La U toma una decisión polémica y se crea un nuevo problema: multa millonaria para el club

El viaje de la Universidad de Chile a Buenos Aires terminó con un triste final. La ilusión de los azules de disputar una nueva final internacional se desmoronó luego de uno de los partidos más bajos que se recuerden de la era de Gustavo Álvarez. Pese a que el arbitraje de Alexis Herrera condicionó el resultado, Lanús dominó gran parte del encuentro y tuvo el merecido premio de meterse en la gran final de Asunción.

Tras el partido, los jugadores azules se tomaron largos minutos antes de abandonar el Estadio Ciudad de Lanús Néstor Díaz Pérez. Pasada las 10 de la noche, comenzaron a salir, aunque en absoluto silencio. Todos decidieron no hablar con la prensa, incluidos Charles Aránguiz y Marcelo Díaz, los dos referentes del club y que fueron además los últimos en retirarse del camarín y subirse al bus que los trasladó hasta el hotel de concentración en Ezeiza.

Una decisión que traerá problemas

Lo anterior no solo ocurrió en la zona mixta del estadio, ya que también se dio en la cancha. Por disposición de la Conmebol, los clubes tienen la obligación de que al menos un jugador conceda una entrevista a las transmisiones oficiales del torneo y como los universitarios no cumplieron con esta medida, deberán pagar la multa que exige el máximo ente del fútbol sudamericano.

La multa con la que deberá cumplir la U, según lo establecido por el reglamento de la Conmebol, es cercana a los 5 mil dólares, es decir casi cinco millones de pesos chilenos. Lo positivo para los azules, es que debido a su gran año internacional aseguraron 6.230 millones de dólares, esto tanto por la participación en Copa Sudamericana, como también en la Libertadores.

Contrario a lo que sucedió con los futbolistas, Gustavo Álvarez sí asistió de manera normal a la conferencia de prensa, evitando así una nueva sanción económica.