La U lo mandó a préstamo, tiene 22 años y sólo suma 17 minutos como profesional: “Le falta...”

A principios de este año, Universidad de Chile mandó a préstamo a varios canteranos y uno de ellos fue Enzo Fernández (22). El prometedor volante partió a Deportes Santa Cruz, confiando en que podría sumar experiencia en el Campeonato de Ascenso. Sin embargo, hasta ahora la apuesta no ha funcionado.

Fernández sólo ha disputado dos partidos en Santa Cruz y registra apenas 17 minutos: jugó 2′ ante Curicó Unido y 15′ frente a Santiago Morning. El primer duelo se disputó en marzo y el segundo, a inicios de este mes. Esa ha sido su única experiencia en el profesionalismo, ya que en la U aún no ha debutado de manera oficial.

Hernán Peña, DT de Deportes Santa Cruz, explica por qué el canterano azul ha jugado tan poco en la institución. “Él debe adaptarse a la categoría, a la intensidad. Ahora pretendo hacerlo jugar en Copa Chile (vs Rengo) para que tenga más minutos y se adapte rápido a la exigencia de esta división”, cuenta en charla con AS.

- ¿A qué se refiere?

- Es que esta categoría tiene una exigencia diferente en cuanto a lo que son los estados de ánimo. Él viene de la Universidad de Chile, como jugador de Primera División, y acá es más fuerte la intensidad y el día a día. Si ves los partidos, todos son iguales... Aquí no se marca mucha diferencia entre uno y otro equipo, y él se está adaptando a eso. Está muy abierto a ese aprendizaje y lo ha entendido, así que está trabajando. Ya le va a tocar su momento.

- Más allá de eso, ¿Enzo ha tenido algún problema físico que no le permita jugar?

- No, nada.

- ¿Qué más agregaría en su análisis?

- Es que es un todo. Al final, todos los aspectos son importantes, pero a él le falta adaptarse a la categoría, soltarse y tener esa tensión que requiere el juego. Ya le va a tocar su momento para mostrar su calidad técnica, porque tampoco hay que desconocer que en ese ámbito es muy bueno. Tiene una pegada diferente y sobresale del medio con eso, pero le falta la otra parte. Debe acomodarse lo más rápido posible en lo que son las intensidades, porque las suyas son más bajas que las normales.