodríguez, Espina o Gorosito?

- Es que en ese momento no seguíamos lo que pasaba en Sudamérica. No lo pasaban por TV. Mirábamos lo que pasaba en Brasil. ¡Tampoco sabíamos mucho de lo que pasaba en Europa! Ahora hay mucha más información. Hoy puedo ver partidos de todo el mundo, pero antes no se podía.

- ¿Cuál fue su título más especial en Colo Colo?

- Todos. Siempre era una alegría. Colo Colo es un equipo grande y siempre tiene que ganar títulos. Entrábamos a jugar siempre, teníamos una motivación alta y siempre la pelea con la U y Católica era hasta el final. Siempre fue emocionante.

- ¿Cómo fue su salida al Perugia?

- Llegó una oferta de Italia y en ese momento Colo Colo empezó a tener problemas económicos. No pagaba los salarios. Dos, tres, cuatro meses sin pagar. Estaba todo muy complicado, creo que yo era una moneda para Colo Colo para salir y hacer dinero. Llegó la oferta, yo quería jugar en España o en Italia. En ese momento apareció el Perugia y me fui.

- Volvió al año.

- Sí, cuando terminó la temporada. En mayo, ahí viajé a Chile a ver qué pasaba. Estaba Gabriel Artigues y volví a Colo Colo. Estuve un año más ahí, hasta agosto del 2000, llegó un ofrecimiento de Corinthians y me fui para allá a reemplazar a Vampeta.

- Era un grupo bien potente en Colo Colo, ¿no? Con Sierra, Espina...

- Yo vivía frente a Marcelo Espina, entonces todos los días íbamos juntos al entrenamiento. Mi señora y la señora de Marcelo también. Siempre hacíamos asados los fines de semana con Espina, Marcelo Barticciotto y del otro lado estaban el ‘Coto’, Mario Salas, Juan Carlos González, que habían jugado juntos en Unión Española.

- ¿Alguna anécdota que se pueda contar de esos asados?

- ¡No! En general eran asados, pero una vez pedí comida brasileña, feijoada, pero no al mediodía, sino para la cena. Comimos en mi casa y con tanto poroto quedaron todos a punto de explotar. Siempre el ambiente era espectacular, el ambiente era muy bueno y eran muy buenos jugadores. Solo hubo una o dos peleas en el camarín, pero es algo normal en el fútbol.

- ¿Es cierto que Frank Lobos le escondía a usted la biblia?

- Nooo... Frank Lobos era un... no me acuerdo, no me acuerdo (risas). No recuerdo eso, pero sí, Frank era molestoso, chistoso. Era cinco o seis años más joven que yo.